Nos hemos enterado viendo los horarios de los supermercados en internet, al llegar a Faro: hoy, 25 de abril, es fiesta nacional en Portugal. Y no se trata de un festivo cualquiera, dado que es el día de la República, que conmemora el 51 aniversario de la Revolución de los Claveles, acaecida en 1974 en la plaza del Carmen de Lisboa.
Sin embargo y a efectos prácticos, el festivo no se nota demasiado, porque todo está abierto -menos el mercado - y los actos oficiales son escasos y con muy baja participación.
Hay cambio de planes, porque los buses a Sagres, son escasos y combinan mal. Y además, hace un aire huracanado, que en aquella zona será aún más fuerte. Nos quedaremos los dos días aquí, que material suficiente tenemos. Así, que renovamos la habitación por otra noche.
Estuve aquí con mis padres y hermanas en 1981, con catorce años. Volví con mi pareja en 1992. Aún sigue existiendo el camping donde estuvimos ambas veces. Y 33 años después, regresamos a este destino para comprobar, que esto está muchísimo mejor, que entonces, a pesar de los prohibitivos precios de restaurantes y bares.
Lagos tiene un casco histórico bastante bonito con su fortaleza, su muralla, varias iglesias y un sinfín de calles y callejuelas con mucho encanto.
Pero, por lo que es famoso este lugar, no es por esta joya, sino por sus magníficas playas. ¡ Y la fama es bien merecida!.
Empezamos por la playa de la Batata, que está partida en dos por las serpenteantes rocas y conectados ambos arenales por un túnel. Continuamos por la de Pinhao, que en la actualidad está cerrada temporalmente (ponen multa, si accedes).
Seguimos por la de los Estudiantes, que es magnífica y también está separada por rocas y unida por un túnel. Después, y accediendo por un camino, que sale de la calle principal, enfrente de los bomberos, llegamos a la de Dona Ana, que para algunos es la playa más bonita del Algarve.
Para nosotros no, porque nos gusta más la siguiente: la de Don Camilo. Hasta allí se accede tras descender 229 escalones. Con la marea alta el arenal es casi inexistente, pero su belleza te extasía. A ella se llega siguiendo desde la de Dona Ana y tomando una serie de pasarelas ecológicas de madera, que también te van dejando en diversos miradores donde las vistas son extraordinarias.
Otros puntos de interés son: el Elefante, playa dos Pinheiros, el Mirador del Abismo y la playa de Balança, hasta abordar la Punta de A Piedade, con un paisaje rocoso y marino verdoso y azulado, casi increíble.
Hay más camino para el otro lado de este cabo, pero lo dejamos para mañana y matamos la tarde paseando por el agradable centro histórico.
Decir, que en esta época, Lagos, no está masificado, pero si hay bastante turismo inglés y alemán, que hacen que la visita sea un poco incómoda. Pero es, que ya no hay ni un mes -aunque sea febrero - o un día de la semana -aunque sea martes-, en qué el turismo no te agobie, como ya comprobamos en Lisboa y Evora hace un par de meses.