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sábado, 4 de junio de 2022

Lo que me hubiera gustado saber de La Palma antes de ir (Parte II)


         No debe uno fiarse de los mapas físicos, sin más. A veces, entre un pueblo y la playa, la costa, el puerto o los acantilados, hay tan solo unos pocos kilómetros. Pero no es infrecuente, que para cuatro o cinco millares de metros haya diferencias de altitud de quinientos metros. Esto no supone un inconveniente si se va en coche, pero si, si se viaja andando. Por ejemplo, entre Los Llanos de Aridane y El Paso son sesenta minutos de constante ascenso. 

        En general, las carreteras están muy bien asfaltadas. Tienen tanta brea, que bromeabamos diciendo, que están hechas con materia volcánica. Existe una excepción, que nosotros conózcanos: la que desciende de forma abrupta desde Tijarafe, a diferentes puntos de interés turístico. Lo que no están muy bien medidos son los kilómetros, ni en los carteles indicadores, ni en el propio Google Maps. Esto, a la hora de hacer trayectos andando, es una buena faena, porque generalmente, siempre son más. 

        La Palma es el paraíso del senderismo. Existen unas pocas grandes rutas y los pequeños recorridos -PR- abundan tanto, como los caracoles en el campo, después de una tarde de lluvia. Los hay de casi todas las dificultades, de los más sencillos a los solo recomendados para expertos. Pero, conviene dejar una cosa muy clara. No siempre son senderos al uso, que discurren por la costa, la llanura o la montaña. Por ejemplo, el PR-LP1, que hasta donde yo sé, lleva hasta el puerto de Tazacorte, transcurre diversos tramos por carreteras sin o con poco arcén, escaleras o asfaltado semi peatonal.

          En La Palma, no hace falta ascender hasta los 1500 o 2000 metros para tener un día de perros. Puedes encontrar lluvia, aire heladora e insoportable niebla cerrada, a quinientos o seiscientos metros y no ver absolutamente nada. Así nos ocurrió a nosotros, en Fuencaliente, el día que llevamos a cabo parte de la ruta de los volcanes.

        En los posts dedicados al itinerario del viaje, hablaremos un poco más detalladamente de algunos de los circuitos posibles en la Caldera de Taburiente, aunque en la oficina de turismo de Los Llanos de Aridane, una amable chica, los explica bastante bien. Simplemente, indicar aquí, que la mayoría de ellos los cierran los días de lluvia.

          En cuanto a las oficinas de turismo, las hay en casi todos los pueblos, aunque no sean turísticos. Cuando las usamos -poco porque reducen mucho su horario o cierran, durante los domingos y festivos-, la atención resultó bastante amable y la información muy útil. Existen Centros de Visitantes en lugares, como La Caldera de Taburiente o el Volcán de San Antonio, que nosotros sepamos.

          Salvo en las carreteras -y no en todas-, La Palma es una isla extraordinariamente tranquila, incluso en Santa Cruz y Los Llanos de Aridane (donde si coincidimos con un evento deportivo familiar). Ni siquiera, el día de la Comunidad, hubo grandes celebraciones. Por ejemplo, nosotros hemos ido desde esta última localidad, a El Paso, caminando, sin cruzarnos con una solla persona. Quiero con ello decir, que si os gusta bastante la fiesta, elijáis otro sitio 

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