Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

martes, 1 de diciembre de 2015

Retornando a Seúl

                                                         Esta y las dos siguientes son, de Gyeongju (Corea del Sur)

          Daegu es la tercera ciudad del país en población y para nosotros es un punto de transición, dado que no hay tren directo, entre Gyeongju y Seúl. Centros comerciales y acogedores mercados tradicionales, se reparten el protagonismo, además de los numerosos y variados restaurantes de diferente índole -todos ellos vacíos-, que abren a partir de las 16:00 horas, pareciendo negocios tapadera. El precio de los platos es lo que más nos indigna y después. que siempre te muestren burdas imitaciones en plástico y no los reales.

          Entretenemos el tiempo en la estación de ferrocarril, con el wi-fi, buscando lo primero, que se nos ocurre, dado que la otra alternativa es contemplar un Japón- Korea de cricket , en una pantalla gigante. Es sensacional, que en este país existan docenas de servidores abiertos -sin necesidad de registro alguno- de internet, que te proporcionan wi-fi gratuito, hasta en plena calle. Paradójicamente, donde menos operan es en Seúl.

          Me siguen repitiendo los deliciosos pimientos rebozados, que hemos comido este mediodía. Al fin, hemos encontrado comida barata en este país. Cada pieza, a 40 céntimos, igual que los huevos rellenos empanados, las salchichas o las empanadillas de verduras.

          En el baño contemplo, una vez más, como en los servicios de señoras hay una trona, para que sientes a tu bebé, mientras haces tus necesidades. ¡Todo tan milimétricamente calculado en este país!. No te dejan en paz, ni libre del crío, ni en tan íntimos momentos.
Selfie, en Daegu (Corea del Sur)
          Subimos al tren y por cuarta vez consecutiva constatamos, que los revisores pasan y no piden los billetes. ¿Se fían de los viajeros, incluidos los extranjeros?. Parece que sí, contribuyendo a la legendaria buena y honrada fama de estas gentes. Pero no todos piensan lo mismo, dado que en los supermercados, las cestas disponen de alarma. Y, una anécdota personal, que también pone en tela de juicio esta cuestión: subiendo a un empinado monte de Gyeongju, perdí un jersey de Adidas y al bajar, de vuelta por el mismo camino, no lo encontré. La chica del puesto de información -situado a la entrada del sendero- no tenía noticia de tal hecho, con lo que alguien se lo apropió de forma indebida. ¡No es oro todo lo que reluce!.
Esta y las tres siguientes son, de Seúl (Corea del Sur)
          Hablando de ropa, las chicas coreanas no sólo son las más feas de nuestro mundo conocido -no tendrían remedio, ni yendo al “Cámbiame” de Tele 5-, sino que también son las que peor visten de toda nuestra querida Asia y, al parecer, sin complejos. Los playeros con leguins negros, calcetines blancos y minifalda son un ejemplo, pero hay cientos de ellos, en los que reparará hasta el visitante menos curioso y más despistado.

          La estación de Seúl es un lugar hostil -que diferencia con la de Busan- para los viajeros, que llegamos de madrugada. Bancos corridos incómodos y con tachuelas, para que no te puedas tumbar. Para colmo, el invierno ha llegado ya a la ciudad y esta terminal, con tantas puertas, esta a merced de las corrientes de gélido aire.

          A pesar del frío, el panorama no ha cambiado desde nuestra marcha y decenas de lugareños permanecen tirados en el suelo, roncando su borrachera de soju. Este brebaje alcohólico es el más bebido en el país, con mucha diferencia. La botella cuesta menos de un euro. Se trata de un vodka de sabor aguado, de unos 21 grados -lo hay de menos-, destilado del arroz, otros cereales, boniato y patatas. Es el yoga de los coreanos más desfavorecidos -que no no pocos- y olvidados. También son baratos otros licores de unos 14 grados -de sabor de naranja, limón, piña, melocotón, uva...-, muy bien conseguidos. Leemos con asombro, que según la OMS, Corea del Sur es el país, que más consume alcohol en todo el mundo

          Como ya dije, casi todo sigue igual en estos días, que hemos estado fuera de la capital. Como mucho, alguna obra nueva, que avanza deprisa. Por azar descubrimos, que también -como en Busan- hay un mercado de pescado en la capital. Llevamos dos semanas percibiendo, que cuando te acercas a a las pescaderías de los supermercados, huele a mar. ¡Igualito, que al entrar en el Mercadona!.

          Matamos la tarde en Itaewon, la zona de tiendas y restaurantes internacionales, frecuentada por los guiris residentes. En el “spanish club” venden crema catalana, a 3,50 euros y jamón de jabugo, a 600 euros el kilo. Parece, que lo andaluz prima sobre lo catalán. ¿Será simple casualidad?. También encontramos una tienda de macarons, especie de franquicia de dulces, que pronto veremos, seguro, en España. Las del “bubble tea”, tan de moda aquí, ya están aterrizando en Madrid.

          Como los desinfectantes de vasos o de manos, que eliminan las bacterias, exclusivamente, a base de luz ultravioleta, que no tardaremos en utilizar en nuestro país.


          Esto se acaba, dado que apenas quedan 36 horas para volver a casa, vía Estambul. Por nuestro bien, espero que este sea nuestro último post del viaje. Puesto, que no creo que mañana alguien nos regale 1.000 millones de wons y tengamos que poneros los dientes largos, contándolo.

1 comentario:

Eva dijo...

Buenas,

Con este se culminan los 9 posts escritos durante el viaje de 18 días, a Corea del sur. Es posible, que publique uno más, hablando de los últimos días en Seúl, de conclusiones finales y de Turkish Airlines, una de las mejores compañías con la que hemos volado en nuestra vida (y hemos viajado con todas las gordas del Golfo Pérsico).

Saludos.