Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

domingo, 10 de marzo de 2019

Consideraciones generales sobre bebidas alcohólicas y viajes

         Todas las fotos de este post son, de Nueva Zelanda, menos la última, de .Brisbane (Australia)

          Es la primera vez, que escribo un apartado de estas características, desde que tengo por costumbre -alla por el año 2.005-, de plasmar nuestros viajes por escrito. Y es, que en los últimos años, estoy detectando un movimiento internacional, ciertamente, integrista, que cada vez más, va imponiendo restricciones para el consumo de bebidas alcohólicas, fundamentalmente, en espacios públicos.

          Y no, me refiero, a los países musulmanes o India, donde esto ya viene de lejos, sino a naciones, donde hace una década, ni eran nada sospechosas de emprender cruzadas contra el consumo de cerveza, vino o bebidas espirituosas, que por otra parte, les generan unos enormes ingresos anuales, a través de la recaudación de impuestos.

          Una de las formas más clásicas, que han aplicado países, como Tailandia, India, Singapur o Turquía es acribillar  a tasas el consumo de botellas o latas, que contengan cualquier cantidad alcohólica, por pequeña, que sea. En teoría, consiguen, que beba menos gente, por no poder permitirselo, económicamente. Es algo así, como se ha hecho con el tabaco en casi todo el mundo (aunque no en muchos países musulmanes). El problema es, que no han tenido en cuenta, que no es lo mismo una inofensiva caña de cerveza, que una botella de agresivo raki, con más de sesenta grados.

          Otra de las fórmulas, consiste en elevar la edad, a la que los más jóvenes pueden acceder al alcohol, como si poner puertas al mar resultara tan fácil. Resulta chocante, que un país avanzado -aunque, extraordinariamente, conservador-, limite el consumo de alcohol a menores de 21 años. Esta prohibición, se vuelve absurda, si hablamos de Nueva Zelanda, donde se eleva a los 25 años. Se podría dar el caso, de un trabajador fijo, casado y con dos hijos, de 24 añus, que no se puede meter entre pecho y espalda, una copa de vino, por decreto ley gubernativo . ¡Parece, realmente, absurdo!

          En este mismo país austral, se llega al ridículo más absoluto. Tengas 26, 51 o 76 años, cuando adquieres una bebida alcohólica -sea, la que sea-, debe venir un encargado a la caja, a autorizarte la compra.

          Siendo esto muy llamativo, lo que ya nos parece, roza el esperpento, es este cartel, en inglés, colocado en un parque, de Brisbane, junto al río. No está entero, porque no nos cabía en la foto, pero con lo que copio aquí, se entiende el mensaje y también, el objetivo. Normas y más normas, para poder tomarte unas cervezas, tranquilo en un pacífico jardín público. Me parece muy preocupante:

          "Brisbane City Council designarse River kuai un the area show on the map public place where liquor may be consumed between the hours of 10 A. M -8 P. M, daily.

           The followings restrictions apply:

           1°.- Liquor must be consumed whit a sustancial meal.

           2°.- Liquor is nor yo be supplied yo or consumed by minors or intoxicated persons.

           3°.- Liquor is no be consumed outside the designated public place

           4°.- The designated public place shell remain..."

Últimas novedades sobre aviones y tránsitos en aeropuertos

                                                    Todas las fotos de este post son, de Australia

          Durante los cuarenta días, que he tardado en escribir los casi 260 folios del relato de este octavo viaje largo, me ha dado tiempo, a reflexionar sobre algunas cosas. Fundamentalmente, sobre dos, que aquí expongo:

           1°.- ¿Por qué hay tanta diferencia de precio en los vuelos, de Air Asia, dependiendo del mes en que quieras tomarlos? Este detalle, que en un principio, se pueda pasar por alto a cualquier viajero, nos costó, que el año pasado, durante el séptimo viaje largo, tuviéramos, que renunciar, a visitar y conocer, Australia y Nueva Zelanda, debido a la repentina alza del precio de los vuelos, durante el mes de julio.

          Ni harto, ni perezoso, hace ya unas cuantas noches y con paciencia, me puse a investigar, con la app de la compañía de bajo coste, los precios de los vuelos en todos los meses de este 2.019, tomando tres o cuatro referencias de cada uno. El resultado no se hizo esperar: las tarifas permanecen estables, oscilando un poco, arriba o abajo, durante nueve meses del año.

          Durante los otros tres, que son, enero, julio y diciembre, los precios se disparan hasta el doble o más. Un vuelo, desde Kuala Lumpur, a Australia, por ejemplo, que parta en febrero, suele oscilar entre los 135 y 160 euros. Mientras, que si lo quieres para diciembre, te va a salir por más de 300, no siendo infrecuente, sobrepasar los 350. Cómo veis, las diferencias no son nada pequeñas y de no tener esto previsto, pueden arruinar un proyecto de viaje.

           2°.- Hasta los viajeros más expertos, damos por hecho cosas, que luego tienen excepciones. Y en estos casos, las consecuencias económicas y personales pueden ser tremendas. Me explicó:

          Yo siempre había pensado, que en la zona de tránsito de cualquier aeropuerto internacional y sin cambiar de terminal -y aún cambiando, a veces, como en El Cairo, por ejemplo-, no tenías, que presentar un visado o un formulario previo, si no sobrepasaban el límite de 24 horas, hasta el siguiente enlace aéreo.

          Normalmente, así es y nunca jamás, durante treinta años viajando, habíamos tenido una experiencia, que no fuera esta. Pero, a raíz, de lo que nos ocurrió, en Shanghái y, que afortunadamente, ya sabíamos, que nos iba a suceder, nos hemos puesto a indagar y existen más excepciones.

          Y es, que en China, si o si, si haces tránsito, te deben conceder un visado de esas características, que se obtiene a la llegada al país, siempre que vueles a un tercero. Normalmente, te lo van a dar sin poner pegas, si cumples las condiciones. Aunque, en el proceso se pueden invertir un par de horas, por lo que hay, que tenerlo en cuenta y separar lo más posible el vuelo de llegada y el de salida, hacia tu destino.

          Pero como he dicho, esto no solo es cosa de los chinos. Probablemente, el mes, que viene, nos marchemos tres semanas, a Canadá y Estados Unidos. Hemos constatado, que para hacer tránsito en cualquier aeropuerto de estos dos países, hay que presentar, la ETA y la ESTA, respectivamente. Se trata de trámites administrativos previos, que cuestan dinero -7 dólares canadienses y 14 estadounidenses-, además de precisar de un proceso de aprobación, que normalmente, suele ser rápido.

          Existen casos complejos, como el de Rusia. Normalmente, puedes hacer tránsito sin necesidad de ningún visado, si no sobrepasas las 24 horas, entre una conexión y otra. Pero, si por ejemplo, tienes, como destino final, Bielorrusia, el segundo vuelo se considera nacional, por lo que debes salir de la zona internacional, y dirigirte a la nacional y, para ello, necesitas un visado ordinario.

          Seguro, que hay otros aeropuertos del mundo, que también tienen sus peculiaridades, aunque de momento, no conozco más. Después de las experiencias vividas a lo largo de varias décadas y en el futuro, evitare, en la medida de lo posible, hacer escalas, en China, Canadá, Estados Unidos y Rusia. Y priorizare, llevarlas a cabo en los países del Golfo Pérsico, Turquía y Egipto, donde normalmente, te lo ponen muy fácil.

sábado, 9 de marzo de 2019

La playa de Bondi (Sydney)


El Sky líne, de Kuala Lumpur


¿Que es un viaje largo? (parte II)

                                                           Todas las fotos son, de Tailandia


          -"¿Cómo lleváis el dinero: tarjetas, efectivo...?: Recuerdo, hace más de una década, cuando le dijimos a mi suegra, que pedíamos una excedencia y nos íbamos medio año de viaje por Sudamérica, Centroamérica y México. Ella pregunto, con toda naturalidad: pero, con eso de la excedencia, los de la empresa os siguen pagando el sueldo, ¿no?. Costó mucho esfuerzo, que entendiera, que dejábamos, temporalmente de trabajar -y de cobrar, claro-, para dedicarnos a recorrer el mundo.

          De todas formas, esta es una de las consideraciones, que más entiendo, que puedan resultar ser de la inquietud de los demás, porque hemos cambiado la fórmula decenas de veces. En la actualidad y dado los siete pueblos, que se pasan los bancos, siempre que los países a visitar sean medianamente seguros, optamos por el efectivo -contante y sonante- y por la tarjeta de crédito, aunque con restricciones. En otros tiempos más balsámicos y sosegados, cuando las entidades bancarias vivían del ladrillo y no de desplumar a todo lo que se menea, el cajero automático y la tarjeta de débito eran nuestra sencilla, pero eficaz, receta maestra. En el futuro , seguro, que todavía, tendremos que volver a recuclarnus. ¡Para eso estamos!

          -"¿Lleváis tabletas u ordenadores portátiles para resolver las gestiones necesarias en ruta?": Desde hace mucho tiempo, tratamos de llevar el mínimo equipaje posible, porque hay en algunas jornadas, que debemos llevarlo todo el día a cuestas. Por otro lado, el valor de un portátil o una tablet buena es suficientemente significativo, para no dejarlos en un alojamiento económico, que no dispone de medidas de seguridad suficientes.

          Normalmente, funcionamos con los dos teléfonos móviles y sus dos tarjetas. Las apps de las compañías aéreas, las de autobuses y trenes o las de reservas de alojamientos, son hoy en día, tan modernas y eficientes, que facilitan mucho las cosas (son mejores, que las propias páginas webs, equivalentes)

          Sin embargo, durante los tres últimos viajes largos han saltado las alarmas y hemos padecido -ya lo habéis leído en esta misma web y en el blog- diversos problemas con las tarjetas SIM, su cobertura en determinados países -con la compañía Simyo- y los propios teléfonos. ¡Tenemos gafe en esta materia! Por lo que hemos tomado la decisión y para viajes sucesivos, de llevar un tercer dispositivo de reserva y con una tarjeta de Movistar o de Vodafone, que dan cobertura en todo el mundo.

          -"¿No habéis padecido problemas sanitarios o alguna enfermedad importante en todos estos años?": Muchas veces, se contestan ellos mismos, como me ocurrió el otro día al calor de unas cervezas y unos pinchos: "ah, seguro, que además de vacunados de todo, tendréis una inmunidad añadida por haber pasado tanto tiempo en esos inciertos y agitados destinos del tercer mundo.

          No sé, si un médico o epidemiólogo, podrán corroborar esta segunda parte de la afirmación, pero nosotros estamos bastante de acuerdo con ella, a pesar de que no pueda tener base científica. Sea por lo que sea -entre otras cosas, porque tomamos muchas prevenciones y tenemos mucha suerte-, llevamos treinta años viajando -veinte de ellos pueden el tercer mundo- y nunca hemos perdido un solo día por motivos de enfermedad o indisposición. Para, que os hagáis una idea sobre este asunto, en los noventa días, que ha durado este octavo viaje largo, yo no he tomado ni una sola pastilla.

          -"¿Cómo es posible, que viajes tan a menudo y por periodos de tiempo tan largos: como lo hacéis?": Tan solo ha habido una sola persona en todos estos años, que se ha atrevido a hacernos está pregunta y en ningún caso, mencionó la palabra "dinero". Sí ha habido muchas más, quejumbrosas por naturaleza, que nos han repetido la misma perorata hasta el agotamiento: "claro, yo no podría hacerlo, porque no me lo podría permitir, porque ya tengo muchos gastos en mi vida diaria..."

          La fórmula de nuestro éxito no es secreta, como la de los "manolitos" de mantequilla o la de la Coca Cola. Se trata de aprender, que se puede viajar por muy poco dinero -hasta en los países más caros-, si te organizas bien. Baste decir, que para recorrer más de 50.000 kilómetros aéreos cada uno, hemos invertido tan solo, un poco más de 2.300 euros en total. Baste indicar, que para tres meses de viaje y este ha sido de los más caros, nos hemos gastado 1.800 euros al mes para los dos, cifra que mucha gente liquida, como si nada, sin salir de casa y entregándose a su vida cotidiana y a su hipoteca (la nuestra, afortunadamente, esta pagada hace más de una década)

          Por tanto, menos llorar y alegar excusas y más, ponerse en marcha con optimismo. Sí, que es verdad y no lo niego, que la primera vez, que uno se mete en una aventura de estas características, cuesta decidirse y surgen en cascada las dudas y los miedos. Pero, nadie dijo, que las cosas fueran fáciles y no costarán esfuerzo.

          No nos extraño, sin embargo, que la gente de bien, no nos preguntará por las cosas un poco más complicadas de los viajes largos -tambien de los cortos-, tipo: ¿Cómo hacéis los visados y dónde?, ¿Cuánto equipaje lleváis y como?, ¡Que hacéis las horas muertas, esperando en aeropuertos, estaciones de trenes o autobuses o a la espera de poder tomar un alojamiento?, ¿Cómo gestionáis el asunto de las vacunas, los seguros médicos y demás asuntos relacionados con la salud?... Entiendo, que si no habían resuelto sus inquietudes más básicas, no nos interrogaran por estos aspectos.

          Al fin y a la postre, lo que yo más agradezco de estos ya más de treinta dilatados años viajeros es, haberlos podido compartir con mi pareja, desde el principio, sin ni siquiera haberle tenido, que explicarle nada de esto.

viernes, 8 de marzo de 2019

Aeropuerto 2.018: la secuela (parte II)

                                          Todas las fotos son de aeropuertos del octavo viaje largo

          Vuelo 5°.- Sydney-Christchurch. El personal de tierra de Jetstar se muestra muy estricto y, a veces, algo agresivo. Control exhaustivo de peso de equipajes y demostración de tener un billete de vuelta, como ya nos hicieron en 2.006, en un Singapur-Filipinas. Menos mal, que en ambas ocasiones, todo está en regla, porque está gente parece muy inflexible.

          Llegamos a Nueva Zelanda y entramos sin inconvenientes. Parece, que también pasamos la aduana de la misma forma, hasta que un perro policía nos mira y se acerca a olisquearnos, a nosotros y a nuestro equipaje. El animal, que es un cachorro, se emociona demasiado y empieza a trepar por nuestros cuerpos, repetidamente. ¡Y nosotros, con una sonrisa de oreja!

          A todo esto, habíamos pasado en el equipaje de mano un champú de 350 mililitros. Será, ¿que en Australia dejan introducir líquidos en los aeropuertos? La respuesta en el vuelo número 7.

           Vuelo 6°.- Christchurch-Sydney: otra vez, a pesar el equipaje y a que, Jetstar, nos pida la ETA, que ni siquiera debes mostrar a las autoridades de inmigración australianas.

          Vuelo 7°.- Sydney-Singapur. Con el personal de Scoot, muy bien, antes de que llegara la tarde del gran cabreo. El personal  de inmigración -en nuestro caso, un negro y un chino-, nos dieron bastante la lata ( y ahora, lo entenderéis).

          Nos intervienen los dos bultos de mano. A mí pareja, el negro y a mi, el chino y todo esto con las bandejas de lo que sacas de los bolsillos, casi incontroladas, dado el estado de nervios. No llevamos líquidos, ni explosivos, ni armas... El problema son unas latas de sardina de unos sesenta gramos cada una y una más grande de unos cuatrocientos, de rica ternera con bacon y vegetales (que se vende en los Aldi australianos).

          El negro empieza riéndose, aunque acaba mosqueado, después de nuestras recriminaciones y nos deja pasar las cuatro latas de sardinas, tras un largo rato. El chino, por el contrario, es un martillo pilón, que no tuerce ni el gesto, ante nuestras quejas. Este tío, superaría sin inmutarse cualquier tortura, en cualquier cárcel del mundo (las de Afganistán incluidas). Resultado: la lata grande y dos de sardinas, confiscadas.

           Vuelo 8°.- Kuala Lumpur-Denpasar (Bali). Sorprendentemente, nada de nada. ¡Con lo que nos costó entrar en Indonesia hace diez años!

           Vuelo 9°.- Denpasar-Kuala Lumpur. Por primera vez en nuestras vidas, una moderna máquina maligna, nos detecta las tarjetas de crédito y el dinero, que llevamos en el bolsillo interior. Hasta ahora, nunca lo habían conseguido. La razón, un humillante dispositivo cilíndrico, donde tienes, que levantar los brazos y se te ve, absolutamente, todo. Y luego, llega el correspondiente toqueteo, que para nada es discreto. ¡No sé cortan un pelo y creo, que hasta disfrutan, sobando y humillando!

           Vuelo 10°.- Kuala Lumpur-Phuket. Lo dicho. Este aeropuerto malasio es el más apacible del mundo.

           Vuelo 11°.- Krabi-Dong Muang. La calma antecede a la tempestad, que nos esperaba está misma noche.

           Vuelo 12°.- Dong Muang-Taipei. Todos los ingredientes juntos, para haberse producido la primera denegación de embarque de nuestras vidas: madrugada -sin supervisores, que dar consejos a sus empleados-, chicas inexpertas en el mostrador de facturación, guardia jurado gilipollas, al lado ...¡Otra vez, las mismas explicaciones. Al final y tras una dura pugna de tiras y afloja, por primera vez en nuestros treinta años viajeros tenemos, que mostrarles las tarjetas de crédito y sacarnos el efectivo del calcetín, para que nos emitan las malditas tarjetas. Y, para que nos pregunten: ¿lleváis en el equipaje armas o explosivos?¡Para morirse de miedo, de risa o de asco!

       
           Vuelo 13°.- Taipei-Shanghai. Al funcionario de turno, que registra uno de los dos equipajes de mano, le molestan un oxidado abrebotellas -arma letal, contra los pilotos, personal de cabina o resto de pasajeros- y las propias llaves de nuestra casa. Y nos revuelve todo, como de costumbre, mientras las bandejas con nuestras cámaras, móviles, carteras...,avanzan por la cinta, perdiendolas de vista. ¡Alucinante!

           Vuelo 14°.- Shanghai-Madrid. A parte de que Iberia nos mato a hambre, nada más que reseñar y la verdad es, que lo agradecimos.

Inquietante, Singapur!!


Bienvenidos, a las Highlands!!


La carretera escénica y el demoledor tunel


Christchurch, la capital de la isla sur