domingo, 30 de marzo de 2025
domingo, 23 de marzo de 2025
miércoles, 19 de marzo de 2025
Los siete viajes de la incertidumbre
Siete novias para siete hermanos, setenta veces siete o los siete viajes del magnífico Simbad el marino, por los mares de nuestra queridísima India, que desde luego, son colosales, comparados con nuestros humildes siete perplos de la incertidumbre, que hemos vivido entre septiembre pasado y mediados de este mes.
De verdad, que después de esta entrada, no os seguiremos dando la turra -por el momento-, con el tema de la oposición, el SEPE y demás.
Pero hoy toca, recopilar los datos de una dura travesía, aunque la mayoría de vosotros habréis vivido situaciones mucho peores.
A mediados de septiembre y desde India, a través de un camino largo pero barato, retornamos de nuestro undécimo viaje largo.
Escena 1: agotada la prestación, visita al SEPE, para tratar de solicitar la ayuda de mayores de 52 años, pero hay una carencia de un mes -la ley ha cambiado - para esa solicitud. Para aliviar la espera, viaje a Marrakech y otros puntos del sur de Marruecos.
Escena 2: sigue la espera y nos embarcamos en un periplo por Fez y alrededores, a mediados de octubre, sin más novedades.
Escena 3: ritmo trepidante. Presentación de la solicitud al SEPE el cinco de noviembre, el 7 se convoca el concurso - oposición y el 14 , ocurren dos cosas: examen y requerimiento del paro de más documentación. Mi pareja no sale muy contenta de la prueba y nos vamos a Tafraoute y aledaños.
Escena 4: presentamos nueva documentación, pero como no hay resultados, nos vamos dos semanas a Turquía, vía Londres, esperando la Navidad. A la vuelta, el maldito expediente del SEPE se ha archivado y toca reclamación previa -trámite absurdo-, que presentamos el 8 de enero.
Escena 5: viaje a Daklha y Lanzarote, con incertidumbre total, pero sin cambios. Otra vez más, conseguimos huir del invierno.
Escena 6: el 12 de febrero sale la lista provisional de la oposición y mi pareja ha arrasado. Pero, hay que esperar diez días naturales, ante posibles reclamaciones. Huimos a Lisboa, alrededores y Evora. De esta escapada se nos olvidó comentar, las peculiares y bien montadas tiendas de latas de sardinas nada baratas, que son bastante frecuentes por el centro. Están muy bien decoradas , aunque no tienen muchos clientes. Una de ellas cuenta con una graciosa noria de feria, que va dando vueltas eternas a los envases de los mareados peces.
Escena 7 y última: nada se resuelve y nos largamos a la provincia de Alicante. En Benidorm y el día 7 de marzo sale la lista definitiva y tras un viaje a Madrid de tres días -ya con todo el pescado vendido y con todas las certezas-, mi pareja empieza a trabajar el 18 de marzo (o sea, ayer)
¿Y el SEPE? Iremos a por ellos , pero con calma, que no sabemos hacer dos cosas a la vez.
¡Y ya no damos más el coñazo con este asunto tan emocional para nosotros!
martes, 18 de marzo de 2025
Rabia y cansados de viajar: intrahistoria de un nuevo éxito
Y volvimos de la provincia de Alicante, donde nos extraño, que haya tantos rusos - no son, precisamente, de los de yate y mansión - y al día siguiente, como habíamos convenido, llevamos los papeles al ayuntamiento. Todo perfecto.
Nos queda contar la intrahistoria de esta oposición, que nace de la pura rabia, para que veáis, que este sentimiento no es siempre malo.
Mi pareja había trabajado, de forma temporal, en el consistorio por contrato de obra al amparo de la antigua legislación laboral .No sé en los grandes, pero en los ayuntamientos pequeños, los trabajadores fijos e interinos de larga duración desprecian a los temporales, sin demasiado disimulo. Por otra parte, la relación con los compañeros en tu misma situación precaria es de extraña competencia, peloteo a los fijos -incomprensible, porque no tienen ningún poder al margen de su plaza-, o envidia. Este último caso es abiertamente palpable, sobre todo, si ven, que destacas un poco por encima de la media, pasando a ser calificado, como el list@, el intelectual o cosas parecidas.
En esas y llevando casi dos años, se convocó un puesto vacante -concurso-oposición-, aunque el examen no parecía inminente. En un principio no nos resultaba un trabajo interesante, porque sin querer presumir y en condiciones normales, nosotros tenemos ahorros suficientes para lo que nos quede de vida.
El mal rollo crecía y mi pareja, con una formación muy superior a la media dijo: "se van a enterar los unos y los otros" y se puso a estudiar, después de muchos años sin hacerlo. Pero el suflé fue bajando, se acabó el contrato, cobró la indemnización y nos pusimos , como locos, a lo que queríamos: en año y medio, tres viajes largos, tres interair, ocho a Marruecos y otros sueltos. Fueron tantos , que nos llegamos a cansar y le dije, de coña: "a ver si sacas eso y nos amarramos un poquito a casa y a una vida normal".
Desde luego, no hubiéramos regresado de ninguna parte del mundo para competir en el examen, porque no nos daba la gana y también, porque la prueba fue convocada con una sola semana de antelación, en noviembre pasado.
Pero resultó, que cuando salió la fecha, estábamos en casa, entre un viaje, a Marruecos y otro, a Turquía.
El día del examen había muchos nervios y nadie había avisado a sus competidores y ex compañeros, sobre si se habían enterado de la convocatoria. El proceso fue completamente limpio y no, como hace veinte años, en ese mismo ayuntamiento, cuando mí pareja sacó el número uno en el test, pero amañaron la segunda prueba práctica.
Para mayor disfruté y satisfacción, la persona, que peor le cae a mi alma gemela, quedó segunda. ¡Menudo volantazo en nuestras increíbles vidas!
Como diría Alcalá Norte empieza: "la vida cañón!
domingo, 16 de marzo de 2025
"Álvaro, me engañaste"
Mi pareja asegura y yo la creo, que la playa de Villajoyosa y cuando ella era pequeña, era de piedras. Pues bien: hoy luce, como un fantástico arenal, sin saber muy bien, cuando y como se produjo la transición.
Por lo demás, el pueblo es tranquilo -aunque abarrotado de british- y su mayor atractivo es el paseo marítimo con sus casas de colores, porque las más alejadas y supuestamente colgantes, no nos gustaron nada.
Y volvimos a Alicante, donde yo había estado tres semanas en 1997, realizando un curso para director de emisora de radio. Nuestros huesos cayeron en una aceptable habitación de un piso turístico céntrico, de esos de la llave en el cajetín y clave en una ruleta para rescatarla.
Lo más horrible de todo Alicante, como saben muy bien sus habitantes, es el hotel Gran Sol, que como si fuera el Partenón de Atenas, se ve desde toda la ciudad.
La subida al castillo es exigente, pero gratificante y la playa del Postiguet, junto al Meliá, muy relajante. El paseo de las palmeras -explanada de España- es lo más característico de la ciudad y el centro -donde te pueden clavar 19€ por un exiguo y miserable plato de paella- es más comercial, que histórico.
Desde hace muy pocos años, se ha acondicionado la Ruta Verde de la Cantera, que transcurre a través de cuatro túneles y parcialmente junto al mar, en lo que fue la linea de vía estrecha entre Alicante y Denia. Resulta un agradable paseo, llegando hasta la playa de la Albufereta
La carcajada del día nos la proporcionó una novia despechada, que había llenado -literalmente- la ciudad de QR, donde podías descargarte las pruebas fotográficas de su mentiroso y desagradable ex, Álvaro.
Volvimos con Ouigo y por horario, nos tocó dormir en Barajas. Durante casi dos horas, mantuve una de las conversaciones más interesantes de los últimos años con un peruano, muy crítico con los últimos gobiernos de su país y con sus varios presidentes, que hoy viven en la cárcel. En lo personal, vida algo complicada: se divorció de su mujer, para venir aquí con otra y está ahora, le había puesto los trastos en la calle y mandado de vuelta a su país, donde solo le espera su hija.
Altea, Benidorm y el regreso al mercado laboral
Altea es un bello pueblo costero, en el que nunca paras de subir y bajar escaleras. Sus imponentes casas blancas forman extraordinarias calles y callejuelas, muy agradables para el paseo, algo menos por la mañana, debido a las hordas turísticas. La plaza principal con su bella iglesia y un par de miradores completan las visitas del lugar.
Su playa es pedregosa y el paseo marítimo resulta irregular, porque a ratos es demasiado estrecho. La primera linea de playa y como en casi todo el litoral alicantino, está plagada de hoteles y apartamentos de aluvión y de escaso gusto, que mayormente, fueron construidos en los sesenta y setenta del siglo pasado.
No tengo datos, pero a simple vista, Benidorm puede ser el mayor conglomerado turístico playero de Europa (o del mundo). A pesar de su interminable bahía de hormigón, el lugar -plagado de británicos-, no resulta tan agresivo, como yo recordaba, en mi única visita, en 1985, porque las buenas playas de Levante y Poniente, le dan calma. En medio de ellas, el acogedor Balcón del Mediterráneo y sus escarpados acantilados. Detrás, un humilde casco histórico y comercial.
De verdad, que Benidorm no nos parece un mal sitio para pasar un par de días, especialmente, si encuentras un barato apartamento con habitación, baño, cocina y salón y con todo tipo de detalles, como nos ocurrió a nosotros.
Desayunando allí, recibimos la gran noticia, el viernes 7: se había publicado la lista definitiva de la oposición, sin cambios. El lunes siguiente mi pareja debía llevar al ayuntamiento fotocopia del DNI, titulo de bachiller, declaración jurada de no haber tenido mal rollo con la administración y otra de no contar con incompatibilidades.
El próximo martes y después de año y medio continuado de impresionantes viajes, regresa al mercado laboral. Empleo publico fijo hasta la jubilación, pero con excedencias y licencias sin sueldo frecuentes, dentro de lo que permite la ley.