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sábado, 19 de septiembre de 2020

Información práctica sobre Grecia (transporte y alojamiento)



         Grecia, en general, es un caos semicontrolado, más parecido a la España o Portugal de finales de los setenta, que a la Europa de ahora. ¡Es su encanto!. Ni crítico, ni defiendo, pero no me extraña, que los llamados países "frugales" del norte de Europa, no aprueben el estilo de vida griego y de otros países del sur.


          Para mi, la mayor vergüenza ajena del viaje fue comprobar, que un estado de la Unión Europea haya dejado caer más de la mitad de su sistema ferroviario, durante los últimos años. En unos cuantos lugares -como en Corinto, por ejemplo- es todavía posible observar parcialmente las vías y el trazado -donde no las han quitado para poner un aparcamiento, claro- y los vagones destartalados y oxidados. ¡En Grecia, las ruinas no son solamente de la antigüedad! Si no, id a ver una de las dos estaciones de la capital.


          Las dos únicas líneas existentes hoy en día son Atenas-Kalambaka y la que lleva de la capital, a Tesalónica, que fueron vendidas a precio de saldo a un grupo inversor italiano. Se suspendieron todos los trenes internacionales con Estambul, Sofía, Belgrado...Y se cerraron los tramos con Patras -conexion con ferries a algunas islas y a Italia- y Kalamata. Este último pasaba por Corinto y Esparta.

          Todos los autobuses, que tomamos -y no son pocos- fueron de la empresa Ktel. No vimos más competencia. La frecuencia es escasa y suelen ir llenos si no se reserva un día antes. La mayoría de las veces son viejos y en muy pocos disfrutamos de aire acondicionado, en pleno mes de agosto. Para hacerse una idea de las dificultades de conexión, entre la capital y Monemvasia, separadas por 300 kilómetros, se deben hacer dos trasbordos: uno, en Esparta y otro, en Molay. En el mejor de los casos, algo más de cinco horas.

          Mejor opinión nos merecen los alojamientos. Como siempre en el tercer mundo -y digo bien-, lo privado funciona mucho mejor, que lo público. Pagamos entre 12,5 y 40 euros, aunque la media de todos no llega a los 25.

          En Atenas estuvimos en cuatro, por aquello de la oscilación de precios diaria. Todos son fáciles de encontrar en Booking y de mejor, a menor -aunque todos superan el aprobado-, el Mansion, el Sffigos, el Urban Rooms -autocheck-in, muy cómodo- y el Sparta. El único alejado del centro es el segundo. 

        El único Hostel, donde nos alojamos, fue en Kalambaka, pero había poca gente y nos dieron la habitación de cuatro literas para solo los dos. También este, sin aire acondicionado, a diferencia de todos los demás. En el Mansion, en el de Esparta, en Corinto y en Chania disfrutamos de baño privado. En todos los casos, limpieza impecable.

          La pega de este pandemico verano es, que la mayoría de alojamientos en Europa exigen pago por adelantado y son tarifas no reembolsables, por lo que cancelar es imposible. Por eso, nosotros los buscamos, en Booking y luego contratabamos con el propio hotel, a la llegada al destino.

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