Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

domingo, 21 de julio de 2024

jueves, 18 de julio de 2024

La Euro acaba, el viaje sigue

           Y sí. Ganamos la Eurocopa, disfrutamos, como enanos y dormimos, como angelitos, embadurnados del potente y protector aire acondicionado. A la mañana siguiente y sin más preámbulos, partimos para Sarande, lugar, donde ya habíamos estado hace un par de años.

          Los días anteriores a la emocionante final, no habíamos perdido el tiempo. Por una parte y en la no sencilla web de Finikas, compramos dos billetes de ferry, que nos iban a transportar desde Sarande, a Corfú, a un precio más ventajoso, que la última vez.

          Por otro y con Wizzair, adquirimos los boletos aéreos, que nos llevarán desde Abu Dhabi, a Mascate, el próximo día 21. Para cerrar el círculo, ya solo nos resta contratar el tramo, Mascate - Bombay -con escala en Emiratos -, que nos lleve a India, donde comenzaremos el sexto periplo por este país.

          En Corfú y debido a los precios imposibles de los hoteles -110€ es lo menos que nos pidieron-, pasamos la noche a la intemperie, absorbidos por el inaguantable calor húmedo, que también nos persiguió la noche de Venecia o la inaguantable mañana de Gjirokaster. Este y no otro, está siendo  el auténtico problema del viaje y no parece, que vaya a tener solución en el corto y medio plazo.

          Ya hemos aprendido, que es mejor pasar una noche fresca, por incómoda, que sea, en el hall de un aeropuerto, que en la calle o en una habitación terriblemente calurosa, que además, no es gratis. Por eso y tras dos cómodas noches en la terminal de Atenas, acabaremos otras tres en la de Abu Dhabi, porque los alojamientos vistos en esta ciudad dejan mucho que desear.

          Sí que hemos contratado para varias noches un apartamento en Mascate, que cuenta con muy buenas referencias.

          Sudores agónicos, al margen, pasar una noche en blanco, en Corfú, no conlleva demasiados problemas. Hay tanta gente por las calles y en la plaza principal, que no sientes inseguridad alguna. Dispones además, de negocios de comida y bebida, que abren las 24 horas.

          Y no te aburrirás, contemplando el último reto callejero, que te engancha , como a un tonto. Consiste en colgarte de una barra elevada horizontal y aguantar 100 segundos, sin caerse. Pagas 10€ y si lo logras, ganas 100. No vimos a nadie, que lo consiguiera (el que más aguantó 75 segundos).

          Por lo demás, Corfú sigue igual, que hace dos años. O peor: han cerrado la oficina de turismo y la fortaleza nueva, que era gratis, ahora cuesta 5 €.

          Sobre la masificación de los destinos y la turismo fobia, os hablo en la próxima entrada.

domingo, 14 de julio de 2024

Gjirokaster

           Nos despedimos de María y Laszlo y tras un intento fallido de alojarnos en un inexistente bungalow de un camping, acabamos en el hotel Heraldo, junto a la estación de autobuses. Sin duda, la mejor habitación, que hayamos disfrutado nunca en todos los viajes a los Balcanes. Veinte metros de tamaño, con buen baño, aire acondicionado demoledor, wifi y televisión de pantalla plana. También, una amplia terraza, que con estas temperaturas no sirve para nada.

          Tras dejar los achiperres habituales y bajar de la alcoba, el cielo empezó a nublarse. El resultado final, cuatro truenos y cinco minutos de lluvia fuerte -la primera del viaje -, para de inmediato, volver a los insufribles 38 grados.

          En Gjirokaster, a la dificultad del calor extremo, hay que añadirle, la falta de viento, las omnipresentes cuestas y las numerosas calles empedradas, que castigan los pies.

          Gjirokaster no es un lugar muy turístico y es de agradecer. Aunque los precios son mucho más altos, que en Vlore. El atractivo principal, son las calles de arquitectura italiana, donde se ubica la mezquita, los negocios del bazar, una buena legión de bares y restaurantes y el túnel de la nostalgia albanesa, relacionado con objetos del antiguo régimen. No es tienda, por lo que se debe pagar un euro por la entrada.

          Muy cerca, aunque algo escondido, se encuentra el Cold War Tunnel, un búnker -se construyeron miles a lo largo del país -, erigidos en los sesenta ante temores de ataques nucleares a Albania. Hoy están abandonados, menos este, que se ha convertido en museo (seis visitas guiadas al día, 2 € la entrada) .

          Tras un ascendente paseo se llega al castillo -4 euros - y a un barrio de bonitas casas otomanas enclavadas en la montaña. Caminando media hora hacia arriba se transita hacia un acueducto llamado Ali Passa Bridge, pero a los diez minutos nos dimos la vuelta, por el calor y porque no habia nadie.

          Las indicaciones de los lugares no son buenas, así, que constantemente, ves a unos guiris preguntando a otros en diferentes idiomas, lo que es muy gracioso.

          Cuando esto escribo, queda una hora para el inicio de la final de la Eurocopa, que viviremos aquí, como hicimos, en Bangkok en 2008; en Midelt -Marruecos-  en 2010 y en la propia sede del torneo, en Kiew, en 2012. ¡Aúpa España!

¡¡¡Aupa España, desde Albania!!!


 

¡Adiós 🫂 a Gjirokaster!