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jueves, 3 de noviembre de 2022

¡Otra vez, en India!

           Corría con más pena, que gloria, el final de un viaje tan glorioso, como sufrido, en el que el haber cambiado varias veces el itinerario y dejado de ver sitios imprescindibles, no nos había frustrado demasiado. Esperábamos una conclusión rápida, rutinaria y anodina, dado que ya estábamos en Bombay el día antes del vuelo de regreso y la escala en Abu Dhabi, era de tan solo cinco horas y no de dieciocho, como a la ida. Aunque nuestra dilatada y ya casi insultante experiencia dice, que hasta el final del rabo -o de un viaje-, todo es toro y una vez más, no salimos decepcionados. Pero, de momento, los impresionantes momentos del concluir del viaje, los vamos a remitir a los siguientes posts, por lo que hay, que esperar.

          India admite, tanto positivos, como negativos, casi todos los adjetivos del mundo, que no voy a enumerar, porque no viene al caso. Simplemente, antes de ir al país, yo no entendía, por qué tanta gente repetía indefinidamente este destino. Yo decía: ¡"que perdidos, pesaditos y enganchados están, los pobrecitos, que viven en oxidado bucle"!

          Hoy después de cuatro viajes al país, logro dar respuesta parcial a este planteamiento, porque dar una respuesta absoluta sobre este país, vayas las veces, que vayas, es imposible ( y quito el casi). Por no generalizar, ni crear polémicas, hablo por mí forma mental de fluir: 

          - Estando en casa y no encontrando mejor opción viajera, que volver, a India, pienso: "¡He estado tantas veces allí y he visto tanto, que me da cierta pereza! Pero claro, ¡hay tantos posibles viajes por India: de templos, de patrimonio global, de playa, de cordillera..., mezclando unas y otras cosas, que tengo, que regresar, a pesar del otro componente de hostilidad ya vivido por las experiencias previas, que genera está nación!"

          - Llegando, a India, compruebo, que los trámites de entrada son hoy más cortos, que los del reingreso en España, a la vuelta de este periplo . Y, ¡sorprendentemente, más amables! Soy consciente, de que necesito un periodo de adaptación allí, a pesar de haber estado mil veces.

          - Primeros días en el país: "¡Esto es una mierda! ¡Que pocos recursos tengo! ¿Por qué narices he vuelto aquí, si no hacía ninguna falta? ¡Juro, que nunca más volveré, a India!

          - Los días sucesivos: alternas extremas sensaciones, buenas y malas -casi nunca, intermedias ni sosas- y sientes cierto control sobre tu vida, salvo posibilidad de desgracias o accidentes no deseados.

          - Última jornada: "¡a ver cuando llega la hora de ir al aeropuerto, porque aunque el viaje ha sido una maravilla, no quiero estropearlo en las últimas horas con cualquier incidente o contratiempo ( es tan letal ser atropellado en la calle, como con alguno de los veloces y descontrolados carros de equipaje de algunos pasajeros del aeropuerto) . ¡Que salga ya el avión!.

          - De vuelta, en casa: preparando nuevos posibles itinerarios para volver, a India, bajo el pretexto, de que no serán inmediatos, sino a medio o largo plazo.

          En la escala de la vuelta, un experto viajero, que no conoce el país y del que más adelante os hablaré, nos preguntó: "¿Y qué tipo de extranjeros van, a India?"

          Mira -le dije-, te lo simplificó en tres grupos: los que ya van mal de aquí y acaban peor, los que arriban en buen estado y terminan desarmados y los que necesitamos varias dosis para concluir igual.

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