Serán cientos y miles, las quejas que anualmente, se plasman sobre Ryanair. Ya os digo yo, que la mayoría, son infundadas (salvo la sentencia de aquel atinado juez, que decidió, impedir pagar por no llevar impresa la tarjeta de embarque -40 euros-, dado que una compañía transportadora –lógicamente-, debe proveer al transportado, de un título de transporte). La empresa aplica una política, absolutamente agresiva, en cuanto a precios, aunque también –como Ikea-, establece su propia república, en la que a algunos, les resulta difícil manejarse.
Nicosia (Chipre)
No es nuestro caso, dado, que hemos volado más de cincuenta veces con ellos y nunca, tuvimos problema alguno. Hasta hoy. Nos han trastocado, gravemente, los planes y hemos perdido algún dinero, que no esperamos recuperar –a pesar, de poner la pertinente reclamación, en los servicios de consumo-.
No estamos muy disgustados –aunque, si contrariados-: No queremos ser injustos. Muchos de nuestros viajes por Europa y el norte de África, no hubieran sido posibles, sin ellos.
Lo que más nos ha fastidiado –más, que el dinero o los desplazamintos-, es la cara de gilipollas, que se nos ha quedado, tras los acontecimientos y el muy mal trato recibido, tanto por el personal del aeropuerto de Villanuela (Valladolid), -aunque es normal, porque aquí, somos así de ásperos- y del de Ryanair. Pero, la rabia se quema y amanece un nuevo día.
Limasol (Chipre)
Los hechos son tan sencillos, como breves. Llegamos al aeropuerto. Suponemos, como otras veces, que con media hora o tres cuartos, es suficiente –teniendo la tarjeta de embarque y sin facturar-, para hacer los trámites oportunos, de un vuelo nacional.
Sospechamos, que algo no va bien, dado que no hay nadie, en los lugares de embarque. Un desagradable policía –o similar-, nos espeta, gritando: “Y, ¿ustedes donde van?”. “Pues mire, a embarcar hacia Barcelona y a tomar mañana, un vuelo hacia Lárnaca (Chipre), desde Gerona”.
“Pues no –contesta-. El embarque ya está cerrado y el vuelo ha salido”. Nos miramos atónitos. Faltan 35 minutos, para la partida oficial del vuelo y según la compañía, la puerta no cierra, hasta treinta minutos antes.
La pregunta la entenderán, tanto profanos, como avezados ¿Es normal, que un avión despegue más de media hora antes y se olvide de sus pasajeros (aunque, hayan pagado solo 4€, por un recorrido, que en bus, vale 45?.
En veintitantos años de viajes –y eso que las cosas, durante este tiempo, han cambiado mucho-, es la segunda vez, que un vuelo sale antes de la hora: el otro, fue desde Tánger, en la época de las cenizas volcánicas, cuando había muy poco tráfico aéreo.
En fin. Nos fastidiaron los planes. Líbano y Chipre y Líbano, quedan para otra vez. (y ya van dos)
Nos centraremos, en los próximos días, en preparar África occidental y a estas alturas, existen varias alternativas:
-Vuelo a Nador o Tánger (con Ryanair, precisamente) y transporte público en barrena, hasta Dakar y en pura aentura (cerca de 4.000 kilómetros).
Biblos (Líbano)
-Madrid-Milán-Senegal (con Meridiana Airlines), por un importe más barato, que volando desde Madrid. Y eso, que ahora hay ofertas de Iberia.
-Tras investigar, hemos descartado volar desde Las Palmas (donde hay consulado de Mauritania), Cabo Verde o Madeira.
-También, hemos desestimado, hacernos el Harakiri (que es casi, lo que más nos apetecía)
Pero, sobre todo, ¡VIVA RAYNAIR!, porque a pesar del durillo contratiempo, nos ha sacado de bastantes más embrollos, de los que nos ha metido.
Y para otra vez y aunque sea vuelo nacional, a ver si aprendemos, dejamos de estar por encima del bien y del mal y nos presentamos, como todo el mundo, dos horas antes de la salida.