jueves, 23 de mayo de 2024
lunes, 20 de mayo de 2024
domingo, 19 de mayo de 2024
Vida ajetreada, entre el segundo y el tercer "interair"
A pesar de haber regresado más tarde de lo previsto de nuestro segundo "interair", aún llegamos a tiempo para disfrutar de las fiestas de San Pedro Regalado, en Valladolid y las de San Isidro, en Madrid.
En la plaza Mayor de Pucela, asistimos a un doble concierto, patrocinado por Ouigo. Primero tocó Marlon, con mayoritario público joven. Está audiencia tiene unos comportamientos peculiares, que la diferencia de los que ya tenemos una edad más peligrosa. Se dividen en dos: los que se pasan el concierto hablando de tonterías, sin escuchar la música, ni dejar a los demás atender al concierto y los grupos de jovencitas, que se las saben todas. Ambos, ingieren , en su mayoría, bebidas energéticas.
Marlon nos encantó, al igual , que Sidecars, a los que ya habíamos visto en una pequeña sala hace unos años. El día siguiente contemplamos a Destino Rubicón en otro escenario de la ciudad.
Y el domingo, nos fuimos a Madrid, al Parque de las Vistillas, para asistir al concierto de Ella Baila Sola. En este caso, público mayor, con otras características muy diferentes: escuchan y no hablan, beben cerveza y cosas más fuertes y olor generalizado a chocolate (en los ochenta, llamado costo). La nueva formación tocó, incluso, temas nuevos.
El día previo a San Isidro nos presentamos en el mismo parque para disfrutar de Coco Bazar, K1ZA y Boston Babyes, en el 44 Festival Villa de Madrid de Radio 3. No nos quedamos a Los Punsetes y decidimos volver a Valladolid en el último tren, porque hacia frío.
Y dos días después, asistimos a otro evento organizado por la misma emisora: el Festival del Día Internacional de los Museos -de 7 a 21 horas -, donde nos deleitamos con Pignoise, Los Enemigos, Los Estanques, El Columpio Asesino o Lady Banana.
Ayer y de forma gratuita, asistimos durante dos horas al Museo Thyssen. Todo muy bien organizado, con cita previa, porque si no, no habríamos logrado entrar por aforo completo, como nos ocurrió en en Museo Cerralbo y en el Museo Lázaro Galdiano.
viernes, 17 de mayo de 2024
jueves, 16 de mayo de 2024
El insomnio nórdico
A ver: yo me he quedado dormido en la biblioteca de la facultad -en clase, solo sesteos-, en la de mi barrio, en centros comerciales, en cientos de transportes públicos, en la playa, en un parking en Sídney, en un centro cultural de Taiwan, en mil playas, bajo un sotopassaggio en Campobaso...¡Podría seguir, hasta casi el infinito! Y nunca nadie me llamó la atención.
En los países nórdicos -tan compuestos, aparentes y cuadriculados ellos- no resulta buena idea echar una cabezadita en un lugar público, como demuestran estas tres situaciones, que nos ocurrieron, durante los cinco primeros días.
1.- Volamos, a Billund, a las seis de la mañana de un lunes. Pasamos los controles a las 3:30, por lo que no hemos dormido nada. Nos roncamos el vuelo entero, pero al llegar, estamos agotados. Tras caminar hasta el centro y explorar la ciudad, reclamos en la Casa del LEGO, donde hace calorcito. Pongo la mochila en un lado y me recuesto, cayendo en brazos de Morfeo. No tardan mucho tiempo en echarme una reprimenda, envuelta en risas (está gente nórdica no sabe sonreír). Nos advierten de que podemos estar allí todo el tiempo, que queramos, pero guardando las formas.
2.- Una hora después, ha bajado la temperatura y llueve a cántaros. Entramos en el único centro comercial de la ciudad, muy moderno y diseñado con bastante gusto. En uno de los lados se ubican varios mullidos sillones, donde los dos, caemos rendidos. Una hora después y esta vez, sin medias tintas, somos sometidos a un increíble interrogatorio por el personal de seguridad. Tenemos, que salir huyendo, como si fuéramos malhechores.
3.- Cuatro días después y en el aeropuerto de Alesund, a mi pareja se le cae la cabeza de sueño sobre una mesa y nuevamente es obsequiada con una bronca de perfil medio.
Lo curioso es, que en los tres casos, la primera pregunta fue: ¿estás bien?, como si dormir fuera algo antinatural. La cuestión era tan ambigua, que todavía hoy no sabemos, si se referían a la salud o a haberte drogado o bebido. Aunque, apostamos por lo segundo.
Los tres aeropuertos nuevos de nuestro último "interair"
En la preparación de un "interair" hay, que ser estudioso de las condiciones de cada aeropuerto, especialmente, si se va a pernoctar en ellos. Hay veces, que no es fácil obtener información, como nos ocurrió en el pasado viaje con el de Alesund. No supimos hasta estar in situ, si abría o no por la noche, en un lugar bastante frío.
En el próximo "interair" afrontaremos al menos, tres aeropuertos nuevos: Stavanger, Tronso y Hamburgo. Pero lo que ahora toca, es hablar de los de Billund, Alesund y Trondheim, donde arribamos por primera vez, durante el anterior periplo.
Billund: a pesar de encontrarse en una población de 6500 habitantes,es el segundo de más tránsito aéreo, en Dinamarca. Sin peligro y en tres cuartos de hora, se puede ir andando a la ciudad o al parque Lego. Abre las 24 horas y se puede dormir en el suelo sin ser molestado. En vez de asientos corridos, tiene mesas y sillas de terraza, donde comer, beber, escribir o llevar a cabo otras actividades. Buen wifi y enchufes suficientes para cargar los diversos cacharros.
Alesund: pequeñísimo aeropuerto, a unos 15 kilómetros del núcleo más poblado, que se recorre de un extremo a otro en poco más de medio minuto. Cuenta también, con sillas y mesas de terraza,excelente wifi -hay que reengancharse cada cuatro horas y es imposible quedarse dentro, ni con tarjeta de embarque para la mañana siguiente. Sin embargo, en su exterior, existe una caseta cerrada de unos tres metros cuadrados, con puerta corredera sin llave y acondicionada con un banco y dos estufas. Allí dormimos tres noches, sin ser molestados. A unos 500 metros, existe un complejo de habitaciones no muy caro -no viene en Booking -, pero suele estar lleno. El supermercado más cercano está a una hora, caminando.
Trondheim: el aeropuerto más delicioso del viaje. Ubicado a 35 kilómetros de la ciudad, pero muy bien comunicado. Sillas y mesas para por el día y dos sofás redondos para dormir a cualquier hora, porque abre las 24. El super más cercano está a quince minutos andando. Buen wifi constante y enchufes suficientes.
En cuanto a los aeropuertos repetidos, dos variaciones, en tan solo siete meses.
Gdanks: ya no piden la tarjeta de embarque de madrugada ¿Será porque el gobierno de ahora es un poco menos facha, que el del año pasado?
Copenhague: de las dos noches, íbamos solicitaron la documentación de vuelo. Han instalado una maquinita diabólica en los controles de las que te ven todo lo que llevas debajo de la ropa y te tocan bastante las narices.