Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

jueves, 27 de junio de 2019

Un no muy buen inicio del viaje

                           Todas las fotos de este post son, de Bratislava (Eslovaquia)
           Hace 24 años de nuestra primera y única -hasta ahora- visita, a Bratislava y la verdad es, que no sabemos porque hemos vuelto, dado que la temperatura casi supera la de Sevilla, la humedad, la de Bangkok y los precios de las habitaciones, la suma de las de Finlandia y Noruega juntas. Quizás, el verdadero incentivo fue, que encontramos un billete a ocho euros, que nos servirá para visitar lugares de centroeuropa, que no conocemos, durante dos semanas y media.

          Para colmo, el día empezó mal y termina de la misma manera: control de explosivos a mi pareja, en Barajas -siempre nos toca a uno de los dos, desde que lo instalaron en septiembre pasado-, destroce virulento de uno de los equipajes de mano a cuenta de pequeños e inofensivos botes de champú y separados en el vuelo, de Ryanair, que nos transportó con muchas turbulencias al destino. Mira, que tiene mala folla la compañía irlandesa, porque el asiento de mi lado va libre.


        Buscando habitación y como ya imaginábamos por investigaciones previas, las dobles tienen precios inasumibles, así, que nos resignamos a dormir en la calle. ¿En cuál? Eso ya lo veremos, cuando anochezca. Al final, nos decantamos por la alejada estación de autobuses y acertamos, ya que hay más gente en nuestra misma situación (aunque no toda, precisamente, resulta de fiar). Además, está invadida por enormes y alargados mosquitos, que me dejan la espalda hecha un campo de minas.



        Previamente y sentados en un oscuro parque público céntrico, al lado de la catedral y sin motivo aparente, fuimos víctimas de un severo -aunque amable- control policial, que duró cuarto de hora y en el que se nos requirieron los pasaportes, que ni siquiera nos habían pedido al aterrizar en el aeropuerto.


           Despues de tantos desagradables incidentes, decidimos poner rumbo
vertiginoso , a Chequia, porque para más desesperación, solo encontramos un establecimiento con aire acondicionado en toda la capital, de Eslovaquia -ni en el MacDonalds lo tienen-, cuando hemos alcanzado más de treinta grados, un sol de espanto y un 80% de humedad, procedente del inespugnable y alborotado, Danubio.

          Bratislava sigue siendo aquella agradable y pequeña urbe de costumbres centroeuropeas de hace casi cuarto de siglo, aunque ha perdido sus precios atractivos y se ha masificado. Como, Budapest, Viena y Praga, abarrotados de españoles (especialmente, de marujas cincuentonas en plena decadencia).

1 comentario:

Eva dijo...

17 días por centroeuropa, con constante ola de calor: Eslovaquia, Chequia, Hungría y Austria.