Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

viernes, 5 de enero de 2024

Sucedió una noche

           Partimos, el sábado 21 de octubre, a Santander, en cuyo aeropuerto pasaríamos la primera noche. Ya hemos dormido varias veces en su exterior -cierra de 23:30 a 5:00 horas -, pero no es lo mismo en verano, que en otras épocas del año. Pasamos algo de frío, pero cuando abrieron, nos tumbamos en las butacas corridas y nadie nos molestó. Buen  wifi y un hipermercado Carrefour, a unos veinte minutos, caminando.

          El aeropuerto de Viena fue nuestro hogar, durante la segunda y la tercera noche. Tiene dos supermercados con precios de la calle, dentro de sus acogedoras y tranquilas terminales, buen wifi y un ambiente muy relajado. En nuestras dos estancias, dormimos tirados en el suelo y nadie nos hizo levantar o nos pidió documentación personal o de viaje alguna.

          Para el cuarto día manejábamos una estrategia concreta, aunque algo insegura, porque desconocíamos, como funciona la zona de tránsito del aeropuerto de Kuwait. Llegaríamos al mismo, a las 17:45. Ayudados de algo de alcohol, pretendíamos roncarnos el vuelo de cinco horas y al llegar, seguir dormitando en la zona internacional de tránsito. Todo salió perfecto y tras largos sueños, a las tres de la madrugada estábamos gestionando la visa y rumbo a la ciudad (esto no habría sido posible en Mascate, dado que te obligan a elegir a la llegada, si tránsito -con control de documentación y equipaje - o visado.

          A priori, la quinta noche era la más complicada y en la práctica así fue. Daré todos los detalles en próximas entradas, pero anticipo, que el aeropuerto de Kuwait es el más hostil y extraño de nuestro mundo conocido y además se estropeó el wifi y quedamos incomunicados, totalmente (tampoco llegamos al pánico, porque hemos vivido más de la mitad de nuestra vida sin la tecnología actual y tan felices). Resultó peor, el depredador e impío aire acondicionado.

          La última noche y al fin, fue idílica, en nuestro hotel de lujo de la excelente compañía omaní de bajo coste, Salam Air. No perdimos ni un minuto de sueño de las seis horas de vuelo, entre Mascate y Bangkok.

          Del 1 al 10, ¿Como fue nuestra situación en cada una de las estancias? Santander, 6. Viena, 8. Kuwait, 3 y Salam Air, 9.

jueves, 4 de enero de 2024

Inicio de viaje arriesgado, pero con muchas oportunidades

           Éramos conscientes - por esa manía, que nos entró hace unos meses de visitar Kuwait -, que el principio de este pretendido noveno viaje largo iba a ser complicado. Si fallaba un eslabón, todo se iba a la mierda. Pronóstico de vida algo tediosa -demasiadas esperas- y de gran resistencia mental, ante un plan tan exigente, como seguro, que para muchos, absurdo, arriesgado, irrelevante o exagerado. ¡Ni más, ni menos, que seis noches de aeropuertos o aviones, sin alojamiento ninguno! Nunca habíamos hecho algo parecido y eso, que el reciente viaje por varios países de Europa, fue muy exigente. Esas eran las desventajas.

          Hagamos desglose: contratamos un Santander, a Viena, con Ryanair. Desde allí, volaríamos, a Kuwait, con Wizzair. La dificultad de este tramo era, que la compañía solo lo oferta dos días a la semana en temporada alta y había, que cuadrarlo todo.

          El gran descubrimiento del viaje hasta ahora -somos de asumir riesgos, aunque ya no, con el dinero-, ha sido Salam Air, una compañía de bajo coste- de Omán. Aviones nuevos y cómodos, super puntuales y personal muy joven y preparado. Con ellos volamos desde Kuwait a Bangkok, con una escala de ocho horas en Mascate. Flipamos con el aeropuerto de esta ciudad omaní, que para mí, es el mejor del mundo.

          Además de pasar seis interminables noches en aeropuertos y aviones tuvimos, que gestionar las correspondientes comidas por nuestra cuenta, al no ir incluidas en ningún billete. En Viena y Kuwait, bien, al bajar al centro, porque los supermercados están bien surtidos y cuentan con opciones a precio razonable.

          Pero, de camino, a Bangkok y en tránsito, las patatas fritas y las galletas -no las retienen nunca en los controles de seguridad - fueron casi, nuestro único menú.

          En siguientes entradas se hace referencia, a como sobrevivimos cada una de las seis noches con vida de trotamundos/viajero/turista.

Volar desde la periferia o la ruina ¿Con líquido de las lentillas?

           Desde, que tras la pandemia, se normalizará la situación de los viajes internacionales, para los trotamundos, que pretendemos alcanzar destinos lejanos existe un verdadero problema. Lo explico, a modo de ejemplo, para hacerlo más sencillo. Un trayecto entre una ciudad europea y Singapur - operado por aerolíneas asiáticas de bajo coste- e investigando bien, lo puedes encontrar por unos 150 euros, para 10.000 kilómetros. Un vuelo, Madrid - Roma, dependiendo de épocas -fundamentalmente, en verano, o Navidades -, se te puede poner en casi el doble, para una distancia, que no es ni la quinta parte.

          Si quieres volar desde una ciudad importante de la península -especialmente, Madrid -, a tu escala europea, para irte lejos, la única alternativa es- y no lo digáis por ahí -, utilizar los aeropuertos periféricos patrios, que ofrecen tarifas mucho más baratas -hasta diez veces menos -, que los grandes. Nosotros, como vivimos en Valladolid, nos quedan a relativo tiro de piedra: Santander, Asturias y Bilbao.

          De hecho, para nuestros tres últimos periplos más complejos, hemos utilizado el aeropuerto cántabro cuatro veces, el de Asturias una y solo , el de Barajas, en un trayecto.

          El problema -alto menos trascendente, la verdad- del aeropuerto Seve Ballesteros es, que cierra desde las 23:30 a las 5:00 y si tienes un vuelo tempranero, debes hacer noche en sus bancos exteriores y en esta época otoñal y a pesar de llevar mallas y doble camiseta, hemos pasado algo de frío.

          La ventaja fundamental de este aeródromo es, que los controles de seguridad, son poco exigentes. ¿Se puede meter al avión un bote de líquido de las lentillas? Mi pareja llevó uno de medio litro, dado que un miembro de seguridad de Barajas nos dijo hace tiempo, que se permiten llevar hasta 1.000 mililitros. Lo sacamos de la mochila y lo pusimos en la bandeja. El encargado de la inspección de los equipajes nos dijo, que el envase debía pasar una prueba de contenido, pero finalmente, nos lo dejo introducir,vsin más.

          El vuelo, a Viena, resultó tranquilo, con Ryanair. Disponíamos de casi día y medio, para visitar la ciudad austriaca, antes de tomar un avión de Wizzair, a Kuwait. Pero no nos hizo demasiada ilusión, dado, que habíamos estado en este lugar hace cuatro años.

          La primera vez, que visitamos está urbe, en 1.991, nos pareció carísima. Hoy en día y aún siendo el salario medio austríaco dos veces y media mayor al español, hay muchos precios similares o incluso inferiores en los supermercados Spar y Billa. Así, que la inflación, como nos quieren vender, no es cosa de todas las naciones por igual.

          Por lo demás, los austríacos son muy suyos y no voy a profundizar, porque con los tiempos, que corren, meterse en líos banales, no conlleva ningún beneficio.

viernes, 29 de diciembre de 2023

jueves, 28 de diciembre de 2023