Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

lunes, 24 de enero de 2022

miércoles, 19 de enero de 2022

La salud en el viaje a México

 

       No hemos tomado ninguna precaución en especial para este periplo de cinco semanas. Hace ya bastante tiempo, que tenemos, practicamente, todas las vacunas importantes puestas. Alguna vez, en Sanidad Exterior, nos han llegado a decir, que estamos sobrevacunados. ¡ Y para que lo digan ellos!....

          A ello hay, que añadir, que desde el día 25 de junio, de 2021, los dos tenemos la pauta completa del suero contra el coronavirus (Pfizer).

        Como,  creo, que ya he dicho, en el avión nos entregaron un exhaustivo formulario sobre temas médicos y sanitarios, que rellenamos con paciencia y veracidad, además de la habitual tarjeta de inmigración. Pero, a la llegada al aeropuerto, de Ciudad de México, no nos lo quiso recoger nadie y lo tiramos, posteriormente, a la basura.

        Afortunadamente, hemos regresado sanos y salvos, a casa, una vez màs. El viaje ha transcurrido de manera muy placentera, porque no hemos padecido ningún contratiempo en nuestra salud. Ni diarreas, ni vómitos, ni dolores de ninguna clase, ni constipados, ni malestares generales, ni picaduras o granos, ni accidentes... ¡Todo perfecto!.

        Sin embargo, cuando menos lo esperábamos, ha sido a la vuelta, cuando se nos han venido encima unos cuantos males. Lo achacamos, a la baja temperatura, al llegar el domingo de madrugada, a Madrid (cero grados, cuando veníamos de los 33, de Acapulco). Nos presentamos, en Barajas, muy ligeros de ropa, con una camisa y un jersey y salimos más de una hora, a comprar víveres, a un supermercado DIA, que se encuentra en Alameda de Osuna.

          Ese día, lo pasamos bien y el lunes, también. Fue el martes, cuando explotó todo. Mi pareja tuvo agotamiento y agarró un fuerte constipado, que le duró una semana. Yo, aún levantåndome a las doce de la mañana, llegaba a las ocho de la tarde, sin fuerzas, agotado. A la vez, empecé a tener insoportables dolores musculares y de las articulaciones, al hacer determinados movimientos sencillos. Paradójicamente, estos dos son, síntomas de la nueva variante de coronavirus. Además, se me añadió algo de tos y unas décimas de fiebre, muy pasajera.

          Todo fue remitiendo, aunque muy lentamente, durante las jornadas siguientes, estando ya sin dolores, con la llegada del fin de semana.

domingo, 16 de enero de 2022

La bebida en el viaje a Cerdeña y México (parte II)


         Al contrario, que en otros países hispanohablantes del continente, como Ecuador o Colombia, no es apenas típico la venta de zumos naturales -o jugos, como ellos llaman- en los puestos callejeros o en locales de las ciudades.

          El té no es una infusión muy popular en el país azteca y en cuanto al café, se suele tomar negro.

        Al entrar en las bebidas alcohólicas -incluídos el vino y la cerveza- comienza el lío. Y ello es debido, a que cada estado y son 32 entidades federativas diferentes, impone unas leyes distintas en la materia, que afectan sobre todo, a los horarios de venta de esta sustancia al público. Existen entes territoriales, como la capital, que facilitan su comercialización desde las siete de la mañana y otros, como Zacatecas, que la retrasan hasta, incluso, el mediodía. Y por los términos intermedios andan el resto. Lo mismo ocurre por la noche. Hemos llegado a ver, prohibiciones desde las nueve de la noche, hasta la una de la madrugada. Así, que no is olvidéis de preguntar al llegar a cada sitio.

        Existen numerosas marcas nacionales de cerveza a lo largo y ancho del país, pero las que nosotros hemos visto con más frecuencia son la Cartablanca -para mi, la mejor y de las más baratas-, la Tekate, la Indio y la Corona. El formato más habitual es la lata de medio litro, aunque también  se comercializa la típica litrona de cristal, pero es un jaleo, porque cobran diez pesos por el envase. Resulta curioso y ridículo, pero la lata de 33 centilitros cuesta casi el triple, que la de cincuenta.

          Las más baratas cuestan el doble, que en España y se venden en los supermercados, donde se pueden encontrar por 13 pesos la unidad. En las tiendas de 24 horas suben bastante, aunque las puedes tener por 15 pesos, si las adquieres en lotes de tres o cuatro latas. Recordad, que en México está prohibido tomar -como ellos dicen- en la calle, aunque sea una triste e inofensiva cerveza. Os aseguro, que la policía os pillará antes, si estáis bebiendo cerveza en la vía pública, que si se os ocurre violar a una mujer y por eso tantas y tantas de estas violaciones, quedan, absolutamente, impunes.

          No os puedo hablar demasiado sobre vinos mexicanos, porque desde el primer día y en cuanto vimos los precios en los supermercados -no existe mucha variedad en las escasas estanterias que lo ofrecen-, perdimos el interés sobre el asunto. Si os puedo indicar con certeza, que de vez en cuando contemplamos el formato de tetra brik, pero cuesta entre dos y tres veces más, que en España.

        De las bebidas espirituosas de baja graduación - en torno al cinco por ciento de alcohol, que en la mayoría de los casos, suele ser tequila-, a nosotros nos encantan las canijillas de lima y pepino o las de mango picosito, los cabritos de toronja y la guayaba con tequila. Se deben beber muy frías y se comercializan en la mayoría  los supermercados y las tiendas, que funcionan, durante las 24 horas, aunque son más caras en estas últimas.

          El precio de las bebidas alcohólicas internacionales resulta bastante más elevado, que en España. Así, que se hace necesario, recurrir a la producción nacional, formada por tres licores procedentes de la planta llamada, agave. De ella se extraen, el que lleva su mismo nombre -apto para los viajeros de bajo presupuesto, con unos 25 grados y sabor a algo dulce o a nada-, el mezcal y el tequila, en ese orden de baja, a mayor calidad y precio.

          Famoso también, fuera del país, es el pulque, aunque nosotros no lo hemos probado, porque por textura y color blanquecino nos recuerda al vino de palma, que tan mala experiencia nos ocasionó, en Senegal, hace una década. Se trata de un líquido blanco, algo pastoso y parece, que cuesta adaptarse a su fuerte sabor. No embriaga, pero te deja los músculos y articulaciones bloqueados, sin poderlas mover, clavado a tu silla. Al menos, eso dicen, los habituales de este potente brebaje.

sábado, 15 de enero de 2022

La bebida en el viaje a Cerdeña y México (parte I)


         Cerdeña  

        Si no nos desmiente alguien, sobre una zona en concreto, que no hayamos visitado, el agua es potable en la isla sarda. Los refrescos son similares a los de España, tanto en sabores, como en el precio, sobre todo, los de marca blanca. Es característico el de pomelo, que aquí no lo hay.

          Es fácil encontrar café preparado de diversas formas, tanto en bares, restaurantes, tiendas como máquinas ubicadas en locales de la calle. El más famoso es el capuchino, que también, ofrece diferentes formas, como por ejemplo, con jengibre. El té no es muy habitual en los territorios italianos.

        En el país transalpino, han surgido diversas marcas blancas de cerveza, elaboradas por los supermercados más importantes de la nación, que sorprendentemente, han venido a mejorar bastante la pésima calidad de las birras italianas de toda la vida (solo se salvaba la Nastro Azzurro). El precio es más elevado que en España. Por lo que allí, te tomas dos tercios -la medida de la botella más habitual en el mercado- en nuestro país, te compras un litro.

        El vino de tetra brik cuesta un euro en casi todas las partes de la isla. Los de botella, de diversas calidades, ya se suben bastante en sus importes y no resultan muy accesibles para el día a día de los viajeros de recursos limitados.

          Entre las bebidas alcohólicas, que más se consumen en la isla en restaurantes, bares y terrazas y además de los omnipresentes mojitos -con mucho éxito allí-, están el Campari, Aperol y Amareto.

          México

        Para lo que suele ser nuestra costumbre de litros y litros al día, en este periplo hemos bebido muy poquita agua. Salvo en Acapulco, donde nos axfisiamos, en el resto de destinos predominó el calor moderado por el día y el fresco por la noche, por lo que no tuvimos, que recurrir demasiado al líquido elemento. Íbamos a preguntar en la oficina de turismo, el primer día, si era potable, pero se nos olvidó y comenzamos a beberla, moderadamente y como no nos hacía daño ni mal, continuamos tomándola, como si nada y a lo largo de los días, no compramos ni una sola botella de agua mineral en veinticinco jornadas por el país. Eso sí : de sabor y textura deja bastante, que desear.

        Si te vas a buscar a Google, se indica, que el agua potable en el país es del 91,3℅ del total de la que emana de los grifos. No obstante, parece ser, que una gran mayoría de las tuberías son muy viejas y contienen filtraciones externas, roturas o residuos, que empeoran la calidad del líquido y por ello, muchos mexicanos desconfían y la ingieren embotellada. Lo que no hay, a lo largo de México, son demasiadas fuentes públicas en las ciudades, lo que supone toda una contrariedad para viajeros y paseantes.

        Por la misma razón y también contra lo habitual en nosotros -de viaje suele caer una botella grande, cada día, al menos-, tampoco bebimos demasiados refrescos. En el país se encuentran por todas partes, desde los supermercados, a las tiendas pequeñas o a las de 24 horas. El formato habitual más pequeño -al margen de la tradicional lata de toda la vida- es el de 600 centilitros y de ahí, se va haciendo más grande, hasta los tres litros, en algunos lugares. Al margen de las onmipresentes colas, los sabores son los tradicionales y a nosotros el que más nos gusta es el de pomelo, bien frío, casi helado.

jueves, 13 de enero de 2022

La comida del viaje a Cerdeña y Mexico (parte III)

                        Todas las fotos son de México

          Por las calles del centro de las ciudades -sobre todo y como casi siempre, en la capital-, están bastante extendidos los pequeños puestos de snacks de maíz o de patatas fritas, a los que por supuesto y cuando los compras, te añaden la salsa, que elijas y en la cantidad que quieras. Nosotros, como no podía ser de otra manera, chile y limón. Mientras te los comes, vas viendo, como se ahogan y se van contrayendo en la bolsa.

        Y terminamos, con los supermercados, que no siempre se ubican en el centro de las ciudades, aunque sí, en lugares, como la capital y Guadalajara. El más famoso es Chedraui, aunque existen otros interesantes, como Soriana y Wallmart. Lo que notamos es, que durante nuestra estancia de 25 días, la mayoría de los precios, de lo que nosotros compramos -salvo la cerveza-, subió entre un 10℅ y un 15℅, lo que nos parece una barbaridad.

        Están  bastante bien abastecidos de productos, aunque las colas suelen ser bien largas y lentas, la atención al cliente pésima y el redondeo, siempre lo hacen a su favor. Disponen de un horario muy amplio, que va, desde las primeras horas de la mañana, a veces, hasta las diez o doce de la noche.


        En materia de comida, nosotros los utilizamos, básicamente, para la compra de frijoles refritos, sopas preparadas, embutidos, bonito enlatado y dulces. Una vez pasados los primeros días y hartos ya de los tacos y similares, descubrimos, que los dos primeros platos, asentaban nuestro estómago y además, no nos cansabamos de ellos. Los frijoles son un poco pastosos -mejor los normales, que los negros, aunque estos tampoco estån mal-, pero se les puede añadir para reducirlos, limón y chile.. De las sopas -preparadas en el hotel con agua caliente-, la mejor es la de Fuego, elaborada con camarones y chile, aunque existen más variedades, fundamentalmente, de pollo.

        Pronto descubrimos, que el chorizo, el bonito o las salchichas rellenas de queso completaban y variaban nuestra dieta a un precio de risa para un occidental ( no para ellos). El chorizo no es , como el de España. No se parte en rodajas, pero tampoco, llega a ser sobrasada. Se trata de un producto intermedio, que se unta, pero que tiene trocitos para masticar. Es ligeramente picante y no tiene ternillas. Las salchichas de queso, tampoco son, como las de aqui,  dado que estån partidas en horizontal y rellenadas con lonchas enteras. Y en cuanto al bonito al natural o en aceite-, la lata mediana cuesta unos 10 pesos.

        La sección de dulces, suele ser la joya de casi todos los supermercados, por lo que presenta una amplia gama de productos, que se comercializan, la mayoría de ellos, entre los cinco y diez pesos. Nuestros favoritos son las piedras pero cuesta elegir los mejores. Sin embargo, a veces te juegan una mala pasada y te colocan productos, que no son del día y que debes tirar, porque están durísimos.