sábado, 27 de enero de 2024
viernes, 26 de enero de 2024
Abu Dhabi
Durante nuestra estancia en Inezgane, ya habíamos decidido, cambiar nuestros planes. Los vuelos entre Abu Dhabi y Mascate ya se habían disparado, al igual que los de esta ciudad y los diferentes destinos en India. Por otra parte y en la dirección contraria, habían caído drásticamente las tarifas entre Abu Dhabi y Delhi o Bombay. No fue difícil decidir dejar Omán para el final del viaje, a la vuelta, cerca de Semana Santa, y marcharnos directamente, a New Delhi, para desde allí, tomar un tren hacia New Jalpaiguri, a escasos kilómetros de Darjeling, donde conseguir los permisos para Sikim.
El cambio de rumbo, lo materializamos en nuestra escala en el aeropuerto de Viena, al reservar con Etihad y por 80 euros un vuelo con destino ala capital de India. Eso nos dejaba de margen, dos días para movernos por los diferentes puntos de Abu Dhabi, cuya principal visita y como no puede ser de otra manera, es la alejada Gran Mezquita. Ya estuvimos en esta ciudad en 2011, pero al venir solo unas pocas horas, rumbo a Ala In y Omán, nos equivocamos de autobus y nos quedamos sin margen de tiempo para visitarla
En la próxima entrada, os hablaremos de la logística de esta pequeña excursión, si se hace de forma individual pero de momento, nos vamos a centrar en los aspectos prácticos de esta ciudad tan dispersa.
La mejor noticia es el transporte urbano, es muy barato, eficaz, frecuente, cómodo y nuevo. Para una estancia corta como la que hace la mayoría de la gente en las escalas no se necesita ni es recomendable, comprar la tarjeta permanente de transporte público, que cuesta 10 dirham al contrario de lo que se explica en muchos blogs que solo escriben de oídas.
Lo más complicado y ya lo sabíamos de antemano, porque llevábamos dos semanas buscando, es el capítulo del alojamiento. Los hoteles convencionales, a diferencia de Dubai o Sarjah, son realmente caros. La mayor parte de la oferta de precio medio -económicos no hay-, está formada por los apartamentos turísticos, que en la mayoría de los casos son muy difíciles de loca, yienen propietarios despreocupados por tu situación y se suelen pagar por adelantado sin posibilidad de recuperar el dinero. Ante l situación de no poder hacer una reserva fiable, no nos ha quedado otra, que dormir dos noches en el aeropuerto. Evidentemente, la segunda la pasas mejor que la primera, porque vas descubriendo cosas y aclimatándote al sitio. Buen wifi y posibilidad de tumbarse en varios lugares. Desde luego, el ahorro compensa sobremanera, el precio a pagar por subir y bajar en el eficiente autobús.
La mejor forma de alimentarse en Abu Dabhi - como nos pasó en el resto de Emiratos, en 2011-, es la gran oferta de comida preparada de los supermercados, mucho más barata, que la de los restaurantes de comida rápida o India, que predominan en la ciudad. Los super más baratos son los Lu Lu -más que los Coop-, y se encuentran en los numerosos centros comerciales, que tienen casi las dimensiones de ciudades enteras.
La mezquita es única, la Corniche muy discreta -siendo la menos agraciada de todas las ciudades del golfo Pérsico-. Y sin casi más atractivos, entre moles de edificios similares, cuesta cogerle el pulso a la ciudad. Y se lo fuimos a tomar, poco antes de irnos, al descubrir la gran tienda y de las bebidas alcohólicas, que lejos de cobrar altos impuestos, venden a unos precios y muy razonables. Nosotros hemos adquirido una botella de ron cubano a 2,50 euros y medio litro de cerveza strong a poco más de un euro, lo que es imposible, en cualquier otro país musulmán. Está ubicada cerca de la estación de autobuses, junto al Queen Palace. Y tiene una apariencia muy discreta, porque no dispone de cristaleras en la puerta y está se abre y se cierra, con el acceso y la salida de los clientes, por lo que sino hay muchos flujos, es casi imposible percibirla. Abre de 9 de la mañana a diez de la tarde y en su rotulación pone "Drinks and Delhigts. Es un buen motivo para en el futuro seguir, haciendo escala en Abu Dabhi.
jueves, 25 de enero de 2024
Del verano al invierno y del invierno al verano
Vamos del verano al invierno y del invierno al verano, como quien sale al supermercado o al banco. Y esto, nos está generando un insólito estrés estacional. Especialmente, en cuanto a la ropa, que debemos ponernos todos los días, o de la que podemos irnos deshaciendo. ¡De locos!. Día 26 de diciembre, en Kuala Lumpur, 33 grados. Día 3 de enero, en Valladolid, menos cinco. Antesdesyer en Agadir, 25. Ayer en Viena, menos 3 y hoy en Abu Dhabi, 28. Hay dos formas de acceder desde el centro de Agadir o Inezgane, hasta el aeropuerto de la zona. El Aerobús cuesta 50 dirham mientras que el número 37 sale por 4,50. Este último, no entra hasta las terminales, dejándome en la carretera, pero tienes la ventaja, de que en las inmediaciones hay un pueblito con casi to los servicios de alimentación y bebida.
El vuelo de Agadir, hasta Viena, operado desde un aeropuerto muy funcional y donde no te tocan demasiado las narices, transcurrió sin novedad. Al menos para mí, que me pasé más de 3 de las 4 horas de duración, durmiendo.
Ya comentamos en su día, que el aeródromo de esta ciudad centroeuropea, resulta muy adecuado para hacer una escala larga a cualquier parte del mundo. De hecho, también fue el inicio de nuestro noveno y anterior viaje largo, que comenzó hace más de tres meses y que nos llevó hasta los primeros días de este año.
Si conoces la bella ciudad y solo necesitas intendencia, cuentas con un amplio supermercado (de 6 a 22 horas), donde los precios son idénticos a los de la calle. Por ejemplo, medio litro de cerveza, a 59 céntimos; un bollo grande de pan, a 22 o 250 gramos de patatas fritas a 1,28 €. Además dispone de buen wifi, puedes cargar el móvil en los asientos y dormir en el suelo, sin que nadie te moleste. Pero, no iba a ser todo perfecto, porque en los controles de seguridad, te molestan bastante. Hace unos meses, fue la cámara de fotos y las pilas y en esta ocasión, sometieron a mi pareja al control de explosivos, así como a su mochila e incluso al pasaporte.
Wizzair es una compañía casi perfecta, sobre todo, si pretendes viajar al Golfo Pérsico o a Oriente Medio. Nosotros habíamos pagado 43 euros, por un vuelo desde la capital austríaca, hasta Abu Dhabi. Salimos puntuales y tardamos cinco horas, de las que me dormí cuatro, a pesar de las intensas y frecuentes turbulencias.
La entrada en Emiratos fue algo complicada. Menos mal, que no teníamos prisa, porque a mí me tuvieron que tomar las huellas y la foto, de dos formas distintas y al final, tuvieron que hacerlo manualmente. Eso llevo un rato largo.
lunes, 22 de enero de 2024
Agadir
domingo, 21 de enero de 2024
Essaouira
El segundo problema -también previsto- porque habíamos enredado en Booking, era el precio del alojamiento, bastante más caro que en otras zonas de Marruecos. Nos costó casi una hora y muchas vueltas, dar con uno, que estuviera bien y que se adaptará a nuestro precio (14 euros).
La medina de Essaouira no es exactamente como recordábamos de nuestra visita anterior, hace 18 años. Entonces era un lugar sucio y decadente, con necesidad de grandes reformas. Parece que en este tiempo las han hecho y además hoy en día, no hay un solo papel o plástico en el suelo.
Estamos a mediados de enero, pero incluso en esta época, hay bastante turismo en la ciudad, fundamentalmente, francés y español, que mantiene las tiendas del zoco y los numerosos y caros restaurantes o tenderetes de comida. Lo que menos nos gusta en materia culinaria en Marruecos -también ocurre en el norte -, es que se han puesto de moda los panini, el falafel, los shawarma, los tacos...cuando la rica cocina tradicional marroquí no necesitaba de nada de esto.
La mayoría de negocios se encuentran en tres amplias calles dentro de la medina que están a rebosar con negocios de todo tipo, entre ellos los del aceite de argán que son gestionados por cooperativas de mujeres y los que venden toda clase de remedios entre los que se encuentra la "viagra femenina". El resto de calles -algunas son muy arqueadas y coloridas-, y como ocurre siempre, están vacías. Su muralla no es muy espectacular, aunque sí sus puertas exteriores e interiores.
Tiene una amplísima plaza. En uno de sus extremos, se encuentran unos cuantos restaurantes seguidos con terraza donde degustar una variedad casi infinita de pescados y mariscos, a precios de vértigo (no se os ocurra meteros en ostras o bogavantes). En otro, han instalado una pantalla gigante, donde hoy, centenares de lugareños -mujeres incluidas y muchas muy jóvenes -, disfrutaban con pasión del partido de la copa de África, entre Marruecos y Congo. En este país vimos la final del mundial, que ganamos y entre los numerosos espectadores no había ni una sola fémina, así que algo es algo.
En el exterior de la medina, el protagonista es el mar, con el largo paseo marítimo y la playa, las vistas desde la muralla y la Scala del puerto, donde se encuentra el bastión y las famosas barcas de colores.
Existe otra Essaouira distinta, profunda y llena de basura y escombros: es la del extrarradio. Entre ella, está el camino de la estación de autobuses, desde donde mañana, partiremos para Agadir.