Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Mejor asadas, que fritas

                                                               En ambos casos, Batumi (Georgia)
             Cuando a la gastronomía de Georgia nos referimos, sólo hay dos palabras: deliciosa y asquerosa. No existe término medio. Los primeros días de estancia en el país, el viajero de exiguo presupuesto se verá desorientado. Todo a lo que él puede acceder, son masas que en su interior, tienen diversas sorpresas, no siempre agradables: desde apetitoso y especiado queso, tipo feta o más curado –khachapuri- hasta patata, salchicha, puré de alubias, paté de “yo que sé”… o cremas dulces. Para amortiguar altamente los riesgos, recomiendo decantarse, siempre, por las masas horneadas, mejor que por las fritas.

                                             En ambos casos, Kutaisi (Georgia)
            Estas últimas, además de fuertes y grasientas, dan muchas angustias al estómago, durante más horas de las deseables, a lo largo de la tarde. Con el tiempo, vas descubriendo que de vez en cuando, te puedes permitir excelentes pizzas vegetales, algún que otro kebab al estilo de la tierra y los típicos raviolis con ccane de la cocina georgiana (khinkali). Igualmente, deben ser genuinas las berenjenas rellenas de carne picada y avellanas (badrijani). Pero después de cuatro días en Georgia, aún no las hemos visto en ningún sitio.
              Borjomi (Georgia)
            En este país, peor se presenta el tema del alojamiento. Pocos hoteles y, casi siempre, caros (aunque, normalmente, bastante adecuados. No es la primera noche, que hemos tenido la sensación, de que íbamos a pasarla en la calle. Por el momento y después de mucho esfuerzo, hemos conseguido habitaciones interesantes, después de habernos permitido regatear. Tres hoteles distintos y el mismo precio final: 50 laris (23.75 €) la doble, en Batumi, Kutaísi y Borjomi.

            Nuestras primeras horas de desconcierto georgiano, transcurrieron en la fronteriza y ya mencionada, Batumi. En unas zonas, la ciudad es decadente, mientras que en otras, absolutamente, emergente. La primera, segunda y tercera impresión, que nos llevamos, es que los georgianos son buena gente, aunque fríos, como témpanos. No hablan una sola palabra de inglés y se transforman cuando se ponen al volante. Entonces, se convierten en seres arrogantes, maleducados y agresivos.
                                                                                       Borjomi
            Kutaísi, es, hasta el momento, lo mejor del viaje: un encantador y cuidado casco histórico y bonitos monasterios limítrofes, como Gelati –accesible en transporte públcio- y Motsameta.

En Kutaisi, compartimos unas horas con Romualdo y Patricio, al encontrarlos en lo alto de la escalera de una iglesia. Son gente afable y de mundo, que nos han metido el gusanillo en el cuerpo, de visitar Asia Central (las repúblicas que terminan en “tan”), a cambio de haberles inducido, a conocer destinos como Senegal, Sri Lanka, África en general o India. Con este último país, tuvo Patricio una mala experiencia, que aún recuerda y, probablemente, no ha superado. Iba para un mes. Pero tras visitar Delhi y Jaipur, cayó gravemente enfermo y decidió volver, antes de consentir, ser ingresado en un hospital de India.

                                                      En ambos casos, Gori (Georgia)
            Romualdo es un apasionado del pueblo judío, reconociendo todas sus virtudes, así como todos sus errores. Ello lo convierte, en una persona cabal, sobre el tema del largo conflicto de Israel, con el pueblo árabe. Nos hubiera gustado viajar con ellos, pero nuestros intereses resultan, ser distintos (más que en destinos, que son casi los mismos, en el orden de llevarlos a cabo).

            Al día siguiente, partimos para Borjomi, a disfrutar de sus paisajes, su fresquito y su tranquilidad. Y, ua jornada después, para Gori, lugar donde nació Stalin. Nos encanta su fortaleza en ruinas, su moderno Hall Public y la calle donde se ubican sus edificios civiles, de tipo soviético, pero remozados y agradables.  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acabo de descubrirlo y me parece un blog extraordinario.

Gracias.

Pepa.