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miércoles, 30 de marzo de 2022

Domingueros

        "Llega el alba,\ ya es domingo\ y no termina nunca mi ansiedad", cantaban Santiago y Luis Auseron, allá por el 2006. La verdad es, que no siempre resulta posible descifrar el auténtico significado pretendido por los excomponentes de Radio Futura en sus canciones, pero en este caso y con ironía, yo me siento bastante identificado con la estrofa. Porque la ansiedad es, sin lugar a dudas, la principal caracteristica de loa domingueros y a la vez, de los que tenemos que soportarlos.

        Efectivamente, un dominguero, que se precie, actúa desde las horas más cercanas al alba, para no perderse un solo minuto de su día favorito. No se trata de lobos solitarios, sino que transitan en pequeñas manadas de colegueo o familia.

          Su segundo rasgo fundamental es, que no emoatizan y por tanto, son incapaces de ponerse en el lugar de los demás. Su lema implícito, aunque no reconocidi es: para divertirme yo, da igual, quien se joda"

        Gritan, no dejan hablar a sus propios compañeros de aventura y apenas les escuchan. Y todo ello, mientras dan pedales de manera enfervorecida y compulsiva. Si, porque el medio favorito de transporte del dominguero es la bicicleta y su segundo principio es: "yo la tengo más grande, que todos".

          Afortunadamente, solo se muestran, como son, ese único día -algunos lo amplian al sábado-, porque son la molestia del resto de personas civilizadas, que también pretenden disfrutar de su día, da igual, sean niños, adultos, personas mayores o con discapacidas. A modo de ejemplo, en las sendas compartidas, te intimidarán. En los carriles bici te reñirán, por caminar sobre ellos. Y en los senderos unicamente peatonales, te gruñirán e insultarán por llamarles la atención.

        Intercambian información a la velocidad de la luz, de tal forma, que hay rutas, que se hacen intransitables, debido a su tóxica presencia. Sin embargo, otras, igual de bonitas o más permanecen casi virgenes. Es el caso, de las dos más recientes, que hemos hecho: senda del Duero y del Pino Pinilla. Y es, que el dominguero, al igual, que el senderista de montaña esforzado, raramente contempla el paisaje, porque transita absolutamente preocupado y pendiente de si mismo y de sus objetivos adrenalinicos.

          Ellos nunca tienen la culpa de nada, de lo que puede ocurrir. En este sentido, comparten con los perrunos la característica de no ser responsables de sus actos (en este caao, siempre señalan al animal, como causante de cualquier desavenencia)

        Por supuesto, no respetan ni una sola norma de circulación y si pueden transgredir varias a la vez, mejor.

          Conparten con las marujas su don de saber de todo y de tener un conocid@, al que le pasó algo similar en todos los temas, que se tratan.

          Es rasgo común de los domingueros familiares ser acompañado por uno o varios perros, bien corriendo, bien en remolques no siempre adecuadamente adosados a la propia bicicleta. A veces, cambian la actividas ciclista por la de ir a ver al niño al fútbol y desfogar sus frustraciones en el campo.

          Y la cosa es, que si no te fijas en los detalles, el lunes parecen personas tan normales.

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