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jueves, 13 de septiembre de 2012

Pintorescos taxistas y yacimientos arqueológicos inventados

                                                        Lima (Perú)
            Pintorescos resultan ser los taxistas peruanos. Su estrategia habitual, nada ilegítima, consiste en ofrecerte una tarifa muy atractiva para la carrera, para después, tratar de colocarte un alojamiento de tarifa elevada. Tienen muy mala fama, pero la cosa no es para tanto. Recomiendan no tomar los taxis en la calle. Pero, nosotros lo hemos hecho así y no hemos tenido problema alguno.        
Arequipa (Perú)
El que nos transporta en Arequipa, lleva puesto a todo volumen, un programa matutino, tipo el de Jiménez Losantos, en el que el locutor va despotricando contra todo, a grito partido.

El que nos acerca al centro, en Lima, tiene 88 años y va vestido con ropa bastante moderna, dentro de su minúsculo coche, que apesta a gasolina quemada (debe de ser de los años 60). Parece, que vamos en una cafetera urbana, debido a todo lo que nos movemos hacia ambos lados y al humo que echa.

            Ha sido marino y ha servido en el ejército de Estados Unidos, por lo que conoce medio mundo. Dice –desconozco el motivo y si algo así puede suceder, aunque lo dudo-, que puede entrar en todos los países del mundo sin visado, con la excepción de Rusia. Se emociona, hablando de Sara Montiel, el Cordobés y Frank Sinatra y como le seguimos la conversación con pasión, acaba poniendo a Celia Cruz a toda pastilla, en un cassette, que lleva adosado en el salpicadero del taxi. A pesar de la edad, tiene una mentalidad y un espíritu más joven, que muchos de 20 años
                                                                                                        Arequipa
            Descartamos, hacer el tour al cañón del Colca. El más corto es agotador, porque sale a las dos de la madrugada y retornas de noche. El de dos días es demasiado relajado y se visitan unas cuantas cosas insustanciales, supongo, que para inflar el precio. Desde Arequipa,.iremos a la cercana Yura y al día siguiente, tiraremos hasta Lima, en un autobús nocturno.

            También descartamos, hacer las Líneas de Nazca, por resultar caro y considerar, que no ofrecen demasiado interés. Alguien nos ha llegado a decir, que las aran continuamente, con artilugios mecánicos, para que estén más marcadas. En las zonas de Perú, donde no disponen de atractivos turísticos, los exageran o sencillamente, se los inventan.
                Lima
            Sería el caso de las huacas del Sol y de la Luna, en Trujillo (norte del país). El paisaje es bonito, pero las huacas, apenas tienen nada, casi ni siquiera, para los friquis de la arqueología. Es una vergüenza, que cobren más de 4 euros, por entrar a ver cuatro restos, tapados con uralitas y llenos de andamios. La excursión es, obligatoriamente, guiada, porque si la hicieras solo, no aguantarías ni cinco minutos. Así, te la adornan un poco y te sacan más cuartos.

No iremos tampoco, a Ica y Paracas, aunque sentíamos más curiosidad, por ver si perduran los efectos del terremoto en este último lugar, que por sobrevolar las referidas Líneas de Nazca desde el aire, en avioneta.

            Arequipa es una ciudad caótica, donde los conductores no respetan a nada y a nadie y de la que esperábamos más. La mayor parte de sus casas y edificaciones monumentales son blancas y precisarían de una buena mano de cal, para recuperar el encanto perdido. Está llena de iglesias y patios. Las vistas son caras. En el Convento de Santa Catalina, se descuelgan pidiendo 30 soles. El resto tampoco, se quedan muy atrás y a veces no son ni siquiera, sitios interesantes.
                                                                                                Lima
            Lo que si nos encanta, es la gastronomía peruana, de Lima hacia abajo. La del norte es mucho más cansina, pobre y repetitiva. Caldo blanco, rocotos rellenos, salto de lomo, papas a la huancaina, charque, ceviche…, merecen sentarse a la mesa con calma. Sobre todo, para degustar este último

            El camino hacia Lima se hace algo pesado, a ratos y las interminables películas violentas, que nos ponen a todo volumen, no ayudan mucho a concentrarse en otras actividades. Nos damos cuenta de que, al contrario que los bolivianos, los peruanos son menos resignados y al menos protestan, cuando creen que algo está mal. Y es, que nos han vendido el viaje como un servicio directo y solo lo es a medias. “¡Que querrán ustedes por 30 soles!”, replica el descortés y malhumorado conductor. La atención al cliente, sigue brillando por su ausencia, también en Perú.
                                                                       Lima
            En algunas guías, se habla de determinadas líneas rojas en la capital, que resulta peligroso traspasar, señalando el área comprendida entre la avenida Tacna y la Avancay, como las fronteras seguras de la ciudad. Dicen, que incluso la propia zona monumental, es insegura de día, pero según constatamos y nos comentan varias personas, la seguridad en esta urbe ha mejorado bastante en los últimos tiempos. Caminando con cautela y sin ostentación, no es arriesgado visitar la zona centro. De noche es otro cantar y se hace recomendable, fuera de las calles comerciales, moverse en taxi, a todas partes.
                                 Lima
            Tres son los peligros fundamentales, a los que se expone el viajero en Lima, según nos comenta un amable empleado de nuestro hotel.

            -Robo por descuido del equipaje en la calle o los garajes de los autobuses, mediante a veces, incluso, sofisticadas tramas de varias personas, que escenifican complejas maniobras, para desorientar al desamparado turista.

            -Tirones, fácilmente evitables, no llevando bolsos.
               Trujillo (Pesrú) 
            -Las pandillas de “pirañitas”. Se trata de grupos numerosos de adolescentes, que actúan en equipo. Tiran a la víctima al suelo, la desvalijan y se van tan tranquilamente, andando, conscientes de que como son muchos, no te vas a enfrentar a ellos.

            Lima  nos gusta bastante, aunque menos que otras capitales, que ya hemos visitado, como La Paz o Santiago. Llegados aquí, nos siguen sin atraer los peruanos, que en términos generales, siguen siendo tan maleducados y poco atentos, como en las zonas del sur y de Cuzco
                                                          Ambas son, de Trujillo
            Además de su basta zona monumental, plagada de Iglesias y conventos, se puede transitar por Miraflores, que es un barrio elegante y urbanísticamente bien trazado No parece Sudamérica. Todo es de mucho mayor nivel aquí que en el centro de la ciudad y eso también, se nota en los precios. Damos un paseo por los Óvalos, la avenida principal y finalmente, llegamos al mar. Ahí también reside el encanto de este núcleo residencial: en las bonitas, anchas y abiertas playas, que lo acercan al océano Pacífico.
                      Piura (Perú)
El complemente final, que ya lo hace magníficamente agradable, son sus cuidados parques, entre los que destaca el del Amor, inaugurado un día de San Valentín y lleno de frases “tontitas” y algo horteras, que le dan un toque –discutiblementne- romántico. ¡Llevamos sin ver el mar, cerca de un mes, desde que estuvimos en la bonita Valparaíso!.

            Con las visitas a las discretas Chiclayo y Piura, ponemos punto final, a Perú.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por las fotos y por la objetividad, desde el perú.

Eva dijo...

Gracias a ti.