Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

jueves, 28 de septiembre de 2023

Mal inicio

           Aunque todo iba muy bien planificado, en lo que dependía de nosotros, el principio del viaje fue muy malo, casi fatal, aunque por poco, no caímos del alambre. Y, como al final, todo salió a la perfección, hicimos realidad ese dicho gitano, que asegura, que no quieren ver a sus hijos con buenos principios.

          Un error de cálculo, pueril e injustificable, casi nos hizo perder el tren, a Madrid, no teniendo más margen para llegar al aeropuerto. Para lograr subir al convoy tuvimos, que correr, siendo noche cerrada, durante los últimos cinco minutos y llegamos asfixiados. Pero, como si nada, nos dormimos durante todo el trayecto a la villa capitalina.

          Siguiendo el refranero parecía, que nos había mirado un tuerto. La segunda nos llegó, al desembarcar en Príncipe Pío. Mi pareja pasó los dos billetes por la máquina canceladora, pero una vigilante no lo vió y no se le ocurrió otra cosa, que zarandearme, aunque obtuvo una respuesta verbal contundente. Y eso, que los billetes de media distancia son gratis, que si no, me habría caído una llave de judo o peor: golpes con puños de hierro, lo mismo!

          Y el tercer dicho refranero, llegó en la T1 de Barajas. Una malhumorada, acelerada, agresiva y poco empática chica, me atropelló, virulentamente con su enorme bulto de ruedas y cuando se lo recriminamos, nos insultó.

          A la cuarta, nos falló ya, hasta la sabiduría popular, que afirma, que a la tercera va la vencida. El vuelo de Ryanair, a Copenhague, comenzó a retrasarse y temimos por su cancelación. Desde hace algún tiempo y por cualquier incidencia, las compañías te mandan SMS o correos electrónicos al móvil, pero eso, aunque es muy de agradecer, para los que tenemos una edad y hemos vivido mil desinformaciones aéreas, no evita el sufrimiento y más, al principio de una aventura. Finalmente, llegamos a nuestro destino con más de hora y media de retraso.

          Y, termino refraneando: a nosotros, Dios nos aprieta, pero efectivamente y de momento, no nos ahoga. Nos pasan tantas cosas, que no tenemos necesidad de exagerar nada.

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