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miércoles, 31 de mayo de 2023

La logística del viaje al norte de Marruecos

           Saco de este epígrafe el asunto de la comida, que tendrá su artículo propio.

          Los vuelos a Tánger, los llevamos a cabo, con Ryanair. Por los cuatro trayectos, pagamos un total de 56 euros y nos permitieron disfrutar del tiempo a tope, dado que salimos la madrugada del primer día y volvimos, en la noche del último. 

          Un detalle importante es, que Ryanair, en Marruecos, no permite hacer el checkin on line con la aplicación de la compañía. Hay, que llevarlo a cabo a través de la web y resulta además, un proceso incompleto, porque aunque te asignan ya el asiento - incluido el aleatorio-, debes acudir al mostrador y obtener de forma gratuita -menos mal, porque teníamos dudas- una tarjeta de embarque física.

          Para ir o volver al aeropuerto de Tánger sigue sin haber transporte público. Los precios de los taxis son fijos y están expuestos de forma clara en la propia terminal: 100 dirhams por el día y 150 por la noche.

          Como era de esperar, el cambio en el aeropuerto de Tánger es bastante malo: cambiamos solo 20 euros, a 10 dirhams, mientras en las medinas de Chaouen y Tetuán te llega a dar hasta10,73.

          Los autobuses entre los tres destinos visitados son bastante frecuentes. Entre Tánger y Chaouen son de tres a tres horas y media. Entre este punto y Tetuán, entre una y media y dos y entre el antiguo protectorado español y Tánger, de 1 a 1:30. La nueva estación de buses, de Tánger, estå a unos ocho kilómetros de la ciudad, mucho más alejada, que la vieja. Las de Chaouen y Tetuán no están cerca tampoco, pero se puede ir andando sin problemas.

          Los tres lugares se pueden recorrer caminando, sin necesidad de más transporte 

           Muy afortunadamente y a diferencia de Europa, aún se puede transitar y sobrevivir en  Marruecos, sin la "ayuda" de Booking. Y es una suerte, porque los hoteles, que encuentras sobre la marcha cuestan la mitad, que los más baratos de la plataforma. No son para tirar cohetes, habiendo tenido tiempos mejores. El inconveniente más palpable suele ser, que la mayor parte del día - o todo, el agua de la ducha este fría. Hemos pagado 120-150 dirhams por cada habitación doble y cada noche. Según constatamos, un porcentaje bastante elevado de los alojamientos económicos del país disponen de wifi aceptable.

          El mejor sitio para comprar cerveza, vino y bebidas alcohólicas en Tánger es el Carrefour de Zoco Alto donde venden de todo, lo que te puedas imaginar, en su "Cueva del Alcohol"  . De halla a unos seis kilómetros de la plaza del Zoco Grande. El camino es casi todo recto y nosotros lo hicimos andando y preguntando. Birras desde 1,50 euros, litro y medio de buen vino marroquí por unos 4,5 y espirituosa desde 9. Por el contrario, el duty free de llegadas del aeropuerto es cutre y muy caro,

          Como llevábamos provisiones desde España, en Chaouen y en Tetuán no nos informamos sobre este asunto, pero me temo, que en el primero de los lugares, resulta bastante complicado conseguir alcohol (al menos, de manera legal).

Todo sigue igual

           Más de una década después de nuestra última visita a Marruecos, prácticamente, nada ha cambiado allí. Supongo, que los viajeros, que se acerquen o adentren en el Sáhara Occidental, si  notarán diferencias. Nosotros anduvimos por esa zona en 2012 y los controles a los españoles eran bastante férreos y exigentes. Intuyo, que ahora y después de la normalización de las relaciones entre ambos gobiernos, las cosas para nuestros compatriotas serán más sencillas. Pero, en el norte de Marruecos, que es a lo que vamos, todo sigue casi igual.

          Quizás, uno de los pocos matices a tener en cuenta sea, que Chaouen se ha convertido en un lugar más amable y seguro, que lo fuera en otros tiempos.  El cambio parece bastante consolidado, después de que en la ciudad azul sus habitantes se hayan dado cuenta, que sale más rentable atraer a un turismo de ciertos posibles, que al sórdido mundillo de las drogas. Aún, hay quien las ofrece por la calle, pero en bajito, a solas y con mucha menos insistencia, que en el pasado.

          Chaouen -o Chefchaouen- es hoy en día un pequeño Disney world -para lo bueno y para lo malo -, del que disfrutan apaciblemente los turistas, fundamentalmente, españoles y franceses, mayoritariamente, mayores, pero no exclusivamente. Todas las tiendas disponen de productos enfocados al supuesto interés del viajero, a diferencia de la preciosa medina de Tetuán, donde se comercializan cosas para el disfrute de los lugareños.

          Creemos, que el fenómeno de los falsos guías ,-tan solo nos asedió uno, a lo largo de nuestra estancia -, tan frecuente hace quince o veinte años, también se  ha desinchado, beneficiando sobre todo a los niños, que eran, fundamentalmente, los que ejercían estás actividades, llevándote a terrazas de tiendas y otros lugares requeridos, a cambio de unos pocos dirhams, de bolígrafos o de golosinas. Aunque debo matizar, que la mayoría de ellos estaban en las medinas de Fez y de Marrakech, ciudades, que en esta ocasión, no hemos visitado.

          Por supuesto, que sigue habiendo pesados en el norte de Marruecos, abarcando todas las edades ,(un señor mayor nos acusó de llamar animales a los marroquíes, por declinar amablemente, unas indicaciones, que nos dió). Pero son menos, que hace una década y están localizados, principalmente, en Tánger, lugar, donde siempre hay mucha gente de fuera, buscándose, la vida. Resultaban agresivos y suelen pedir dinero, pero basta con frenarlos con contundencia.

          Cuando fuimos por primera vez a esta ciudad, en 2005, la Kasbah era un lugar algo peligroso. Pero, desde que en 2011, abrieron el paseo marítimo, ya no.

          Por el contrario, en Chaouen, abunda la gente "demasiado simpática". Su amabilidad es, evidentemente, interesada, aunque no ofensiva y es llevada a cabo por la mayoría de los tenderos. El problema básico, que genera es, que después de cuatro horas de paseo acabas muy cansado de agradecer las constantes bienvenidas, de saludar a todo lo que se mueve y de reír las gracias (la mayor parte de las veces, poco graciosas).

          En este sentido, Tetuán es una delicia, porque como no viven del turismo, nadie te dice nada.

          Un dato a si tener en cuenta: en Marruecos se fuma mucho menos, que antes y que en España.

          Tan poco ha cambiado Marruecos, que aún te siguen entrando con las mismas muletillas de siempre: "hola, Radiola"; "hola, Pepsicola"; " más barato, que en Andorra o que en Carrefour"... ¡Podían renovarse un poquito!.

martes, 30 de mayo de 2023

De por mayo era por mayo...

           A mediados de junio partiremos para un viaje de unas dos semanas y media, a Azerbaiyán, aunque aún sin billetes de avión, no son descartables otros destinos, como Arabia Saudita y Omán, donde ya estuvimos, fugazmente, en 2011.

          Pero lo que tocaba, en este mes de mayo y además de los habituales viajes recurrentes a la comunidad de Madrid, era volver a Marruecos, después de que la última y séptima visita al país alauita datara ya de once años atrás. ¡Mucho tiempo!.

          Se ha tratado de una escapada de tan sólo cinco días, al norte del país. Parecida en duración, a la que en mayo del año pasado llevamos a cabo en fechas similares, a La Palma. Pero, entonces, las circunstancias eran bien diferentes. Durante esa estancia en la isla canaria, el Real Madrid obtuvo su decimocuarta Champions y el Valladolid consiguió el acceso directo, a primera división. En esta ocasión contemplamos, como el equipo capitalino cayó goleado de mala manera en las semis y el Pucela, compraba la mayor parte de boletos para bajar a segunda.

          Disquisiciones y desgracias futboleras al margen, decir, que se ha tratado de un viaje modesto, de escasas pretensiones, en el que no hemos visitado destinos nuevos, porque aunque el cabo Espartel y las cuevas de Hércules estaban entre nuestros objetivos, al final y por motivos logísticos, que ya explicaremos en otro momento,no fuimos a esos lugares. Queríamos conocer de primera mano, si se habían producido cambios en el país, después de no haber estado por allí en más de una década.

          Con algo más de un mes de antelación, compramos billetes de ida y vuelta, desde Madrid a Tánger, con Ryanair, a un precio bastante bueno para los tiempos que corren. Además de esta ciudad, hemos recalado en la turística Chaouen -españoles y franceses de todas las edades para aburrir, aunque, especialmente, mayores- y en la tranquila Tetuán, que es una de nuestras ciudades marroquíes favoritas. En ambos sitios, ya habíamos estado, durante 2010.

          El periplo, llevado a cabo en transporte público, se ha ajustado a los planes previos y no ha tenido más contratiempos, que la inesperada, indeseada y casi constante lluvia, que ha mantenido nuestros pies mojados, durante casi todo el tiempo.

jueves, 25 de mayo de 2023

Por el camino, yo me entretengo

           Es tan importante el destino, como el propio viaje y al decir esto, no descubro nada. El domingo, 14 de mayo, cumplimos nuestro viaje número 50, desde el pasado septiembre, en la línea Valladolid -Madrid-Valladolid. Casi 150 horas de tren, en las que hemos vivido multitud de anécdotas, sobre todo con gente joven, que es la que más utiliza los servicios ferroviarios recurrentes y gratuitos. En este artículo, me voy a referir a varios hechos, ocurridos a bordo, durante ese fin de semana y que demuestran, que no toda la juventud es igual. Aunque en lo que si coinciden es, en la maldita expresión, "en plan", que ha sustituido al "o sea" de toda la vida.

          Sábado, 13 de mayo. Tren de las 14:26 horas. Nos dirigimos hacia la capital con el objetivo de asistir a dos conciertos en la pradera de San Isidro y pasar la noche de fiesta. En nuestro vagón y casi al lado, viajan tres chicas y dos chicos bastante jóvenes. Hablan tanto y tan alto, que no resulta difícil conocer sus planes más inmediatos.

          Son gente altamente superficial. Ni una sola conversación profunda, ni siquiera personal. Fuman, como corachas tabaco de liar, en casi todas las paradas. Se dirigen a un lugar llamado Fabric y para llegar allí, deben tomar un metro y una lanzadera. Hablan de música maquinera y electrónica y de ponerse de alcohol de supermercado hasta las trancas. No saben hacer nada sin el móvil y sus aplicaciones, ni son capaces de tomar decisiones sin consultar, a Google. Después de la fiesta, regresarán en el tren de las 9:07 de mañana 

          No nos costó mucho descubrir, que Fabric es una macro discoteca -dicen, que entre las cien mejores del mundo-, con siete barras y capacidad para unas cuatro mil personas, que se encuentra en un polígono industrial, en las afueras de la localidad madrileña, de Humanes.

          Domingo, 14 de mayo. Tren de las 16:28 horas. Regresamos a casa. Antes de abandonar la provincia de Madrid aparece un revisor, que va a llevar a cabo la primera inspección, de la que tenemos constancia, desde que usamos los abonos gratuitos. Para ello, nos pide a todos los pasajeros, que tengamos a mano el billete y un documento de identificación.

          Un joven, al lado nuestro, asegura no estar identificado, pero el interventor tiene demasiadas tablas para rendirse tan pronto. Entonces, empiezan las excusas, cada vez más endebles, hasta derrumbarse.  Y es, que el pasajero, que va a Ávila, está viajando con el abono de su hermano. Llega a agobiarse tanto, que incluso, mete de por medio a su abuela, la cual está muy enferma y para demostrarlo, le muestra un chat de WhatsApp.

          El empleado de RENFE está molesto con la mentira inicial, pero permanece templado. Le contesta: "Por esta vez, te lo voy a pasar. Pero, lo que yo debería hacer es bajarte en la próxima estación y denunciarte allí ante la guardia civil. Después, se te pondría una multa, se te retiraría el abono y perderías la fianza. Ten en cuenta, que al viajar sin un título de transporte válido, no estás cubierto por el seguro de viajeros y me estás haciendo a mi responsable, de lo que te pueda pasar".

          El chico, compungido, se baja en su destino y allí embarcan dos jovencitas estudiantes de enfermería, que se pasan la casi hora y media, que hay hasta Valladolid, hablando de sus estudios y de sus proyectos profesionales y de cursos complementarios, a llevar a cabo en el futuro. Ni una sola mirada al teléfono móvil, ni una sola palabra sobre aplicaciones, internet, Google, redes asociales...

          Lo dicho: viajar no sólo es el destino.

miércoles, 24 de mayo de 2023

La pradera de San Isidro y los conciertos

           Para quien no quiera leer más, empecemos por el final: ¿Es la pradera de San Isidro un lugar adecuado para los conciertos? La respuesta, definitiva y contundente es, NO. O al menos, no en el lugar donde ha estado ubicado este año.

          Nosotros estamos muy acostumbrados a disfrutar de espectáculos musicales en la plaza Mayor de Valladolid y de Salamanca. Para nosotros son lugares tan normales y no entendíamos muy bien, por qué muchos artistas alucinan por tocar en marcos tan incomparables. Después de ver el lugar, donde se celebran estos conciertos en la capital, ahora lo comprendemos todo.

          Pero es, que además, esas plazas castellanas son mucho más seguras para las acumulaciones de gente y para regular el flujo de tránsito, antes, durante y después del evento, dado que en el caso de Pucela, son siete u ocho calles por donde llegar o escapar, mientras para el escenario de Madrid, hay una única avenida de acceso y no es muy ancha, si es que no se quiere ir por el agreste campo a través, lo cual resulta más peligroso aún, de noche.

          Por otra parte he visto mejores escenarios y juegos de iluminación en poblaciones mucho más pequeñas. No se entiende de ninguna de las maneras, como si ocurre en la mayoría de sitios, que el ayuntamiento no colocara pantallas gigantes laterales, a cada lado de la escena, con el fin de poderse ver el show desde más lejos. Así, la gente trataba de llegar a la parte delantera, como fuera, lo que generó bastante situaciones de conflicto.

          El terreno no es liso y tiende a ahondarse algo por el centro. Por lo cual, puedes estar de frente y cerca y no ver nada, como nos pasó al principio de la actuación de Carolina Durante. Desplazarte a otro punto lateral supone -en la mayoría de los casos -, subir escaleras o bordillos, que de noche, no siempre se ve bien y menos, entre tanta gente.

          Al final del espectáculo, invertimos más de veinte minutos en salir de la zona colapsada, con muy escasa iluminación y sin saber, que sería lo siguiente, que tendríamos bajo nuestros pies, a cada paso, porque la cantidad de basura de cierta envergadura era masiva. Andar en esta situación resultó todo un proceso mecánico de aceleración y desaceleración. Te empujan desde atrás, te frenan desde adelante y así, una y otra vez.

          Tuvimos, que cambiar de ubicación un par de veces, por visibilidad y por los gamberros de turno, que siempre nos tocan a nosotros al lado y que suelen ir mamados. Gentes, que van a los conciertos a generar bronca y a darse culazos en corro o a llevar a cabo movimientos abiertos e imprevisibles, para desplazar o tirar, a quienes tienen alrededor.

          Dos aspectos muy positivos: un sonido perfecto y puntualidad suiza. Los dos conciertos empezaron en punto, a la hora señalada. Nos llamó la atención, que en ninguno de ellos, se reclamarán bises por parte de los asistentes.

lunes, 22 de mayo de 2023