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miércoles, 13 de febrero de 2019

Cosas australianas (parte III)

                                     Todas las fotos de este post son, de Byron Bay (Australia)

          Después de cuatro días en Australia, en los que tres y medio se pasó lloviendo sin tregua, hoy a mediodía, hemos visto, que el sol también se acuerda de este país y que aunque, por pequeñas porciones, el cielo presenta ligeras y esquivas manchas azules.

          Hoy, vamos con un post de información de servicio, que complementa a los dos anteriores, dentro de lo que se puede asegurar, en una todavía temprana etapa en el país.
 
         1°- Cuanto más ricos, desarrollados y prósperos, más tacaños, despiadados y mentirosos. Nos han tratado de engañar más veces aquí, que en siete meses en India y no exagero. A las del hotel doble de Brisbane - un lío largo de explicar-, las pillamos enseguida, lo reconocieron y cambiaron de actitud, aunque sin ponerse coloradas.
          2°- Lo flagrante es lo del cambio de moneda de los garitos de las ciudades. Ofrecen tarifas que nunca cumplen, no dan recibo, ocultan las comisiones, de tal forma, que no te enteres de nada y te vayas rápido. Por 50€ , nos han ofrecido hoy una horquilla de 71-78 dólares: ¡ una barbaridad!. Solución de emergencia: olvidate de las pantallas, de los letreros y pregunta a tumba abierta, lo que te van a dar. Os advierto, que en el mejor de los casos para vosotros, se llevan el 5% del importe a canjear

           3°- Comisiones en este país hay para todo: por pagar con tarjeta, por el wifi del hotel...,cuando suelen ser estos últimos peores, que los de Tailandia, donde son gratuitos y la habitación cuesta siete veces menos.

           4°- Nunca nos han gustado los hostels, pero hay que reconocer, que para presuouestos medios - los bajos, ni vengáis por estos lares- son la única de alojamiento. Son caros en las zonas famosas, de Surfers Paradise y Byron Bay y de precio más moderado en el resto del este del país, incluido Sydney.

          Nosotros estamos optando por las dobles, algo más caras, que los dormitorios y aunque son muy básicas, ofrecen buenos servicios complementarios, como cocina, terrazas, donde puedes comer y beber de lo tuyo, actividades recreativos y baños comunes limpios.

           5°- El transporte. Recorrer Australia en auto-caravana, como siempre se ha dicho, es la mejor idea, pero no podía ser nuestro caso ( ninguno de los dos conducimos)
         
          Los buses de largo recorrido, no son mucho más caros que en España y entre Cairns, Brisbane, Sydney y Melbourne, te ofrecen diferentes opciones para que vayas parando por el camino, sin excesivo coste adicional, durante tres meses.

          Lo que realmente encarece el viaje, es que en algún momento del itinerario y si quieres visitar lo básico -distante entre si- te vas a tener, que pagar un vuelo muy caro y luego, probablemente, otro para salir de allí ( Melbourne-Cairns: 85 dólares, unos pocos días al mes y 175 dólares, la mayoría).

Cosas australianas (parte II)

                                      Todas las fotos de este post son, de Brisbane (Australia)

          -El aire acondicionado está por todas partes y funcionando. Con temperaturas exteriores de unos dieciocho grados, la mayoría de grandes tiendas, supermercados y centros comerciales, se encuentran climatizados con frío, a mediados de octubre (casi el incipiente inicio de la primavera austral).

          -Será una percepción mía -que tengo alta sensibilidad de captación -, pero en los primeros días en el país y por la calle, apenas vimos personas mayores y perros. Después ya, deje de fijarme en esas cosas, así que no considereis este aspecto, como totalmente fiable.

          -Como, en Corea de Sur - no hemos estado en la del norte-, comercializan un dulce, que llama donut español. Se trata de nuestros churros de toda la vida, aunque muchísimo más caros y, a veces, rellenos de chocolate y otras cosas.

          -Fuera de los no muy numerosos mercados, en la Australia, que nosotros visitamos, no encontramos vendedores callejeros, ni músicos de poca -o mucha- monta, ni repartidores de publicidad, ni pelmas, ni pesados...Además, existen muy pocas tiendas chinas, tal y como las entendemos aquí. Muchas menos, que en Europa.

          -Nos llamó la atención, también y en comparación con otras partes del mundo, la relativa escasez de taxis y de motocicletas.

            -Muy pocos bares, al estilo de como lo entendemos, en Europa. Predominan más las cadenas internacionales, tipo Sturbacks o las tiendas, que funcionan las 24 horas. Existen algunos antiguos hoteles, que si se han convertido en lugares lúdicos para tomar cerveza o vino y dónde también, te puedes alojar. ¡Todo un servicio completo!

          -Algo muy constructivo y orientado a la vida saludable: puntúan del 1 al 5 con estrellas, lo sanos o no, que son los productos de alimentación y colocan dicho resultado en el exterior de los envases. Por ejemplo: una lata de sardinas en aceite de soja es, 4,5 estrellas adecuada para el consumo. ¡ No sé yo!

           -En muchos centros comerciales y hasta en algunos restaurantes concretos, existen lugares habilitados para que puedas llevar tu propia comida - proceda, de donde proceda- y te la puedes comer allí, sin dar más explicaciones. No nos engañemos: esto en la España idiota de hoy en día, quedaría bastante cutre, según nuestra rancia mentalidad.

          -El agua de la lluvia fluye de miedo, pero el caso es, que vimos muy pocas alcantarillas o salidas de evacuación.

          -En este país, hasta los chinos, los indios, los sudamericanos...son sosos y muy acomodados. Nada de tener el negocio todo el día abierto y muchas veces, ni siquiera gestionan tiendas y trabajan, como asalariados. ¡ Y me parece muy bien! No lo digo con desprecio o con ironía, simplemente, constato lo que vemos.

          -Resulta raro, ver a un australiano o australiana, indignados en medio de la calle. Ante cualquier eventualidad -supuestamente-, conflictiva-, te sueltan un anodino y sórdido "sorry", te hayan hecho algo ellos o se lo hayas hecho tú y la vida sigue sin más complicaciones. Como, en Londres o en Nueva York. ¡Nada nuevo!

           -El maldito, asqueroso y cansino "Despacito", después de más de un año de que viera la luz, aún sigue sonando, en Australia, mucho más a menudo de lo quenosotros quisiéramos. ¡Porca miseria!

          Seguro, que podría añadir muchas más curiosidades, pero como he dicho, después de tres días en el país, deje de apuntarlas.

martes, 12 de febrero de 2019

Cosas australianas (parte I)

                                     Todas las fotos de este post son, de Brisbane (Australia)

          Llevamos tan solo dos días en este país, pero ya nos vamos haciendo a la idea de algunas de las características de sus habitantes, de su estilo de vida y de sus gentes ( siempre, claro, a través de nuestro filtro subjetivo).

          Unas nos gustan y otras, un poco menos. Desde luego y como cuando estudias un idioma, es en los primeros días, cuando más aprendes y más te chocan las cosas. Después, vas más lento e incluso, te vas adaptando al entorno. Por eso, no quiero seguir adelante, sin esbozar, las primeras sensaciones, que nos trasmite este país tan lejano.

          Aquí, las expongo, tal como me vienen a la mente y sin un orden determinado:

           -Los australianos nos parecen desconfiados y huraños. ¡Hala, ya lo he dicho! Podría dar muchos ejemplos, pero el que más nos molesta es, que nos cobren un depósito por entregarnos la llave de la habitación del hotel o por las causas, que en ese momento, sean capaces de generar a través de su invención. Y esa retención de dinero injusta, nunca equivale al precio real de la llave o tarjeta extraviada de apertura de la puerta, sino que por el contrario, puede llegar a suponer la mitad de la tarifa de la habitación. No lo habíamos visto en ningún país del mundo. Es verdad, que siempre te lo devuelven, pero la mala leche ya no te la quitas de encima.

       Sorprendentemente, hemos constatado esta misma mañana, al visitar los supermercados, de Brisbane, que muchas veces, cuesta más el pan de un bocadillo, que el relleno, que le metes dentro. Por ejemplo, por una lata de sardinas en aceite, nos pidieron 65 céntimos de dólar, mientras el pan, nos salió por uno y medio. El truco consiste y si quieres resolver este asunto, en comprar pan de molde y dividirlo para varios días.

           -A veces - no pocas-, debes pagar más por dos literas en el dormitorio compartido de un hotel, que por una habitación doble en ese mismo establecimiento. Ni siquiera, después de casi un mes de estancia, acabamos entendiendo esta lógica, tan australiana.

          -Comisiones por todo: ya sea por el cambio de moneda -cuyas tasas nunca están demasiadas claras y siempre es favorable para ellos- o por el uso de tarjetas de crédito, llegando en este caso, al 1,5% de añadido. Es en el único país de este viaje largo - y de otros muchos anteriores-, donde nos ha ocurrido. Resulta, realmente, molesto, que te vean, como un euro con patas.

           -Los centros comerciales, los supermercados, las tiendas, en general...Todos abren los siete días de la semana y a veces, hasta las 12 de la noche. ¿ No era un síntoma del progreso y de la civilización, la conciliación de la vida laboral con la familiar ?

          -Sin generalizar, porque acarrea injusticia, aunque es, lo que hemos visto hasta ahora, los wifis son peores, se cortan más y son más lentos, que en el tercer mundo -no exagero- y muchas veces, no salen gratis, sino que debes asumir un elevado coste.

           -Sin especialitos, también, con el tema de la electricidad, debiendo tener sus propios enchufes. Cinco adaptadores hemos traído, de clavijas diferentes y no nos sirve ninguno. Toca gastarse casi diez euros para comprar un nuevo adaptador, que tirar a la basura, una vez, que hayamos abandonado este país y Nueva Zelanda.

          -Entiendo, que las cadenas de supermercados WoolWorth y Coles, son ya más, que centenarias. Pero eso no es obice, para que sus instalaciones fueran un poco más modernas y atractivas. Por otra parte, no abundan los centros comerciales en las grandes ciudades de este país, como puede ocurrir en Europa o en Estados Unidos.

           -Existen decenas y decenas de tiendas de souvenirs -muchas de ellas, ubicadas por debajo del nivel de la acera, que en realidad, venden casi todo tipo de objetos y artilugios, salvo comida. A lo largo del viaje, constatamos, sin embargo, que esto es un rasgo, de Brisbane o Melbourne, que no siempre es extensible al resto de la nación.
         
          -Usan bolsas de papel para vender y entregarte las bebidas. Tienen un taco de ellas sobre el mostrador, por ejemplo, en las tiendas de bebidas espirituosas y van cortando una a una, para depositar en ellas el vino, la ginebra o las cervezas. En los supermercados son de plástico y, por supuesto, de pago.

Brisbane

                                                 Todas las fotos de este post son, de Brisbane

          Llevamos dos días, y medio, en Brisbane y no ha dejado de llover ni un solo minuto. Tenemos la sensación, ya casi constatada, de que nos encontramos entre gentes tolerantes y aburridas, que no suelen hacer mucho caso, a lo que no sea costumbre anglosajona de toda la vida, más allá de haberse impregnado algo, de los numerosos garitos de cocina internacional asiática, que aquí lo invaden todo. Salvo, por el "Despacito", que aún aquí y como si se hubiera lanzado ayer, sigue sonando a todas horas: al menos en esta ciudad.

          Los españoles, tan amables, que nos encontramos en Surfers Paradise, nos dijeron, que Brisbane, no merecía la pena, pero se equivocan,  tal vez, porque ellos trabajan en este país y se limitan a escapadas esporádicas (está nación es muy grande).

          Su patrimonio monumental es exquisito -aunque no antiguo- y se incrusta, con perfección milimétrica, entre los grandes rascacielos y todo aderezado por la majestuosidad del sublime y majestuoso río.


          Se trata, tal vez - y hemos visto cientos de ellas-, de la ciudad más sostenible y humanizada, que conocemos en el mundo. La pena es, que llueve muchísimo, pero hasta eso está preparado. Son decenas las calles peatonales semitechadas y muchos los centros comerciales, tiendas o entretenimientos, para cuando diluvia.

          Su magnífica playa artificial; la pagoda nepalí, de la Expo de 1988; sus puentes -esoectacular es el colgante-; sus más de cien museos o edificios gratuitos - el ayuntamiento o el parlamento, por ejemplo-; su "exótico" Chinatow...deben no hacernos dudar y pasar aquí, alegremente, un par de días.

          Por lo demás, os sigo contando cosas de los australianos, pero será ya, a lo largo del próximo post.

lunes, 11 de febrero de 2019

20.000 kilómetros volando y la decisión la toma un perro

                   Las tres primeras son, de Surfers Paradise y el resto, de Brisbane (Australia)

          Pues si. Después de más de 20.000 kilómetros recorridos, 21 horas efectivas de vuelo en asientos incómodos - más las largas esperas en los aeropuertos- es un perro desganado y vestido con un trajecito rojo, el que te huele a ti y a tu equipaje. Es el último control de ingreso en el aeropuerto, de Gold Coast, y es quien tiene la última palabra para decir si eres apto o no  para entrar, en Australia.

          El ingreso al país, ha sido más tranquilo de lo esperado,  aunque nos hemos visto sobresaltados, de nuevo, por las tarjetas - que como en viajes anteriores- han formado parte de nuestro martirio.

          Primero, las de crédito, que se negaban a pasar por la máquina de lectura del autobús del aeropuerto y después, las de los dos teléfonos de Simyo, que siguen sin dar señales de vida y no aceptan el roaming de voz - el de datos está  restringido- y que amenazan con reeditar la pesadilla del año pasado, en cuanto tratemos de reservar un vuelo, con confirmación por SMS.

          Por lo demás y con algo de incertidumbre, tratamos de sacar nuestras primeras conclusiones y tomar nota de las curiosidades de este nuevo país.

          Por cierto, hemos visto, encontrado y charlado con más españoles hoy, que en los 20 dias que estuvimos en Tailandia. Y, nos ha sorprendido.

          Nos da la sensación, de que esta gente australiana es muy anglosajona. Brisbane huele más a Londres o a Nueva York, que a una isla en medio del Pacífico. Menos mal, que los restaurantes internacionales  -sobre todo, asiáticos -, alivian un poco el tema gastronómico.

          Nos ha llamado la atencion, desde nuestra llegada, a Surferos Paradise, que algunos de los pasos de cebra son muy raros y los semáforos duran solo unos pocos segundos para los peatones, por lo que tenemos que cruzar a toda prisa, saltando, como los canguros. Son los lugareños, muy educados -aunque frios-, a pesar de que nadie respete un semáforo en rojo.

          Aunque Surfers Paradise es muy turístico y parece que hay muchos asiáticos tratando de ganarse un jornal, el alojamiento es carísimo, aunque creemos, que en cuanto salgamos para otras zonas con más oferta mochilera, nuestro presupuesto irá bajando. De todas formas, nos ha coincidido el fin de semana y tienen la insana costumbre de subir los precios de los hoteles en este periodo.

          Cuando entras la primera vez al super, te asustas, pero sino eres caprichoso, hay ofertas buenísimas al 50%, durante todo el día. Y otros precios muy accesibles: alubias con albóndigas, unos 65 céntimos; lo mismo, que una cerveza de 33 centilitros - comprándolas de 30 en 30- ; 1,20 euros, dos litros de zumo de naranja; 80 céntimos por una bandeja de shusi de ocho piezas; 40 céntimos por una lata de sardinas en aceite vegetal o poco más de dos euros por una botella de vino tinto.

         Mira, que siempre había oído, que los vinos eran algo, que teníamos, que evitar, a lo largo de nuestra estancia, debido a su elevado precio. ¡Nada más lejos de la realidad! El alcohol es otra cosa, que no se permiten ni ellos.

          La lastima es, que hemos encontrado la maravillosa playa, de Surfers Paradise, a 19 grados y con un viento con fuerza de tifón. Cuando ayer en Kuala Lumpur, a 33 grados, babeabamos por pegarnos un reconfortante e idílico baño.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Nuestros planes viajeros para 2.018. ¿Habrá octavo viaje largo?

          Baku (Azerbaiyán) 
         Aunque teníamos un par de proyectos viajeros para este año, que va terminando, consistentes en ir, a Grecia o a las provincias, de Sevilla y Huelva, después de que Ryanair tenga en promoción el vuelo, entre Valladolid y Sevilla, inaugurado hace poco; finalmente, hemos decidido, que no haremos más escapadas, en 2.017. Reservamos todas nuestras fuerzas y nuestro dinero, para el octavo viaje largo, que empezaría en el segundo trimestre, de 2.018.
Lhasa (Tibet)
          Volvemos, a recuperar uno de nuestros viejos sueños, como era el inicio de la vuelta al mundo, prevista para 2.011 y que, finalmente, se quedó en dos viajes largos (el tercero y el cuarto). Si hay un año perfecto, en un principio, para visitar Rusia, huyendo de los altos costes del visado y de la burocracia, ese es, 2.018.
San Petersburgo (Rusia)
          Parece ser -nosotros estábamos fuera y no lo podemos constatar, personalmente-, que ya se aplicó la exención de visado, en la pasada copa de Confederaciones, a los que portaron una entrada para el evento. Según hemos leído, lo mismo ocurrirá en el Mundial de Fútbol. Los que hayamos comprado entradas -no sé, cuando se ponen a la venta- podremos circular por el país, realizando unos trámites menores y al parecer, sin coste, durante todo el periodo del torneo, además de los diez días anteriores y los posteriores, al mismo.
Tabriz (Irán)
          Nuestros planes consisten en organizar un periplo de medio año o más, echando el resto. Es decir, poniendo los objetivos por encima de los costes. Si hay, que dejarse cinco mil euros más de lo previsto, lo haremos, sin remordimientos y no, como otras veces. Está previsto, que este sea el último viaje largo, pero lo he dicho tantas veces..., que mejor no poner límites, cuando nadie me los ha exigido.
Paisajes de Mongolia
          Partiremos para Rusia, de forma directa o si sale algo más barato, hacia algún país limítrofe. Prevemos, visitar Moscú y San Petesburgo y después, haciendo varias paradas aún no definidas, alcanzar Mongolia, en el tren transmongoliano y disfrutar de este país. Sabemos, que nos va a resultar difícil y caro y que tendremos, que entendernos con agencias, , pues hay muchas cosas, que no se pueden hacer por libre, Pero, por lo demás, estamos en pañales, sobre esta enigmática nación.
Dajeerling (India)
          Seguiríamos en nuestro camino, hacia China. Como ya conocemos lo principal, transitaríamos por destinos más secundarios y gestionaríamos los permisos para alcanzar, el ansiado Tibet.

          Volveríamos, a Nepal y después, nos trasladaríamos al noreste, de India, para ver si de una vez, podemos alcanzar Darjeeling, Sikkim y los pequeños estados de esta zona, para los que nos den permisos.

          Conseguido este objetivo, volaríamos, a Kuala Lumpur, con el fin y con alguna compañía de bajo coste, de arribar, a Australia y Nueva Zelanda.
                                                                Sydney (Australia)
        Finalmente, intentaríamos, alcanzar Azerbaiyán -y las repúblicas díscolas independentistas y no reconocidas por nadie- e Irán, volando desde algún país del golfo Pérsico.

          Si no resultara posible este ambicioso proyecto y tuviéramos, que tirar de viajes más cortos, las prioridades son, por este orden.

          -Rusia, Azerbaiyán e Irán (o dos de estos tres destinos).

          -Canadá y el este de Estados Unidos.

          -Islandia.

          -Burkina Faso, Costa de Marfil, Benin y Togo.

domingo, 23 de abril de 2017

Itinerarios del séptimo viaje largo, con Kuala Lumpur, como centro de operaciones

Rotorua (Nueza Zelanda)          
          Mientras vamos avanzando en nuestros pesados, dilatados e inacabables asuntos logísticos, nos hemos metido ya de lleno en el itinerario del séptimo viaje largo, que sufre un nuevo y poco importante retraso -por razones ajenas- y cuyo inicio enclavamos, a fecha de hoy, a finales del próximo mayo, esperamos, que con todos los temas resueltos (y aunque no lo estén, probablemente, partiremos igual).

          Los pensamientos siempre son libres, pero para racionalizarlos y en nuestro caso, siempre los ponemos en una hoja de cálculo y os sorprenderéis, lo mucho que se pueden adecuar los planes, obrando de esta manera. Manejamos tres recorridos alternativos -con más de diez vuelos en todos los casos-, aunque altamente coincidentes en cuanto a los destinos. A simple vista, unos nos parecían mucho más caros, que otros, pero en la realidad, no hay ni siquiera cincuenta euros de diferencia, entre cualquiera de ellos.

Phuket (Tailandia)
          Resulta gratificante y muy económico, que se pueda llegar hasta Nueva Zelanda, desde Madrid, visitar unos 10 países intermedios y volver, a España, por menos de 1.400 euros por persona (a los precios actuales, encontrados ayer en los buscadores de vuelos). En Asia y Oceanía, las low cost aéreas siguen funcionando a pleno rendimiento y con tarifas geniales (fundamentalmente, Air Asia y Jetstar Airways, aunque no, exclusivamente). . Lástima, que uno de esos ansiados destinos, como es Papua Nueva Guinea, no nos sea siquiera accesible, desde Brisbane, desde donde Quantas nos pide más de 200 euros por un viaje de unas tres horas de duración. Pero, no nos rendimos y seguimos investigando.

          A partir de aquí, os detallo los tres posibles periplos, que valoramos en la actualidad y los precios de los aviones. Decir, eso sí, que Kuala Lumpur, será nuestro hub especial, del que partiremos y volveremos mil veces (Air Asia, obliga). Nos gustan más Bangkok o Calcuta, como centros logísticos, ¡pero no pasa nada!.

          1º itinerario: Madrid-Bangkok (253 euros). Kuala-Lumpur-Auckland (146 euros)-Chritschurch (34 euros)-Sydney (82 euros)-Kuala Lumpur (150 euros)-Bandar Sen Begawan (Brunei)-Kuala Lumpur (74 euros, ida y vuelta)-Tokio-Kuala Lumpur (267, ida y vuelta)-Calcuta (89 euros), para un total de 1.095 euros. Desde la capital de Malasia, también podríamos volar, a Madras -Chennai-, por unos 82 euros y a Bangalore, por 102. Desde Bangkok, a Calcuta, es posible desplazarse por unos 72 euros.

Bandar Seri Begawan (Brunei)
          2º  itinerario: Varia del anterior, en su fase inicial, dado que volaríamos, a Bangalore, vía Delhi (249 euros). Una vez acabado el largo periplo por India, desde Calcuta, saltaríamos, a Bangkok (72 euros) y comenzaría el recorrido visto anteriormente, que terminaría, en Kuala Lumpur, una vez visitadas Nueva Zelanda, Australia, Brunei y el país nipón. En total, resultan ser 1073 euros.
                                                                                                        Barrera de coral, de Caims (Australia)
          3º itinerario: Desde Madrid, volaríamos, a Osaka (310 euros) y una vez hayamos viajado por Japón, nos moveríamos, a Kuala Lumpur (150euros ), desde Tokio. Tiene, como ventaja, que nos ahorramos un tramo, desde la capital de Malasia. A partir de ahí y como en los dos casos anteriores, se lleva a cabo el recorrido por Oceanía y Brunei, sin mayores cambios. Como siguiente objetivo, llegaría India, que acometeríamos de la misma forma, que en la primera versión de itinerario. En este caso, estamos hablando de un total de 1.113 euros.

Calcuta (India)
          En todos los casos, hemos constatado, que sale más barato ir y volver, a Kuala Lumpur, que enlazar destinos, como Japón o Brunei y estos dos, con Oceanía.

          Queda por determinar, que ocurrirá, cuando se haya completado cualquiera de los itinerarios expuestos, existiendo las siguientes opciones:
Kuala Lumpur (Malasia)
          -Tratar de abordar Mongolia, partes de China desconocidas y Tibet.

          -Volar a una o varias repúblicas de Asia Central.

          -Acometer Yemen y cruzar por barco, a Yibuti y Somalilandia, para retornar a España, desde Etiopía. Resulta una solución bastante improbable, aunque todavía no la hemos descartado totalmente.

                                                                        Tokio (Japón)
        -Volver a casa, sin más complicaciones.