Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

viernes, 12 de agosto de 2022

jueves, 11 de agosto de 2022

Montenegro, Albania y Corfu

           Llega el puente de agosto y nos vamos a la zona de Aguilar de Campoo, intentando huir del calor. El siguiente finde, tercer y último viaje del verano, a Cantabria y el día 31 de agosto, rumbo a Madrid, buscando un periplo de 12 días por Montenegro Albania y Corfu, en el que tendremos que hilar fino y correr.

          En los dos primeros destinos, ya estuvimos en 2007, aunque de manera trepidante y fugaz. El plan es - ya contratado- volar a Barcelona, con Vueling y a Pogdorica, con Ryanair. La vuelta está abierta, aunque habrá susto de precios, casi seguro.

          El itinerario estimado es:

          Día 1 . Valladolid - Madrid - Barcelona

          Día 2 . Barcelona - Pogdorica

          Día 3 . Cetinje y Kotor

          Día 4 . Budva, Bar y dormir en Ulcing

          Día 5 . Kluge y Tirana

          Día 6 . Berat

          Día 7 . Gyrocaster y Sarande

          Día 8 ,9 y 10 . Corfu

          Día 11 y 12 . Regreso, por decidir.

          Veintiséis días nos esperarán en octubre para un viaje, aún no trazado, a Asia o a América.

miércoles, 10 de agosto de 2022

La cartera del mirador del Río de la Pila

          El funicular del Río de la Pila no es turístico, sino un servicio público para los vecinos de la parte alta de Santander. Por tanto, es gratis. Las visitas desde lo alto no son nada espectaculares porque se ve la bahía muy lejana. ¡Ni rastro del Río de la Pila!.
    
          Pero en los días calurosos de verano el fresco y potente aire alivia por lo que nos sentamos en su plaza principal, después de ser ligeramente intimidados por unos lugareños cerveceros y fumetas sin tabaco. A unos 15 metros y al lado de un banco -yo estoy de espaldas- mi pareja divisa una cartera extraviada. No estamos seguros, si ellos también la han visto, aunque parece probable. Pasan los minutos de observación discreta, cuando aparece otra persona, que sin ninguna cautela, se la lleva y trata de huir . Pero, uno de los cerveceros le persigue y le da el alto, diciendo que es de alguien que el conoce de todos los días, del parque. 
Amenaza con llamar a la policía, pero antes, mira lo que tiene. Solo hay 15 euros, entonces se pone más digno y la llama. Por supuesto, la madera no aparecerá hasta más de media hora después y de forma timorata. ¿Que pasó en este tiempo?

          Que el ladrón -extranjero, probablemente por el acento, de los Balcanes -, trató de negociar, quedarse con el dinero y dejar la documentación. Primero, de forma pacífica y después, agresiva, contra tres se fue y volvió, creyendo que lo de la policía era una trola. A todo esto, aparece el de la cartera, un viaje achacoso y cojo que no puede ni caminar, pero que ahora, casi corre.

          Aún en su presencia, el balcánico sigue queriéndose quedar con el dinero y pide al anciano, que demuestre con pruebas la propiedad del billetero y nosotros contemplando todo. Cuando llega la madera, todo estaba resuelto y lo único, que se le ocurrió al poli decir al viejo fue:" pues págueles unas cervezas por haberla recuperado".

          A los fumetas no les hacía falta, porque ya las estaban bebiendo, lo que normalmente es perseguido -aunque sea con amonestación - en zonas públicas. A nosotros nos vino bien, porque estábamos haciendo lo mismo.

martes, 9 de agosto de 2022

De fiestas y de playas

           Volvimos a Santander por segunda vez este verano y de nuevo, de camping. Esta vez, nos pillaron las fiestas patronales de Santiago y disfrutamos de lo lindo durante la primera tarde - viernes -, tanto de las casetas de algunos bares, las regionales -solo Cantabria y Galicia - y los carruseles. Todo, además de la feria de artesanía se expande en torno al Sardinero.

          Para el sábado y con un calor axfisiante, cumplimos nuestra deuda con Liencres que la vez anterior, solo visitamos a medias. Esta vez, hicimos el recorrido playero completo a través de una senda rompepiernas. Llegamos a la playa de Valdearenas. Es preciosa, con sus coquetas formaciones rocosas y el parque natural de las dunas al lado. Luego toca la amplia de Canavalle.  No encontramos la de Madero, pero a cambio salimos a unos bonitos acantilados. Proseguimos por la de Somocuevas, Cerrías, Portio y Arnia que ya conocíamos. Un kilómetro y medio después se llega a Los Covachos, ya fuera de la zona de Piélagos.

          El domingo, queríamos ir a Puente Viesgo. Pero ese día por festivo no cuadraban bien los autobuses. ¿Error de cálculo? Sí. Pero también alivio al evitar el calor del día anterior, no coger transportes, desmontar la tienda tranquilamente y seguir disfrutando de las fiestas.

          La noche anterior y desde Mataleñas habíamos disfrutado con buen sonido del concierto  en la Magdalena de Rulo y la Contrabanda.

          Recorrimos las playas de abajo, llegamos a la polémica zona de la duna de Gamazo y el dique de Zaera, visitamos el decepcionante mercado marinero y los bares de Cañadio y subimos en funicular al mirador del Río Pila donde arranca la siguiente historia.

lunes, 8 de agosto de 2022

¡Por favor, un ventilador!

           El viaje a Aranda de Duero y Peñafiel llevado a cabo a mediados de julio, tuvo sus mejores momentos en los diversos transportes públicos y su aire acondicionado. Nos pilló la enésima e insoportable ola de calor de este verano, lo que nos llevó a tomar dos medidas: reducir el tiempo de viaje, de cuatro días a día y medio. Los otros , los aprovechamos para disfrutar de un concierto en las fiestas de nuestra localidad y alguna degustación, y por otro lado, decidimos no salir del hotel, entre las tres y  las siete de la tarde, algo no muy habitual en nosotros.

          La primera mañana, visitamos el casco histórico vertebrado a través de las tres plazas: Mayor, del Trigo y del Rollo. Bonitas iglesias, tres ríos recorren Aranda: el Duero, el Bañuelos y el Arandilla. Por la tarde y de ida y vuelta anduvimos unos 8 kilómetros de la novena etapa de la Ruta del Duero con bellos paisajes fluviales, calor y soledad.

          Mal hotel y axfisia, dieron paso a la jornada siguiente. Por la mañana visitamos una ermita, la de la Virgen de las Viñas y nos olvidamos de ir hasta un monasterio por estar a 4 kilómetros. Luego paseamos junto al Duero, después de haber caminado por el cauce del río Bañuelos hasta el puente de piedra. Visitamos una cascada y unos molinos de agua.

          Por la tarde, nos esforzamos en llevar a cabo algunos kilómetros de la etapa 10 de la Senda del Duero. Pero en este caso el camino se aleja del río y transcurre por campos y naves industriales.

          A pesar de terminar horneados y gratinados, nuestro retorno a Peñafiel resultó vibrante. Su casco histórico de bellas iglesias, el coso y el castillo -en obras-, bien merecen asarse durante medio día.


sábado, 6 de agosto de 2022

viernes, 5 de agosto de 2022

viernes, 29 de julio de 2022

lunes, 18 de julio de 2022

Playa del Puntal y Liencres: viaje sin sombras

          Salimos de trabajar y tomamos el bus de las tres de la tarde, a Santander, donde llegamos sin incidencias. Aún, nos dió tiempo a disfrutar de parte de la tarde y la noche del viernes, una vez, que de forma veloz, montamos nuestra pequeña tienda en la casi vacía zona de acampada del agradable y barato camping de Cabo Mayor.

          Paseamos, casi solos, por la cercana playa de Mataleñas y desandamos el bonito sendero marinero muy bien acondicionado- aunque intransitable de noche-, que conduce a las playas del Sardinero, a través de la de los Molinucos. Recorrimos parte del Paseo Marítimo, ya siendo de noche.

          Hemos estado en innumerables ocasiones en Santander, pero este viaje ha sido inédito y centrado, especialmente, en diversas playas. Por tanto, ha sido un periplo sin sombras y sin una sola nube y nos hemos quemado vivos el cuello y los brazos (en uno de ellos me han salido ampollas). Y es, que aunque la temperatura no pasó de los 25/26 grados, el sol del norte de España es terrorífico, mucho más, que el de la meseta, aunque no lo parezca. Los cántabros deben ser, como los de Bilbao, porque apenas vimos unas pocas sombrillas en los arenales.

          El sábado nos fuimos a la impresionante playa del Puntal, en la bahía, frente a la ciudad. Para llegar, se toma el ferry, que parte desde el embarcadero del Paseo Marítimo (4,80 euros, ida y vuelta, diez minutos). Va bastante gente para allá, pero el fino arenal es tan extenso, que encuentras numerosas zonas donde estar solo. Las áreas para el baño, de color verdoso transparente, son diversas, desde la bandera roja a la verde, pasando por la amarilla. Recorrer está maravilla hasta el final, llegando hasta Loredo y retornando, nos llevó casi cuatro horas, aliviados por el intenso aire.

          Por la tarde, todavía nos dió tiempo a pasear por el centro y por la zona del faro.

          El domingo, tomamos el bus urbano S8 y nos fuimos a Liencres. Sus impresionantes playas llegan casi hasta la decena, pero nosotros nos acercamos a cuatro. Por un lado, Somocuevas y Cerrías, en la misma dirección. Y por otro, en sentido contrario, Portio y la alejada Arnía. Todas son espectaculares, aunque aún más, la última. Solo a la tercera se tiene acceso a la arena sin bajar entre los acantilados, habiendo escaleras, más o menos transitables. 

viernes, 15 de julio de 2022