lunes, 13 de febrero de 2023
domingo, 12 de febrero de 2023
martes, 7 de febrero de 2023
Fin de semana de museos
Después de las celebraciones del Año Nuevo Chino y de la noche de fiesta por Malasaña, nos habíamos planteado un finde algo más tranquilo, visitando algunos museos capitalinos.
Arrancamos el sábado visitando los mercados de San Antón -ya conocido- y San Ildefonso, donde no se ofrece género fresco y si elaborado, a través de numerosos bares y restaurantes. En el primero, predomina la cocina española de toda la vida, siendo el segundo más exótico, ofreciendo numerosos platos asiáticos, especialmente, de la cocina surcoreana, aunque nada, que ver, con lo que puedes comer, en Seul, porque aquí predomina la fritanga con aceites saturados. Ambos lugares estaban extraordinariamente concurridos, casi hasta el agobio.
Después de almorzar, nos esperaba el museo del Romanticismo, ubicado en un palacete estatal, que fuera en su día propiedad del Marqués de Matallana. Conserva una importante y cuidada colección de objetos históricos y artísticos, recogiendo la vida cotidiana de la burguesía en la época del romanticismo, en el siglo XIX. La cocina, las habitaciones, el cuarto de juegos de los niños...y numerosos cuadros en todas las estancias, que dan cierta sensación de apelotonamiento. No defrauda, aunque se visita en poco más de media hora, si lo haces por libre.
A las seis y media de la tarde, ya estábamos en la cola -hay dos, dependiendo de si tienes entrada reservada previamente o no- del Museo Reina Sofía, espacio de arte contemporáneo. Las visitas gratuitas son de siete a nueve y no tardamos más de diez minutos en entrar y dejar el bolso en la consigna. Nunca antes, habíamos visitado esta galería. Nos centramos en la planta baja y el sótano.
Vimos obras notables de pintores del siglo pasado; otras relacionadas con acontecimientos históricos, como la caída del muro de Berlín, el conflicto árabe - israelí o el 15 M; además de auténticas tomaduras de pelo, supuestamente calificadas, como arte y que, por supuesto, no lo son. Volveremos en el futuro, a seguir explorando este basto recinto.
Para el domingo, nos quedaban el Museo Geominero y el del Canal de Isabel II, aunque a este último -donde ya habíamos estado antes-, no pudimos acceder, al encontrarse cerrado, por motivos desconocidos.
Los días festivos, la planta de abajo del museo alberga un interesante y abarrotado mercadillo de minerales, donde se pueden encontrar, desde cuarzos rosas para el amor, a bolas para cuidar con éxito, la salud. En la planta de arriba, más tranquila,hallamos una completa colección de bellos minerales internacionales, otra de autóctonos y una amplia sección de fósiles. El recorrido por las salas nos resultó muy agradable e instructivo, a pesar de que las estanterías están demasiado juntas entre sí.
La tarde, la dedicamos a pasear -con 18 agradables grados de temperatura-, encontrando dos hechos relevantes: una confusa y minoritaria manifestación de peruanos en la Gran Vía, donde se gritaba a favor de la libertad y en contra del comunismo, de la policía y hasta de Pedro Sánchez, que qué tendrá que ver y los mismos puestos, que habíamos visto, durante el Año Nuevo Chino, pero en vez, de en Usera, en la Plaza de España.
sábado, 4 de febrero de 2023
jueves, 2 de febrero de 2023
El Año Nuevo chino del conejo (parte II)
Sobre las cuatro de la tarde, subió al escenario el grupo "Vilapain". No son el hip hop y el trap los géneros, que más nos gustan. Disfrutamos algo más con "Mejores Amigas", un dúo formado por una chica china con faldita corta -Valeria- y un componente masculino español algo más mayor ,-Mateo-, con un pop romántico, a veces divertido y otras, moñas. Entre los dos conciertos no llegaron a la hora y media.
A mediodía, el cercano parque Pradolongo -hace honor a su nombre, porque es enorme -, que cuenta con un magnífico lago artificial, estaba casi desierto, pero a las seis se fue llenando de gente, hasta formar una multitud tal, que casi era imposible moverse (más del 90% españoles o sudamericanos y ni un 5% de chinos). La actividad a esas horas, era el Festival de Luz.
Se formó una cola de más de un kilómetro de largo para el reparto gratuito de farolillos luminosos, pero después de casi hora y media, el 80% nos quedamos sin el preciado objeto. ,¡Otra vez será! Dos horas después y ya siendo de noche, la jornada culminó con ocho minutos de fuegos artificiales. Los hemos visto mejores y sobre todo, más largos, pero no estuvieron nada mal. Salir del parque resultó una auténtica pesadilla.
En la desagradable mañana del domingo, con mucho viento helador- aunque con sol- y un grado bajo cero de temperatura, se iba a celebrar el Gran Desfile y media hora antes de que comenzara, nosotros ya estábamos ubicados en Marcelo Usera, que junto a Rafaela Ybarra, iban a ser las arterias del tradicional pasacalles. Menos mal, que llegamos con tiempo y cogimos primera fila -buen lugar para grabar videos -, porque poco después, las cosas se pusieron imposibles, al abarrotarse todos los alrededores de gente.
Hay, que decir, que el desfile nos cautivó y aunque muertos de frío, acabamos encantados. Aquí si, vimos dragones y osos panda y el transitar , al ritmo de músicas diversas, de 1200 personas, en distintos grupos, ataviados con diferentes ropajes y portando la máscara del conejo y el gorro tradicional. No sólo eran chinos, sino también sudamericanos, como magnífico gesto de integración entre distintas culturas.
Por la tarde, ya en el hotel - nos decantamos por el Woohoo, en la calle Concepción Arenal, lo que fue una magnífica elección -, leímos, que para el año que viene, van a instalar en el barrio una puerta china y una escultura de un oso panda de más de un metro de alto y de 500 kilos de peso. ¡Poco a poco!
Nuestra sugerencia más clamorosa para siguientes ediciones es, que se lleven el desfile a un lugar mucho más extenso, aunque sea fuera del barrio, porque aquello resultó ser un verdadero colapso.
El lunes, 23 de enero, era festivo en nuestra localidad de residencia, así, que también nos quedamos, en Madrid. Por la mañana, quisimos visitar el Palacio de Cristal de Arganzuela, en Legazpi, pero cierra ese día de la semana. Y por la tarde y desde las cuatro, de lunes a jueves, es gratis el Palacio Real. Pero resultó, que ese día había una recepción oficial y estaba cerrado al público. ¡Una jornada para olvidar!, sin duda.