En definitiva: ¿ merece la pena visitar la Kasbah de Ait Ben Haddou, camino del desierto? Si vas en grupo organizado no podrás evitarla. Si acudís en coche, no perdéis demasiado tiempo en llegar allí y proseguir viaje. Pero, si utilizas el transporte público y/o caminas, la recomendación es evitarla -como hicimos en 2008, rumbo a Zagora-, porque es mucho esfuerzo para poco premio.
Los atractivos de Ouarzazate no son demasiados: la bonita Kasbah -20 dirham -, la mezquita principal y un zoco exterior frente a la primera. Hace tres lustros era un barrio decadente, pero atractivo. Hoy en día, está derruido por dentro y la gente ya no vive allí, quedando solo las tiendas de fuera, con clientes y ventas escasas.
Ouarzazate, sin embargo, es un lugar estratégico en las rutas hacia el sur. Por aquí pasa la carretera del sur hacia Agdz y Zagora y la del este, que te conduce a Skoura - donde iremos mañana -, Boulmane de Dades, Tinherir, Erfoud, Risani y Merzouga.
Hemos renovado el alojamiento de la pasada noche, pero la hemos tenido con el propietario por la mañana. Porque en Marruecos, es habitual, que no tengan -o no quieran darte- cambio y te toca luego andar detrás de ellos todo el día, para que te den la vuelta. Te atrapan el dinero y nunca dicen -salvo una vez -: "Ya me pagarás más tarde". Así, que no nos hemos movido de la recepción hasta recuperar los 20 dirham.
Otra práctica muy habitual es, que te dan un precio muy elevado a pagar por la alcoba y cuando te vas, te espetan:"¿cuánto quieres pagar?" La respuesta adecuada es "nada, la quiero gratis", para evitar, que sigan haciendo lo mismo en el futuro.
Paseando y casi a las afueras, hemos visto un supermercado llamado Victoria Drinks, donde solo venden cervezas, vino y alcohol. Hemos alucinado, porque en la puerta había aparcados ocho microbuses de unas veinte plazas cada uno. Todos los pasajeros eran guiris y dentro, el ambiente se asemejaba a Sodoma y Gomorra o a la toma de la Bastilla. Estanterías vacías y casi peleas, por llevarse los espirituosos aún existentes, para emborracharse a gusto en la travesía del desierto.