Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

domingo, 7 de abril de 2024

Arribando a la siniestra isla de Sumbawa

           A las ocho y media -sale a las diez- ya estábamos en el decadente embarcadero de ferris, de Labuan Bajo y la primera experiencia del día es que nos tratan de estafar con el precio de los billetes. Son solo un par de euros, pero no estamos dispuestos a ceder. Nos da pereza abandonar nuestra confortable habitación, pero el viaje sigue.

          Salimos treinta minutos tarde y llegamos después de seis horas y media de singladura, sesenta minutos antes de que anochezca.

          El mar está bastante en calma y el fondo paisajístico es de montañas peladas, como otras tantas veces, en Indonesia. Pero, lo sé, porque me lo cuentan, porque me pasó casi cuatro horas durmiendo en mi butaca.

          El ambiente es muy colorido, con los vestidos de las mujeres y los niños dando una guerra tremenda, sin que nadie los calle. Los olores predominantes, el mango -el mayor éxito de los vendedores - y el tabaco, porque en todo el transporte público de Indonesia, se sigue permitiendo, que la gente fume, como corachas, sin importar las molestias a los demás.

         Los buses locales llegan hasta la dársena, solo cuando arriban los barcos. Nos ofrecen ir de forma inmediata, a Bima, pero optamos por el plan conservador de quedarnos en Sape, porque llegaríamos a ese destino de noche y sin ninguna información.

          Sape es una ciudad cacharrónica llena de trastos, poco asfaltada y plena de charcos, tras el comienzo del monzón.

          En esta primera población de la isla de Sumbawa, hay tres hoteles como indica Google y son una mierda. Nos quedamos en el de la chica más simpática. Menos mal, que le preguntamos, porque la estación de buses para mañana está en otro lugar del que pone la Lonely Planet y de donde dice Google. Se ubica a ocho kilómetros y solo se puede ir en mototaxi. ¡De ninguna manera utilizaremos este medio de transporte suicida!

          La noche trascurre de forma terrible, entre calores y sudores insoportables. Hacia nueve años, que de madrugada, no me levantaba a ducharme varias veces y fue en India. Menos mal, que antes, habíamos cenado divinamente, a base de rico nasi kampur de pescado 🐟.

sábado, 6 de abril de 2024

Real Academia Viajera

           En los últimos días hemos conocido que la RAE está aceptando algunas nuevas palabras y hemos aprovechado, para contaros las que nosotros hemos ido añadiendo a nuestro mundo viajero, desde hace 35 años. Es un lenguaje personal entre los dos, que a veces puede parecer hiriente -como los chistes de homosexuales y curas, ja, ja-,  pero, que carece de mala intención, al no ser público, ni buscar animó de lucro o odio 😡 a personas concretas 

          1.- CALDUVERIO: se refiere a todos esos guisos de elementos visualmente dudosos -no nocivos-, que se encuentran fundamentalmente en muchos países del sudeste asiático o China.

          2.- FALDAMENTO: entramos en el mundo del islam y se refiere a la ropa, que visten las mujeres más conservadoras.

          3.- MUSULMANIA: pues eso, los territorios en los que predomina está religión.

          4.- RAMADANIA: países musulmanes en época de Ramadán.

          5.- MORAPIO/A: referido a las personas de origen marroquí, que residen en España.

          6.- MUSLIUM (de pollo). Sí, puede ser chabacano o digno de Pablo Motos

          7.- ZAPATAJES: lo mismo que los ROPAJES de muchos países del tercer mundo ( y del primero)

          8.- ALCOHORRO o BEBIDORRIO: referido  a las bebidas alcohólicas, en países , donde cuesta conseguirlas por limitaciones o por precio. El nombre surge a la contra de esos países donde solo pronunciar "alcohol" ya es una gran ofensa 

          9.- CALORACO, SOLARRACO, pues eso.

          10.- CALLEZUJA, PUESTEZUJO, TIENDEZUJO: variantes comerciales de negocios en el tercer mundo.

          11.- BANANARIA: lugares con legislación o actividades habituales de las repúblicas bananeras 

          12.- CACHARRERIA: no se refiere a los platos o las cazuelas, sino a todos los infinitos objetos, que se encuentran en medio del tránsito, en los países, en vías de desarrollo 

          13.- MOTORILANDIA: los caos motoristicos de muchos países de Asia.

          14.- CHURUS: los agónicos críos sustentados malamente o en posiciones inverosímiles por sus madres en los países pobres.

          15.- IDM: es racista, de acuerdo, pero en la India se sufre mucho: indios de mierda.

          16.- BLACK FRIENDS: supuestos amigos, que se te ofrecen para todo en África subsahariana, sobre todo para desplumarte, en la medida, que tú te dejes. En su día, les hicimos una canción:" no more blacks Friends, no molan los blacks Friends, que se vayan a la mierda de una vez"

          17.- GUIRILANDIA: asentamientos para extranjeros en ciudades de elevado turismo mochilero: Khaosan, en Bangkok; Tamel, en Katmandú; Chinatow, en Kuala Lumpur; Park Street, en Calcuta...

          18.- JOSTELER@S: personas, que se alojan en hostels y que suelen mostrar pensamientos y vestimentas alternativas. ¡Por ellos nunca pasa la edad!.

          19.- FACHORDA: dícese de la persona facha y gorda.

          20.- FRITALLA: fritura de batalla, elaborada con aceite de escasa calidad y que incluye samosas, bondas, vadas, verduras diversas empapadas en harinas varias.

          21.- CURORROS: religiosos que guardan los templos.

          22.- SPASIVA: en la cama. Homenaje a nuestros amigos rusos

          23.- CHATUN: olor corporal de algunas personas que llevan varios días sin pasar por la ducha. Son los Chatuneros. Hay distintas categorías, pero sin dudar la mejor es la de CHATUN PREMIUN. 

  

Arte 🎨 y naturaleza, en Caixa Forum (Madrid)


 

Viajeros, turistas, pringajeros y babojeros

          En la anterior entrada me preguntaba, que veníamos nosotros buscando, a Flores y ahora, trataré de explicar, lo que planean la mayoría de los guiris, que se acercan hasta aquí. Casi nadie, pretende recorrer la isla, sino tomar un vuelo desde y hacia Bali y disfrutar de varias actividades organizadas y muy caras, como los dragones de Komodo, tours de uno o varios días -atraco a mano armada - o bucear.

          Algún viajero suelto, que si ha recorrido la isla, lo ha hecho en la burbuja que supone un coche con conductor, pagando un pastizal y total para no relacionarse con los lugareños -más allá, de las tribus folclóricas de exposición - o para ver cascadas o arrozales en forma de telaraña. ¿No está de psiquiátrico, el que solo se desplaza para ver caídas de agua, más de trece mil kilómetros?. Pues, yo diría, que no, porque si no, casi todos estaríamos locos.
  
          Estas reflexiones y con la injusticia, que esto acarrea, me lanzan a agrupar a los viajeros, en varias categorías, teniendo en cuenta, que viajar es, simplemente, desplazarse.

          1.- Viajeros. Solemos hacer los periplos de forma independiente, distinguiendo dos subgrupos. Los que vamos a nuestra bola, tomando decisiones cada día y los que se adaptan más a la oferta local existente, que encuentran en el destino o en la Lonely Planet: masaje, donde toque; tatuajes, donde abundan; ropa jostelera en Khaosan; comer insectos cocinados; ponerse un faldamento típico en un templo local ..

          2.- Turistas. Son, tal vez, los menos exigentes. Se conforman con casi lo que sea, para pasar el rato y les gusta relacionarse con gente de su grupo, con los que comparten afinidades y fanfarronean de sus cosas.

          3.- Pringajeros. Personas pretenciosas, con escasa experiencia por libre, que solo pretenden hacer cosas excepcionales, para poner fotos en Instagram o presumir ante los amigos. Tiran de chequera para suplir otras muchas carencias. Normalmente, ni se decepcionan hasta con lo más deprimente. Son el objetivo preferido de casi todas las agencias, al asalto.

          4.- Babojeros -mezcla entre babosos y viajeros -, que son capaces de gastarse un dineral y pegarse trece horas de avión, para tocarle el culo a una jovencita y después, tirarsela hasta la saciedad y hasta, que los huevos, no le den más de si.

¿Por que vinimos, a Flores?

           ¿Por que vinimos, a Flores?

          Aún nos lo seguimos preguntando, pero menos, que ayer. En un principio, habíamos planificado zonas de Tailandia y Vietnam, para un mes, que no conocíamos. Cuando este periplo llegaba a su fin, decidimos volver a Indonesia, por descarte. Y la decisión de Flores fue sencilla y poco estudiada. Habíamos estado, en Bali y Lombok y dijimos: "pues a por la siguiente", sin ni siquiera mirar el mapa.

          Y otra razón es, que los vuelos son mucho más baratos, que a Sulawesi. El día antes de partir, nos dimos cuenta, de que es una isla muy estrechita, pero bastante larga y que no podíamos hacer un circuito circular teniendo que volver por el mismo sitio. A todo esto, no teníamos ningún interés, ni en la estafa de los ladrones -dragones - de Komodo, ni en bucear, ni en los caros tours de uno o varios días por los alrededores de Labuan Bajo.

          Frustrados parcialmente y ya in situ decidimos, que no recorreríamos la isla, hacia el este, porque las ciudades no son interesantes y los lugares a visitar son poco espectaculares  y son inaccesibles en transporte público. Tiraremos hacia el oeste, descubriendo Sumbawa y regresando a lugares no visitados de Lombok y Bali, para volver por tierra a Surabaya, desde donde tenemos vuelo a Kuala Lumpur, el 21 de diciembre.

          Y, nosotros, que sin haber mirado nada, queríamos hacer, sin quitarnos las chanclas y en un mes, Flores, Timor y Sumbawa. Quizás ver, veamos lo justo, pero solo con las experiencias vitales que llevamos aquí en dos días, nos ha merecido la pena.

          En cualquier país del sudeste asiático -salvo Tailandia -, si te sales de los circuitos convencionales, las cosas se complican muchísimo. Ahí están presentes la desesperación y el subidón. A cambio, también, en estas zonas, los pelmas y los buscavidas, sencillamente, no existen.

Clara mejoría de nuestras vidas, en Flores

           Si el día de ayer fue el del sufrimiento y la supervivencia, el de hoy ha sido el de la felicidad y las recompensas. Lo teníamos merecido, sin duda. Pero antes deciros, que se me olvidó un importe suceso de ayer. Como no tenemos tarjeta de móvil local y estábamos desesperados por el tema de los alojamientos, entramos en unas oficinas, a ver si nos conectaban al wifi. Fueron muy amables. Descubrimos un homestay 150.000 rupias más barato, que la mejor oferta que teníamos. Con la bolita azul de Google, para allí nos fuimos, por un camino difícil, que primero perdió el asfalto, luego se llenó de cacharros, basuras e interminables obras, que desembocó en un canal inaccesible. Con la colaboración de los lugareños y saltando numerosos obstáculos, de toda índole como troncos, gallinas, pedruscos y ovejas. Al final, al llegar a la puerta, los dueños no estaban. Menos mal, que no habíamos reservado en Booking, porque cobraban por adelantado.

          Volvamos al día de hoy. La noche fue muy calurosa y dormimos a trompicones. Al levantarnos, una buena sorpresa: espléndido desayuno gratis con arroz, verduras y blanda carne. Aún así, ya habíamos decidido cambiar de hotel, previamente y más cuando encontramos una oferta flash, 75.000 rupias más barata.

          Volvimos al aire acondicionado, a una mejor habitación y a una ducha y lavabo normales. No teníamos muchas exigencias para el día, más allá de cambiar una cantidad grande de dinero, para gastar en la desconocida Sumbawa. 

          Hoy comenzó oficialmente el monzón y cayeron dos trombas de agua, que inundaron la ciudad. Los que dicen que Labuan Bajo es un sitio feo e inhóspito, no es que mientan, si no que ni siquiera se detuvieron aquí para comprobarlo, porque estaban poseídos por la estafa de los dragones de Komodo. Una vergonzante experiencia -ya me explicaré, cuando toque-, que encima conlleva frustraciones personales y maltrato animal.

          Nosotros, a lo nuestro, a descubrir el paseo marítimo vacío, con varias pasarelas, que penetran en el mar y ofrecen extraordinarias vistas de la bahía. Llegamos a una cercana playa, tan llena de mierda y de trastos, como de cotidianidad. Cayó una tromba de agua tremenda, pero el sol permaneció brillante, nítido, sin inmutarse y sin arcoiris. Terminamos la jornada en un mercado nocturno de pescado, con acceso a otro paseo marítimo, lleno de mesas para yantar hasta desfallecer.

          Tuvimos tiempo, incluso, para disfrutar de extraordinaria y barata fritanga local, con una especie de croquetas de tofu, vegetales y patata.

          Mañana volvemos a la incierta guerra de Sumbawa.

jueves, 4 de abril de 2024

Nuestros inminentes viajes

           Sirva esta breve entrada para hacer referencia a nuestros próximos viajes, que comienzan en unos pocos días.

          El 10 de abril -festividad del Eid al Fitr, posterior al Ramadán -, volamos a Essaouira hasta el 17. Pretendemos recorrer parte de la costa Atlántica, desde este lugar, hasta Mirleft. Previsiblemente, lleguemos hasta Tafraute - estuvimos allí, en 2010- y volvamos por el interior.

          Después de la exitosa experiencia de septiembre pasado, con nuestro viaje de ciudades a salto de mata, con visitas relámpago y durmiendo en hoteles y/o aeropuertos, vamos a repetir con un proyecto parecido y bastante nórdico:

          22 de abril: Madrid -Billund (Dinamarca)

          24 de abril: Billund-Gdansk (Polonia)

          25 de abril: Gdanks -Alesund (Noruega)

          28 de abril: Alesund -Gdanks

           2 de mayo: Gdanks -Tronhein (Noruega).

          Los dos primeros vuelos serán con Ryanair y los otros tres, con Wizzair. Hemos pagado por todos ellos unos 70, euros cada uno. Así, seguimos haciendo incursiones en Noruega, sin utilizar el carísimo transporte terrestre nacional (solo el de los aeropuertos).

          Queda por dilucidar, como regresaremos de Tronhein, aunque nos tememos, que esos tramos aéreos nos van a salir más caros, que los otros cinco juntos.

          Así, llegaremos a la segunda semana de mayo, víspera del inicio de las fiestas de san Pedro Regalado, de Valladolid y san Isidro, en Madrid.

Mucho esfuerzo y pocas flores, en la isla de Flores

          Y llegamos al día 38 de viaje, que parecía complicado y terminó siendo de total y absoluta supervivencia. Nuestro vuelo partió en punto y sin novedad, desde Bali, a la isla de Flores. Viajan bastantes extranjeros en el pasaje, entre ellos, unos cuantos españoles.

          Llegamos en hora, dimos plantón a los pelmas del transporte y con la bolita azul de Google, nos fuimos al centro de la ciudad, caminando. Compramos una coca cola helada y no tardamos en darnos cuenta, de que los alojamientos aquí, cuestan el doble o el triple, que en Bali. Son cutres y ofrecen muchos menos servicios. Y lo de bajar el precio -aún estando vacíos-, no es lo suyo.

          Como somos muy tenaces, estuvimos recorriendo el centro, durante más de tres horas y entendimos que no debíamos claudicar fácilmente. Sin embargo, no nos quedó otra. Terminamos gastándonos cien mil rupias más, que en Kuta y a cambio, perdemos el aire acondicionado, la piscina, los productos de higiene, la televisión, la ducha y taza automáticas (hay que llenar un cubo y a jarrazos o bolsazos para completar tus necesidades de aseo).

          Anduvimos tanto, que nos dimos cuenta de dos cosas más: comeremos mejor, que en Kuta -hay muchos puestos de platos locales variados-, pero beberemos más caro, la cerveza y el güisqui. En el caso del segundo, cuesta casi el doble, que en nuestro anterior destino.

          Después de ir un par de veces -el empleado de turno no estaba- conseguimos por cien rupias más/euro, el mejor cambio en el país. Premio de consolación en una jornada tan dura.

          Nos costó encontrar la estación de ferris -hay varios edificios -, las taquillas de billetes estaban cerradas y los horarios solo escritos, en indonesio. Al volver, preguntamos por los precios de tours en las agencias y todo ha subido al doble en relación a lo que indica la Lonely Planet de 2017.

          Agotados por el calor extremo y el estrés, nos fuimos a dormir la siesta. Al pisar mal en un falso escalón, me caí al suelo y me hice tremendo daño en una costilla, que ya traigo dolorida por el peso de la mochila. Y después, estuvimos peleando con un agresivo Booking, para cambiar de hotel mañana.

          No tenemos ni idea, de que vamos a hacer en esta isla. La mitad es culpa de nuestra dejadez y la otra, del desconcierto y las informaciones de hoy.

          Nos recomponemos y volvemos a la calle principal. Tenemos premio: hay unos empleados de los ferris, que nos dan los horarios y los días que operan los barcos. Además nos enteramos también, de que los buses públicos por esta isla han subido mas del cincuenta por ciento, durante el último lustro. La información sobre esta isla en la Lonely Planet e internet es pésima, escasa y contradictoria. Tan solo es fiable el relato de una chica, pero su viaje fue de lujo y en coche con chófer.

El insoportable aeropuerto de Bali

          Nuestra experiencia en el aeropuerto de Bali ya sido la más nefasta y lamentable que hayamos tenido en nuestros ya casi infinitos viajes. Y eso, que compite con lo que nos ocurrió hace poco más de un mes, en Kuwait, que parecía insuperable.

          Ya habíamos volado desde esta isla de Indonesia en 2018, pero fue en la terminal internacional y con una espera de poco tiempo. Está vez salimos desde la doméstica. Llegamos al aeródromo a las seis de la tarde. No podíamos hacer noche en la ciudad, porque el vuelo sale a las siete de la mañana. La terminal doméstica es antigua, fea, hormigonada hasta las trancas y en el exterior apenas tiene aperturas al cielo o para la entrada de aire, que por otra parte, aquí no corre nunca.

          La entrada y como en India o Filipinas, está vetada para quien no tenga una tarjeta de embarque. Y pensamos: cuando falten cinco o seis horas para el vuelo nos dejarán entrar. Asfixia y respiración casi imposible, sudando y con la ropa pegada al cuerpo. Nos dirigimos por un largo pasillo -ir por el exterior es peligroso y caluroso - fantasmal, donde no existe ni un solo ventilador. Caminas tan solo, que da miedo. En la terminal internacional han hecho una sola concesión: unas pocas tumbonas y sillas para la espera, pero allí no aguanta nadie, a más de treinta grados y sin el más mínimo flujo de aire.

          Alternamos paseos y sentadas y no sabemos, de que forma sufrimos más. A estas zonas, no llega el wifi del aeropuerto. Las instalaciones, pretender emular -supongo -, a KLIA, en Kuala Lumpur. Se trata de hacer una especie de centro comercial inmenso antes del acceso al check in, donde te puedas entretener y comprar, antes de volar. Pero los malasios, lo hacen con unas condiciones agradables, con cerramientos y aire acondicionado, mientras aquí, te comes los 30 grados y la humedad de recintos semicerrados y sin ninguna protección. Ya hartos y exhautos, a las 9, tratamos de entrar en busca de fresco. El segurata nos dice, que no puede ser, hasta las cinco de la mañana ¿Con solo dos antes para obtener la tarjeta de embarque?.

          Alternamos la tortura, con periodos dentro de un cajero automático, con el aire acondicionado tan fuerte que casi produce chupiteles.

          Sobre media noche nos tiramos a dormir al suelo, como otros tantos de cientos de personas. Los escasos sueños, más que húmedos, resultan sudados. A las tres, tratamos de volver a entrar, como sea y descubrimos, que salidas, está directamente cerrado, hasta las cinco.

          Casi al lado, una composición de palabras en relieve, ahora tan de moda y en la que se hace fotos todo el mundo, Expone: "Bienvenidos al paraíso de la isla de Bali". Y mañana por la noche, volverán a lo mismo:   hacer sufrir a los pasajeros.
      

miércoles, 3 de abril de 2024

Los alojamientos son el mayor problema y el mayor gasto en un viaje a India

           En nuestro primer viaje a India, allá por 2011, por un euro te daban unas sesenta rupias. El mejor cambio, que hemos obtenido en este periplo nos ha llevado a conseguir,  noventa y uno con cincuenta. Quiere ello decir, que en trece años, nuestra moneda se ha revalorizado un 50%, con respecto a la divisa local (han desaparecido los billetes de mil y de dos mil, siendo ahora el de importe mayor de quinientas rupias)

          Sin embargo y para nuestra suerte, no ha ocurrido lo mismo, con los precios de las cosas, a los que sí aplicamos la devaluación, son a veces más baratos o idénticos, a los de entonces. Aunque lo normal sean diez, aún sigue habiendo samosas, bondas o tés por cinco rupias, como hace casi tres décadas. Y el transporte sigue teniendo unas tarifas de risa, pudiendo llevar a cabo por unos diez euros, 1700 kilómetros en una cómoda litera de tren. No ocurre lo mismo con las visitas a los lugares turísticos de pago, que el/los gobiernos han multiplicado su importe hasta por tres o cuatro veces y especialmente, con los alojamientos.

          En 2011, una habitación de precio medio rondaba las 400 rupias. Hoy en día, tienes mucha suerte, si la encuentras en la franja de 800-1000. Una de las lamentables razones es, que en muchos lugares se ha empezado a aplicar un sistema de doble tarifa, para lugareños y extranjeros. Para nuestra desgracia, está práctica discriminatoria y humillante, cada vez es más frecuente. Por ejemplo, en Palitana, pagamos 1500 rupias por una noche, por una alcoba similar, por la que una familia de indios abonaron 700. ¡Más del doble!. Es verdad, que los hoteles han mejorado algo sus prestaciones y son más modernos, que entonces, aunque ni la mitad, que en Malasia e Indonesia, donde además, han mantenido casi intactas las tarifas 

           Al hilo de estos últimos dos destinos, donde transcurrió buena parte de nuestro noveno viaje largo y en los que trabajamos muy exitosamente, con Booking, tratamos de hacer lo mismo en India, pero solo fue posible en Sikkim y en algún alojamiento de West Bengal. En el resto de destinos, nos ha sido imposible trabajar con esta plataforma, porque los propietarios o incumplen sus propias condiciones y ponen otras más favorecedoras para ellos o sencillamente o no te aceptan, por mucha reserva de Booking

       Y los de Sikkim, fueron realmente, tramposos y poco éticos. Cogieron y le dijeron al portal, que no nos habíamos presentado, cuando no era verdad, para evitar pagarles su comisión. Algo así, ya habíamos visto en el sur de Italia, hace un año, pero allí son más elegantes: cancelan ellos la reserva, cuando llegas y la parte del pastel de Booking se la reparten a medias contigo, haciéndote un descuento de en torno al diez por ciento. 

          En definitiva, los alojamientos son el mayor problema y el mayor gasto en un viaje a India. 

          Nuestro presupuesto mensual para los dos, en India y en 2011, era de 400 euros. En la actualidad, ha sido de 500. En ambos casos, se incluye la totalidad de los gastos, menos los del visado.

          Con este post, finaliza el relato en directo de este décimo viaje largo, desarrollado entre el 19 de enero y el 26 de marzo. Pero, aun quedan por publicar, más de 30 entradas del noveno.