Y llegó la vida casi cotidiana , consistente en de lunes a viernes en casa y el fin de semana, a Madrid. Al menos, hasta el 30 de junio, fecha, en que previsiblemente, se acabarán los abonos gratuitos de trenes de Media Distancia y Cercanías.
El finde del 5 y 6 de abril y en Caixa Forum, contemplamos la cuidada exposición de "Los mundos de Alicia". Nos gustó bastante, aunque echamos de menos, que sea un poco más interactiva, como acostumbra está Fundación de CaixaBank. Era el día de inauguración y el recinto estaba abarrotado de niños, aunque la muestra está más pensada para adultos.
También volvimos a la Casa de México, donde se ofrece de forma gratuita, una exposición sobre creatividad en los noventa, que presenta ideas y creaciones muy originales. Recomendable y con pocos visitantes.
Al día siguiente, nos fuimos a Torrejón de Ardoz, a deambular por el Centro Comercial Oasiz y quedamos gratamente sorprendidos, porque se asemeja más a un complejo de tiendas y restauración de Bali, que al de un pueblo obrero de la capital. Tiene lagos, palmeras, saltos de agua y hasta una playa. No cuenta con un edificio en sí, por lo que los negocios están alineados al aire libre, así que en invierno...
El 12 y el 13 descansamos por la cercanía de la Semana Santa.
Y llegó está, antes de que mi pareja llevara un mes en el mercado laboral. Abandonamos nuestra pretensión de volver a Cuenca y a Toledo, por el alto precio de los trenes y sobre todo, de los hoteles (más de cien euros por noche, en ambos casos). Nos alojamos en Pozuelo de Alarcón, a diez minutos en tren de Príncipe Pío -C 10-, en un buen piso turístico por 40€ la noche.
El jueves comenzó con una decepción: el mural de la calle Paz -cerca de Sol-, que Pikolin ha patrocinado para fomentar el beso de buenas noches y buenos días de las parejas. ¡Nada, que ver, con lo imaginado!
Pero pronto se nos pasó el mal rollo, al contemplar en soledad, la increíble exposición sobre arte de Nueva Guinea Papúa, en el lujoso hotel Urban 5 GL. ¡Que amabilidad del personal!, nosotros no estamos acostumbrados, a qué nos traten tan bien, por lo que somos un poco torpes en estos ambientes y nos sentimos mejor en el caos de Asia y África.
Finalizamos el día, visitando la Serrería Belga y su muestra al aire libre, "Icónica Madrid" y el Panteón de España, donde están enterrados muchos políticos ilustres del siglo XIX.
El viernes nos dedicamos en cuerpo y alma a la Vía Verde del Guadarrama. Tomamos el tren hasta Móstoles -El Soto. Se camina unos dos kilómetros dejando atrás el parque y unas instalaciones deportivas y se entra en el sendero de unos seis kilómetros, que lleva hasta una pasarela peatonal sobre un arroyo y a un largo puente de hierro sobre el río. Dicen, que hay restos de una antigua estación, pero lo único, que vimos fueron chabolas, basuras y escombros.
De vuelta, nos fuimos a Vistalegre, donde han pintado un precioso mural de una chica tocando la guitarra. Es el más grande de España
El sábado hicimos una visita esperada al único museo del metro, que nos faltaba: el que fue el vestíbulo de Pacífico, entre 1923 y 1961. Esperábamos más y además, no nos gustó nada el guía.
De vuelta, visitamos la bonita estación del arte -linea 1-, con reproducciones de cuadros famosos.
El domingo, íbamos a abordar diversas exposiciones en el Palacio de Cibeles, pero la lluvia, el frío aire del norte y los precios de los hoteles nos terminaron enviando para casa en el último tren del sábado.