Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.
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viernes, 26 de septiembre de 2014

El fuego eterno

                                                            Todas las fotos de este post son, de Calcuta (India)
          El retorno a Calcuta fue un infierno (otro más). No por el viaje en si, que fue cómodo y fresquito, como, casi siempre, en sleeper. Sino porque nos vamos tejiendo una maraña a nosotros mismos -de la que nada tiene la culpa Calcuta-, salvo el incesante y húmedo calor, que nos atrapó durante cuatro días, hasta casi asfixiarnos.

          La decisión estaba tomada y la cosa prometía. Al ciber, para dos días después, volar a Dhaka. Pero, tras intentar pagar con cinco tarjetas diferentes, con ninguna nos fue posible. Y, uno, ya entiende el por qué: ¿habiendo mil trescientos millones de indios y ciento cincuenta habitantes de Bangladesh -vamos, como si Andalucía tuviera cincuenta o España quinientos-, les da igual, el mercado exterior -occidental fundamentalmente- y sus malditas “credits cards”. En ninguna compañía india y son decenas, se puede pagar por este medio, a través de internet (en una agencia física, las comisiones son prohibitivas).

          Contrariados y desesperados, quisimos poner remedio, largándonos a Japón y Corea del Sur, pero el proyecto era imprudente -no sólo económicamente, sino por motivos de organización-, por no decir una locura.

          Miles de ideas afloraron en el buscador de vuelos, pero todas cayeron en saco roto. Lo que, al principio, en Calcuta era soportable, se fue convirtiendo en el fuego eterno. Me refiero a nuestro hotel de los bichos -tercera estancia en él-, con la ventana medio enladrillada y por la que entra el fétido -al principio, aguantable-, olor a chapati requemado, de un negocio cercano (una semana después, cuando esto escribo, todo nuestro equipaje aún huele, a eso).


          Las habituales y agradables cervezas "strong" -que alegraban nuestras mañanas-, comenzaron a horadar mi estómago y barriga, hasta caer en serios desarreglos intestinales (¿la maldita glicerina, qué contieenen?. Y hasta la riquísima y variada comida, comienza a darnos asco.

          Era sábado por la tarde y después de consultar una agencia física -en este caso concreto, tampoco admiten tarjetas-, tomamos tres decisiones, que en veinte minutos, nos devuelven el timón del viaje: sacar dinero suficiente del cajero, comprar con él el vuelo a Dhaka y cambiar -con baja comisión- euros por dólares, para el visado “on arrival”.

          Todo parecía bien encaminado, hasta que al día siguiente, llegó el abismo, que por otra parte, siempre es mayor, cuando uno está agobiado: problemas digestivos muy molestos; calor insufrible -yendo de tienda acondicionada a centros comerciales-; estar sin hotel desde el mediodía; asco a toda cosa que oliera a comida -Calcuta entera- y única tolerancia, a ingerir leche y zumos. Los mendigos se multiplicaron por mil -o eso me parecía-, al igual, que las distancias recorridas por el trepidante y -hoy- hostil mercado, otrora tan caótico, como apasionante.

          Después de partir hacia el aeropuerto, tras un periplo -tranquilo- por la única linea de metro de la ciudad y de un tortuoso bus, arribamos a la magnífica nueva terminal, de Calcuta, tomada por los -hay muchas chicas- militares, que sólo aceptan el acceso a los “indios de bien” y a los guiris, aunque, seamos de mal, siempre que unos y otros vengamos provistos del correspondiente billete aéreo impreso.

          Había, que elegir, entre los 39 húmedos grados del exterior y los 13 ó 14 interiores y gélidos, en una terminal desangelada y casi vacía. Elegimos lo segundo y llegó mi milagrosa recuperación -sin el PP presente-, aunque todo tiene siempre sus consecuencias: ¡catarro terrible!, al canto y algunas otras más.  

Disfrutando de Orissa


                                                         Esta y las tres siguientes son, de Bhubaneswar (India)          
          Calcuta nos perdió de vista, para recuperarnos cuatro días después. Con mucha pereza y un calor húmedo insoportable y sintiéndome algo enferma y débil, tomamos un tren nocturno, a Bhubaneswar, a unos 450kms al sur.

          La buena noticia son sus espectaculares y desconocidos templos, enmarcados en una zona caótica, que respira agradable cotidianidad. La mala -racistas de mierda- consistió en que preguntamos en unos 40 hoteles y en el 75% de ellos, nos rechazaron.

          La inesperada fue, que almorzamos, cuando menos lo esperábamos, uno de los mejores biryanis con pollo de todo el viaje. Y, la alucinante -casi ya, cuando nos íbamos a ir-, resultó contemplar, como varios hombres ataban a un árbol a un chaval y lo molían a palos, con la complacencia de todos los espectadores, incluído un vigilante jurado, que ha tomado una de las mejores localidades. Cuando lo desatan y, mientras algunas mujeres lloran, el jovencito agarra dos enormes piedras, con las que vengar su ira. Ni sabemos el final de la historia, ni las causas y por supuesto, no intercedimos -en favor de ninguna de las partes-, ni llevamos acabo más indagamos o pesquisas.

        Para llegar hasta Puri, tomamos un tren lleno de hombres -ninguna mujer- vestidos de naranja, que tardó dos horas y media, para 65 kilómetros. Luego, supimos, que eran peregrinos. acudiendo a un lugar sagrado de la localidad, a rendir culto a tres dioses hermanos. Aunque, el peregrinaje se sucede durante todo el año, hay una festividad denominada Rhaja Yatra, en la que confluyen cientos de miles de fieles o incluso, millones. Dicen, que en su no muy estético, pero enorme templo, se encuentran los hornos más grandes del mundo -750-, que en un día cualquiera, pueden servir unas doscientas mil comidas.

                                                Esta y las dos siguientes son, de Puri (India)         

          Aseguran además, que la tercera parte de los habitantes se Puri -unos 50-000-, viven directa o indirectamente de este lugar sagrado. Si cualquier día, ya es un espectáculo, ver esta trepidante plaza, no me quier ni imaginar -aunque los numerosos carteles, por todas partes, dan una idea- en los días de la festividad de los grandes momentos y emociones, que se viven, cuando sacan al triunvirato en unos carros de trece metros de alto -llenos de debotos hasta en el techo, como no podía ser de otra manera- y los trasladan, durante nueve días, a un templo más modesto a tres kilómetros, para que disfruten de sus vacaciones, tan cortas y cercanas, que ni en la España de la crisis.

        Nuestro periplo por el estado de Orissa termina en Konark, un lugar tranquilo -ya era hora-, con una agradable calle peatonal llena de puestos y baños gratis -¡noticia!-, aunque asquerosos, pelmas varios y otros tres carros sagrados menos impresionantes, de los que desconocemos su función.

          Por el templo te cobran 250 rupias -sinvergüenzas de ellos, dado que está lleno de andamios-, pero se ve perfectamente, circundándolo por fuera fuera.

          En Puri, son tan agradables, que todos los hoteles tienen el check-out -dejar la habitación- a las ocho de la mañana. Una opción, para aprovechar el madrugón, puede ser, pasar la mañana en su enorme, salvaje y poblada playa de barcos. Sería una delicia, si la insoportable basura, no la invadiera sin piedad. ¡Nada que ver, con las playas del suroeste de la India!.    Konark (India)

viernes, 25 de abril de 2014

Segundo intento de sexto viaje largo (esperamos, que sea el bueno)

                                                                        Agra (India)
          Después de numerosas contrariedades y de resolver diversos problemas, parece, que en breves días, nos largamos a Asia, por dilatado tiempo. Nuestros destinos no han variado, en relación con los del anterior post. Pero sí, la forma de llegar hasta Asia.

          Con altas probabilidades -aunque, no seguras-, recuperaremos los 360 euros perdidos, en los malogrados vuelos con Pegasus Airlines -compañía de pésima atención al cliente, donde van a lo que van (la pasta)-, entre barcelona Y Dubai, gracias a las arduas negociaciones con la compañía de seguros, de nuestra VISA oro.

          Aunque, no tenemos aún los billetes, pretendemos no demorarnos más de una semana en partir, con dos opciones y un único destino inicial, la que es nuestra segunda casa: Bangkok (sexta vez).

                                                                                      Bangkok (Tailandia)
          La primera es la compañía Norwegian -low cost noruega: Barcelona-Oslo (67 euros) y Oslo-Bangkok (161). Austeridad para un viaje tan largo y no muy buenos horarios. Nos tendríamos, que hacer cargo del tema comidas, durante dos días, que de facto significa, llevar viandas para ese tiempo, dado que ni nos atrevemos a depender de la manutención en el aeropuerto noruego.
Varanasi (Inida)
          La segunda nos atrae más: Madrid-Bangkok, con escala en Zurich, con Swiss Air, por 277 euros. Sería un viaje más cómodo y con menos preocupaciones, aunque con una escala de 10 horas, en la que no saldremos del aeropuerto, dado, que conocemos Suiza de cabo a rabo.

           Después de darnos un paseito por Tailandia, por algunos lugares, que no conocemos, volaremos a Calcuta, con IndiGo (unos 67€) y pasaremos dos meses en India. Luego, Bangladesh y después... ya veremos...


           Trataremos de iros contando algo, aunque no somos mucho de ir al ciber durante los viajes (lo imprescindible). Si no, a la vuelta.  

domingo, 9 de marzo de 2014

Sexto viaje largo, segundo a India

                                                                  Kanchipuram (India)
          Tras un periodo algo oscuro, aunque muy tranquilo -demasiado-, he decidido recuperar los contenidos para este blog, después de un año 2.013 algo aciago, en el que no viajamos al extranjero. Nuestras vacaciones anuales se repartieron en ese ejercicio, entre una semana en la Costa Brava, otra en las animadas fiestas de Salamanca y dos en la agradable isla de Gran Canaria.                             Dubai (Emiratos Árabes)

          Sin embargo y después de una temporada de cimentación de nuestros ahorros, la historia parece cambiar: el próximo 19 de marzo y en los albores de la primavera, nos ponemos, una vez más, “on the road”, con un nuevo viaje largo, en un principio, de unos tres o cuatro meses de duración.

          Por 168 euros y con la compañía turca de bajo coste, Pegasus Airlines, hemos comprado un vuelo desde Barcelona, a Dubai, con cambio de avión en Estambul. Pasaremos un par de días en esta ciudad de Emiratos Árabes, ya varias veces visitada y después, nos dirigiremos a Omán, para visitar Mascate, Mizwa, Bahla y Jabrin (estos tres últimos sitios, se encuentran muy cercanos entre si).
                                                        Puducherry (India)
          Desde la capital de Omán -por 38 euros- volaremos con la bajo coste IndiGo, a Mumbay (Bombay) e iniciaremos nuestro segundo viaje a India, de unos dos meses, duració0n similar a la del primero, llevado a cabo durante el segundo semestre de 2.011. Como en aquella ocasión, recorreremos unos 10.000 kilómetros, por el norte y el sur, viajando a través de unos 35 lugares, de los que solo repetiremos, cuatro o cinco.

                                                                            Fort Cochin (India)
          También, abarcaremos Bangladesh, durante unos 15 días. Lo que no sabemos, es si será después del periplo por India o entre medias de este. Es un destino, que nos atrae bastante, a pesar de que carece de grandes atractivos turísticos. Sin embargo, las experiencias vividas, según relatan otros viajeros, son casi, inigualables. Esperamos abandonar ambos destinos, antes de que comience la molesta y caótica época de lluvias (monzones).
Hampi (India)

          Mantenemos una duda razonable, de si en este sexto viaje largo incluiremos Pakistan. No son muchas las posibilidades, pero no lo descartamos por completo No hemos podido obtener información actualizada y fiable, sobre la seguridad en las diferentes regiones (aunque parece, que no es muy buena). Por otra parte, nos han hablado de la enorme dificultad de obtener la visa fuera de tu propio país (incluida la sede diplomática pakistaní, de Delhi, lugar donde pretendíamos hacerla).

          Trataremos de volver, a finales de junio, vía Kuwait, que es el único de los pequeños países del Golfo Pérsico, que todavía no conocemos.

          La visa de turismo de India la hemos gestionado, personalmente, en ARKE de Madrid, que es la agencia, que se encarga de resolver los trámites burocráticos. El papeleo del visado ordinario es muy sencillo -mucho más, que en la embajada de Colombo, en Sri Lanka, donde la obtuvimos la otra vez-, pagamos una tasa de 64,5 euros y nos lo entregaron en 48 horas (a pesar de que indican, que tardan una semana). Por tanto y salvo excepciones, no merece la pena sacarlo de forma urgente (107 euros). La validez son seis meses, con entradas múltiples, no pudiendo estar en el país más de 90 días seguidos.
                                                                           Dubai (Emiratos Árabes)
                                                                         Pushkar (India)
          Habríamos querido, que este periplo fuera algo más largo e incluyera otros destinos pendientes, como Azerbaiyán, Kirguistán, Uzbekistán, Japón, Corea del Sur y alguna nación de Oceanía, pero de momento y por razones, que no vienen al caso, no va a poder ser. Es muy probable, que este objetivo pueda ser puesto en marcha a partir del próximo mes de septiembre u octubre. ¡ojalá!.                            Udaipur (India)

domingo, 23 de diciembre de 2012

Feliz 2.013 y felices viajes

                                                                                     Kajuraho (Inidia)
            Como este, muy probablemente, será el último post de este año, quiero aprovechar para felicitaros estás fiestas –que tan poco me gustan- y desearos, que la entrada, en 2.013, sea favorable. Espero también, que llevéis a cabo fascinantes viajes y que os sigáis pasando e interesando, por los contenidos de este blog.
                   Mapa de Bangladesh
            Si el retorno a la vida laboral no lo impide –cosa, bastante improbable, tal como andan las cosas-, es bastante factible, que el nuevo año, sea el de nuestro sexto viaje largo. Sobre el papel, el proyecto está muy avanzado, dado que al ser el más aventurero de los llevados a cabo, precisa de buenos preparativos (muchos más, que los de los anteriores periplos).

            Partiríamos desde Milán, a Dacca (Bangladesh), en vuelo de la compañía, Saudi Arabian Airlines (unos 275 euros). Visitaríamos el país y haríamos la visa de India, adonde entraríamos, por Calcuta. Tras hacer un circuito, en forma de media luna, por puntos que no visitamos en el anterior viaje al país, saldríamos por la frontera de Wagha, a 29 kilómetros de Amristar, rumbo a Pakistán (visa en Delhi, presentando una carta de la embajada española).
                                                                                       Lalibella (Etiopía)
            Visitaríamos el país, en un periplo, fundamentalmente, urbano y semi urbano, para salir hacia China y entrar., en Kirguistán. De ahí, intentaríamos llegar, a Uzbekistán y hacer un circuito por esta nación, para posteriormente, volar a Emiratos, atravesar Omán y hacer un recorrido por Yemen (aún tenemos mucho que comprobar, en cuanto a la seguridad de este país, pero estamos en ello).

            En Aden (Yemen), embarcaríamos en uno de los barcos –son diarios, según hemos constatado-, que enlazan con Yibuti: De ahí, atravesaríamos, a Somalilandia y mataríamos el viaje, en Addis Abeba (Etiopía, ya lo conocemos). ¿Alguien se apunta?.
             Mapa de Yemen
            De alguna forma, nos gustaría incluir, Corea y Japón –aunque solo fuera Tokio-, en este viaje. Pero me temo, que por presupuesto, va a ser imposible.

            En los comentarios de este post, se irán detallando los recorridos, país por país.

            A lo largo de enero y en este blog, seguiré publicando las entradas, que faltan, sobre nuestro primer viaje largo: Navegación en velero, desde Cartagena de India, a Panamá y continuación por tierra, a Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y México.   

sábado, 1 de diciembre de 2012

10 posibles viajes para 2.013

                                                              Nueva York (Estados Unidos)
             En materia de viajes y salvo sorpresa mayúscula, 2.012 está finiquitado. No es nada probable, que nos pongamos “on the road”, antes de la primavera del año, que viene, como muy pronto. El problema fundamental es, que casi todos los destinos accesibles a través de vuelos de bajo coste, ya los conocemos. Vamos, que de Europa solo nos quedan, Bielorrusia e Islandia y Marruecos está trillado, después de siete periplos. Tendremos que atinar mucho, para conseguir buenos precios para zonas del planeta, más alejadas.

            No obstante, aquí os pongo una lista de diez posibilidades viajeras, para el año venidero., por orden de apetencia y de realización final:
Arriba, mapa de Argelia y Libia. Abajo, Banaue (Filipinas) 
            1ª.- El soñado sexto –y último- viaje largo. Para poder llevarlo a cabo, tendrían que darse unas condiciones muy favorables, que en estos momentos, no se cumplen en su totalidad. Volveríamos a India y desde allí, abordaríamos, Bangladesh, para saltar a Japón y a Corea del Sur y del Norte. Después, retornaríamos a Filipinas e Indonesia, desde donde nos dirigiríamos,, a Guinea Nueva Papua, Australia, Nueva Zelanda y algunos otros lugares de Oceanía -Micronesia o Polinesia-, aún por determinar.

                                                                Mapa de Centroamérica, arriba. Hampi (India), debajo. 
           Desde ahí, rumbo a la ya conocida Los Ángeles, para visitar Canadá y el este de Estados Unidos. Finalizaríamos este apasionante proyecto, campando por las islas grandes del Caribe –Cuba, Jamaica, Bahamas, Haití, República Dominicana y Puerto Rico y las pequeñas. Si existiera la posibilidad, llegaríamos hasta Islandia, aunque es improbable, antes de arribar, de vuelta, a España
                                                                   Mapa de India 
            Con esto, nos pondríamos en los 150 países visitados. Pero, dos son los principales problemas: el coste de los vuelos y el de la vida, en general, en Oceanía, Japón y Canadá.

            2ª.- Retornar a la India, para un viaje de un par de meses o tres, combinado con Bangladesh. Las posibilidades de llevar este plan a cabo son altísimas, dado que hemos encontrado buenas tarifas aéreas, para los dos destinos.

            3ª.- Cuba, Haití, República Dominicana, Puerto Rico y Jamaica. A estas alturas y sin nada mirado, la dificultad la prevemos, en enlazar todas estas islas, de forma económica, mediante ferry o avión.

                                                                       Prambanan, en Yogakarta (Indonesia)
            4ª.- Argelia, en un viaje de unas tres semanas. Tres son las rémoras: estamos cansados de los países islámicos, los precios del vuelo y el ferry y el alto coste del visado. Nos gustaría ir a Libia, llegado el momento, que se cumplan unas mínimas condiciones de seguridad.
                Mapa de Oceanía
            5ª.- Uzbekistán, Kirguizistán y Tayikistán. Romualdo y Patricio, en nuestro último viaje, nos hablaron muy bien de estos baratos e interesantes destinos. Pero, los vuelos no son tan accesibles.

            6ª.- Volver a Nueva York y hacer el este de Estados Unidos y el de Canadá. El inconveniente es, tratar de ajustar a lo menos posible, los gastos de este viaje de precio medio/alto.

            7ª.- Azerbaiyán e Irán. Sería una buena idea, aunque como ya he indicado, estamos algo cansados de países islámicos. También, nos desanima lo farragoso del visado iraní. Volaríamos a Bulgaria y cruzaríamos Turquía por tierra –por tercera vez-, para ahorrar dinero.
                                                                                                   Gran Cañón del Colorado (Estados Unidos)
            8ª.- Venezuela. Viaje anulado en abril de 2.009, después de tener lso boletos aéreos adquiridos, debido a graves acontecimientos personales. En la actualidad, no hemos encontrado un chollo aéreo, como entonces.

            9ª.- Islandia. Sería factible, si encontráramos a alguien, para compartir los gastos del cloche de alquiler

             10ª.- Guinea, Liberia Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benin. Opción altamente improbable, dadas las tarifas aéreas y la elevada inversión en visados. 

martes, 12 de junio de 2012

Y ¿ahora, qué?

            Después de más de tres meses de inolvidables aventuras y algunas penurias, toca poner punto final, al quinto viaje largo, que comenzó un ya lejano, 7 de febrero de 2.0012 y que nos ha llevado a través de Marruecos, Sahara Occidental, Mauritania, Senegal, Mali, Líbano y Chipre. ¿Y ahora, qué?.
                                                 Gran Muralla China
            Prometimos, colgar las botas y de hecho, lo haremos, aunque dejamos puertas abiertas. De momento, no más viajes largos. Aún –a pesar de tener nuestros ahorros nacionalizados, en la intervenida, Bankia-, disponemos de la suficiente capacidad económica para poder, plantearnos un nuevo reto, pero nos parece algo irresponsable y arriesgado, seguir dilapidando nuestro patrimonio e hipotecando el futuro, con la que a nivel mundial, está cayendo. Cada vez, tenemos menos colchones donde amortiguar malos acontecimientos, por lo que queremos, guardarnos algunas balas en la recámara

            No obstante, no descartamos en el medio plazo, llevar a cabo ese penúltimo y ya perfilado proyecto –el séptimo y último, sería ya un viaje al espacio, para contemplar desde allí, nuestro planeta-, de duración aproximada de un año: se trataría de llegar a Rusia y tras visitar San Petersburgo y Moscú, tomar el Transmongoliano, para conocer, Mongolia. Volveríamos a China. Visitaríamos Japón y Corea, para después de retornar a la querida India, acometer Bangladesh, Pakistán y Bután.
Hampi (India)
            A través de Timor Oriental –o barajando otras posibles opciones-, pondríamos los pies en nuestro único continente inexplorado: Oceanía. Tras recorrer Australia y Nueva Zelanda –tampoco, muy a fondo-, volaríamos a Polinesia y de ahí, a la isla de Pascua, para aterrizar en Chile, posteriormente. Después, exploraríamos la parte este de Bolivia y el Brasil, que no conocemos, para de una u otra forma, acabar arribando en Venezuela.

            Desde Caracas, nos trasladaríamos a Nueva York, para descubrir el este de Estados Unidos y Canadá. Trataríamos de completar el periplo, dedicando la etapa final, a perdernos por varias islas del Caribe. Las que más nos interesan, son Cuba, Haití y Jamaica.

            Después de haber terminado un glorioso círculo, de casi cinco años, viajando, como podéis suponer, estamos de bajón. Ahora, toca reorganizar nuestras vidas y decidir, que rumbo tomar        Neva York (Estados Unidos)

domingo, 8 de enero de 2012

Ante el vicio de querer cobrar por todo, la virtud de colarse

             Los alrededores de Katmandú, son realmente espectaculares, pero su visita –si no  se es un poco pillo y tratas de colarte de todas las formas posibles-, sale bastante cara. Si algo te trae de cabeza, en este país, es la ladronería y choriceo, que se ejerce hacia el extranjero, casi de forma generalizada.
                                                                     Pashupatinath
No es de extrañar, que esto ocurra, dado que los primeros en dar ejemplo, son los poderes públicos, sableando al turista –a veces con cantidades astronómicas, como en el caso de Bhaktapur-, por visitar lugares públicos, como una plaza, un ghat –sagrado o no- y hasta una ciudad entera. Afortunadamente, lo ajustado del presupuesto, nos ha hecho tirar de perrería, y de momento, hemos visto más de un 90% de las cosas, sin abonar una sola rupia. ¡Qué se jopan!. Y lo digo,alto y claro.

            Pero, ha sido a base de pasar estrés, que comienza en la parada de buses vieja, donde se cogen los cacharros para todos estos destinos. Allí debes conseguir –y no es fácil y relajado-, que no te cobren lo que les da la nepalí gana, por llevarte a cualquier parte.

            Luego, la propia policía –in person-, se encarga de que el guiri, mientras ve pasar a todo el mundo sin pagar nada, desaloje su cartera en la billetería, que suele tratar de controlar estratégicamente, los atractivos a contemplar, pero que deja agujeros por donde colarse –salvo y solo parcialmente, en Pashupatinath-. Investigando con paciencia, se consiguen buenos resultados. Y no solo es el dinero, que te ahorras, sino las risas que te pegas.
Patan
Poca más presencia policial, hay en el país, salvo para tocar las narices en las carreteras –y no mucho- o para pasarse una hora de reloj, tomando un te, sentados, placidamente, en el banco de un puesto callejero.

            Después de pasarlo mal, es cuando llega la hora del disfrute: Bhaktapur es, sencillamente, uno de los mejores lugares del viaje y Patan –aunque más modestamente-, ofrece atractivos imprescindibles, en cualquier viaje a Nepal. Aunque, algo sobrevalorado, Pashupatinath, sí que merece una mañana y otra, para la estupa de Bodhnath
            Si alguien quiere, que le explique con pormenores, como colarse en cada uno de estos lugares, que lo solicite, en el capitulo de los comentarios.
                                                                                                 Bhaktapur
            En cuanto a la comida y en contra de lo previsto, hay buenas noticias, aunque la realidad tampoco sea para tirar cohetes. Al ya cansino chow mein –que engullimos, casi cada día, desde nuestra estancia en Calcuta-, hemos añadido a nuestra dieta, el momo (especie de raviolis, rellenos de carne –la más barata es la de buff, que no sabemos ni queremos saber de que es, qunque también los hay de pollo o verduras- y diversos vegetales fritos rebozados –con un recubierto más crujiente, que el de la India, sobre todo cuando se enfría-, como coliflor, patatas –en trozos y no en maldito puré especiado, como sus vecinos del sur-, cebollas… Lo que le sobra a esta cocina, es el omnipresente comino, que además aparece, engrandes cantidades..

            Mañana, nos vamos en bus nocturno, a Janakpur –algo no previsto- y en dos días, retornamos de la misma manera, para poner punto final a este fantástico y muy ajetreado periplo de seis meses. ¡Lástima, que nos halla fallado, Bangladesh!.
                                                                                                    Bodnnaht

La vibrante Calcuta

                                                                                                       Calcuta
           Calcuta es una inmensa urbe, situada a medio camino, entre la modernidad de Mumbai y el lento –pero continuo- desperezamiento de Delhi. No presenta grandes atractivos monumentales pero se muestra vibrante y acogedora, convirtiéndose en un lugar muy adecuado para reponer fuerzas, durante unos días o dedicarse al paseo. Porque, además, hay aceras por casi toda la zona del centro.

En cuanto a lo primero, es de los sitios donde más variedad culinaria se puede encontrar en el norte, incluyendo la carne, diversas variedades de comida tibetana, como el chow mein, los momos o los pollos especiados y con vegetales, que envueltos en un caliente Chapati, calmaron nuestra ansiedad, después de lo mal, que habíamos comido en Khajuraho y Varanasi.
                                                                                               Calcuta
Otro aliciente es, el barato precio de la cerveza –a niveles de Goa- o de cualquier otra bebida alcohólica. Y para rematar, la amena Calcuta –junto a Amhedabad- es la ciudad con más mercados-mercadillos, de toda la India visitada, algo, que hemos echado de menos en la mayoría del país, que no esperábamos y que nos decepcionó bastante. ¡Lo que son los prejuicios!

            Como estaba previsto, después de pasar el fin de semana, el lunes nos dirigimos  a la embajada de Bangladesh. Las ventanillas exteriores de información, donde informan sobre visados, estaban cerradas, a cal y canto y la sede diplomática funcionaba a medio gas. La despistada persona, que nos atendió, no hablaba apenas inglés y por ello, no logramos entender lo que estaba ocurriendo.

Resultó –lo descubrimos al ver gran parte del comercio cerrado- que era un día medio festivo o algo así. Entre fiestas religiosas y civiles –sean medio día o entero-, en India no pegan palo al agua, a lo largo del año. No quisimos esperar un día más y abandonamos la idea de viajar, a Bangladesh, optando por dirigirnos a Nepal, directamente.

                                                                                                       Calcuta
            Nuestro tren a Varanasi –volvemos para dirigirnos a la frontera con Nepal-, acumuló 7 horas de retraso, lo que nos obligó a bajarnos en Gaya, una caótica e insufrible ciudad. Al menos, la escala nos sirvió, para contemplar el magnifico templo y monasterios de Bodhgaya.

De retorno, a Benarés y compartiendo el caos de las calles, que van desde las estaciones a los gaths, nos encontramos con Iván, un agradable y extraño personaje, que ha venido al país por tan sólo una semana, sacando el billete 3 días antes de partir y la visa, con tan sólo 24 horas de antelación (no sabemos lo que le habría costado), porque algo en su interior, le decía que tenía que estar aquí, el once del once del dos mil once. ¡Dios la cría y ellos en India, se juntan!.