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jueves, 2 de febrero de 2023

El Año Nuevo chino del conejo (parte II)

           Sobre las cuatro de la tarde, subió al escenario el grupo "Vilapain". No son el hip hop y el trap los géneros, que más nos gustan. Disfrutamos algo más con "Mejores Amigas", un dúo formado por una chica china con faldita corta -Valeria- y un componente masculino español algo más mayor ,-Mateo-, con un pop romántico, a veces divertido y otras, moñas. Entre los dos conciertos no llegaron a la hora y media.

          A mediodía, el cercano parque Pradolongo -hace honor a su nombre, porque es enorme -, que cuenta con un magnífico lago artificial, estaba casi desierto, pero a las seis se fue llenando de gente, hasta formar una multitud tal, que casi era imposible moverse (más del 90% españoles o sudamericanos y ni un 5% de chinos). La actividad a esas horas, era el Festival de Luz.

Se formó una cola de más de un kilómetro de largo para el reparto gratuito de farolillos luminosos, pero después de casi hora y media, el 80% nos quedamos sin el preciado objeto. ,¡Otra vez será! Dos horas después y ya siendo de noche, la jornada culminó con ocho minutos de fuegos artificiales. Los hemos visto mejores y sobre todo, más largos, pero no estuvieron nada mal. Salir del parque resultó una auténtica pesadilla.

          En la desagradable mañana del domingo, con mucho viento helador- aunque con sol- y un grado bajo cero de temperatura, se iba a celebrar el Gran Desfile y media hora antes de que comenzara, nosotros ya estábamos ubicados en Marcelo Usera, que junto a Rafaela Ybarra, iban a ser las arterias del tradicional pasacalles. Menos mal, que llegamos con tiempo y cogimos primera fila -buen lugar para grabar videos -, porque poco después, las cosas se pusieron imposibles, al abarrotarse todos los alrededores de gente.

          Hay, que decir, que el desfile nos cautivó y aunque muertos de frío, acabamos encantados. Aquí si, vimos dragones y osos panda y el transitar , al ritmo de músicas diversas, de 1200 personas, en distintos grupos, ataviados con diferentes ropajes y portando la máscara del conejo y el gorro tradicional. No sólo eran chinos, sino también sudamericanos, como magnífico gesto de integración entre distintas culturas.

          Por la tarde, ya en el hotel - nos decantamos por el Woohoo, en la calle Concepción Arenal, lo que fue una magnífica elección -, leímos, que para el año que viene, van a instalar en el barrio una puerta china y una escultura de un oso panda de más de un metro de alto y de 500 kilos de peso. ¡Poco a poco!

          Nuestra sugerencia más clamorosa para siguientes ediciones es, que se lleven el desfile a un lugar mucho más extenso, aunque sea fuera del barrio, porque aquello resultó ser un verdadero colapso. 

          El lunes, 23 de enero, era festivo en nuestra localidad de residencia, así, que también nos quedamos, en Madrid. Por la mañana, quisimos visitar el Palacio de Cristal de Arganzuela, en Legazpi, pero cierra ese día de la semana. Y por la tarde y desde las cuatro, de lunes a jueves, es gratis el Palacio Real. Pero resultó, que ese día había una recepción oficial y estaba cerrado al público. ¡Una jornada para olvidar!, sin duda.

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