En el vuelo de vuelta a Gdanks, también nos tocó ventanilla y día despejado, por lo que volvimos a disfrutar del maravilloso paisaje de montañas, sol, nieve y mar. El aeropuerto de esta ciudad polaca ha ideado una ingeniosa campaña de marketing de la misma, que consiste en emitir sonidos de olas marinas y gaviotas y poner mensajes escritos en las puertas de los baños, destacando las excelencias de este lugar, de Sopot y de Gdynia.
Nos recibe una temperatura de 21 grados. Si ayer nos faltaba ropa, hoy nos sobra casi todas. Vamos cargando como almas en pena con el abrigo, porque este año, no encontramos el punto medio entre el verano y el invierno. Nos alojamos en nuestro querido Moon, el mismo hotel de hace cuatro días. En menos de ocho meses en esta ciudad, no solo las numerosas obras han mejorado, sino que han ido a peor. Está claro que son para darle un impulso de renovación al paseo marítimo, pero van demasiado lentas y las molestias se van acrecentando.
A esto se añade, que de los próximos tres días, dos van a ser festivos -del trabajo y de la constitución - y todo va a estar cerrado. Ello nos obliga a almacenar comida y bebida con los inconvenientes, que esto supone, estando de viaje. También afecta a las condiciones del transporte, estando las estaciones y ventanillas saturadas de gente, afectando a nuestros desplazamientos.
Cómo ya conocemos Sopot, al día siguiente nos acercamos, a Gdynia, de belleza más modesta. Su encanto reside en el muelle, donde además de yates de postín, tipo Puerto Banús, se han amarrado espectaculares barcos-museos, otros de paseo, restaurantes y un submarino. Mañana nos acercaremos a Malbork, que tiene un destacado castillo.
Al fin, hemos comprado los billetes de vuelta. Ha costado mucho esfuerzo, pero hemos conseguido reducir el impacto económico a solo 80€. Tras muchas combinaciones, porque al principio, la cosa no bajaba de 150. Queríamos pasar por Hamburgo -no lo conocemos -, pero no ha podido ser. Nuestro itinerario será Tronhein - Copenhague - Bérgamo - Madrid.
Pero antes, volveremos cuatro días a Noruega, a visitar esta ciudad marinera y de bello casco histórico.