Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

viernes, 19 de agosto de 2022

De camping (II)

          Sí un extraterrestre llegará a la tierra y lo primero, que viera, fuera un camping, alucinaria. Aunque, al fin y al cabo, una acampada colectiva no es otra cosa, que un hotel o una vivienda, con menos privacidad, lo que alienta los chismes y cotorreos. 

          Es más: el camping es en realidad, la forma más democrática y heterogénea de disfrutar unas vacaciones. En él, conviven sin aparente fragmentación, yendo a los mismos baños, supermercado o piscina, personas, que se han gastado 60000 euros o más en una autocaravana o parejas de novios veinteañeros, a los que apenas les llega para una lata de sardinas por comida y un litro de tinto de verano. 

           En otra ocasión, os hablé del privilegiado camping de Santander a 18 euros y al lado de la playa de Mataleñas. Hoy toca, el Monte Royal de Aguilar de Campoo. En coche, todo es fácil. Andando y desde la población palentina, son unos cuatro kilómetros por una carretera serpenteante de arcén aceptable, pero con mucho sube y baja. Hay alternativa de caminos peatonales para buena parte del recorrido, pero eso lo descubrimos, después. 

          Esperábamos un pinar puro y duro, infame para los endebles ganchos de nuestra precaria tienda. Pero hallamos algunas islas de césped, afortunadamente. El gestor, muy amable y con tablas en el negocio, que se resumen, en que todo fluya, sin conflictos a poder ser: instalaciones básicas, pero precio ridículo para estar en pleno puente de agosto.

          En general, todo transcurre laxo, con las ventajas e inconvenientes, que ello conlleva.

jueves, 18 de agosto de 2022

De camping (I)

          Dicen, que estamos ante el último verano - entenderlo con ironía -, en el que después de los reveses colectivos sufridos, todo el mundo pretende darse un homenaje "final". La realidad y según los datos es algo distinta. Según los informes, los españoles viajan menos días, que antes y sobre todo, a destinos nacionales, ejecutando más cenas en el hotel o apartamento.

          Pero, nosotros y como siempre, hemos asumido el desafío de la inflación y de la sinvergonzoneria de los hosteleros y hemos viajado, más tiempo, por bastante menos: las ofertas de ALSA, el próximo bono ferroviario gratis del gobierno y...el camping

          No se trata de ningún descubrimiento. Yo de pequeño, ya iba de acampada con mis padres. Y después, con mi novia, recorrimos durante varios años Europa en interrail y dormíamos en todos los campings. Entonces -salvo en Italia- compensaba llevar el bulto a la espalda ya que salía por la cuarta parte del precio de una pensión (generalmente, cutre).

          Rondando la cuarentena -2006- y en un periplo por Reino Unido, Irlanda y Escocia, descartamos "para siempre" la fórmula del camping y hasta tiramos la tienda a la basura. Desde entonces y hasta este año, solo habíamos vuelto a acampar, durante tres noches, con una tienda muy básica. 

          ¡Y llegó este año de locura, como si fuera el último de nuestras vidas,ven el que la hostelería, además de haber abusado de los precios, y de las malas condiciones laborales de sus trabajadores, se quejan amargamente. 

          Pero nosotros, a lo nuestro. Un ejemplo: día 15 de agosto, en Aguilar de Campoo; dos personas y tienda pequeña en el camping, 12,76 euros. El hotel más barato, 179..

          A pesar de fliltear con la mitad de nuestra quinta década de vida, aún estamos sanos para dormir en el suelo, aportar temperaturas de 10 grados con un solo saco para los dos y estar al día siguiente, enteros, a pesar del ruido, que es el mayor inconveniente de los campings.

          En el próximo post, os hablaré de nuestra experiencia en el camping Monte Royal, de Aguilar, pero lo que si os puedo decir, es que ir de camping poco ha variado, en los últimos cuarenta años.


miércoles, 17 de agosto de 2022

Puente de agosto en Aguilar de Campoo

           Puente de agosto en Aguilar de Campoo. De camping, claro, como gran parte del verano y ganando a la inflación y a los especuladores, de calle. Escapada superando las expectativas, en cuanto a visitas, entretenimiento y sobre todo, huida del calor.

          Día 1.- Aún trabajando con jornada reducida, nos da tiempo a llegar al camping, montar la tienda, volver y ver el grueso de los monumentos más céntricos de la ciudad.

          Día 2.- Es el turno del elevado castillo -en ruinas por dentro -, la iglesia de Santa Cecilia y el monasterio de Santa María la Real, al que se accede por una agradable vía peatonal. De ahí a las fuentes y parque situados al borde del dique del embalse. Tras escalarlo, lo cruzamos por encima y caminando disfrutamos de algunas de sus playas. Regresamos por la otra margen del Pisuerga, disfrutando de un bello paseo fluvial y un gran vendaval. La tarde, entre tormenta y tormenta -unas cinco- fue para el bien acondicionado paseo del Loco, con bellas vistas del río y de la colegiata de San Miguel. En el monasterio de Santa Clara, las monjas venden dulces muy caros.

          Día 3.- Aprovechamos para, desde el camping recorrer dos rutas opuestas del embalse. Una más agreste y la otra, por la playa, ambas largas y agradables. Pero, también, hicimos y por la margen del Pisuerga, la ruta hasta Villaescusa de las Torres, de unos cinco kilómetros; bellas vistas del río, terreno de firme diverso  y un final fallido, dado que el puente para llegar, está en construcción. Son solo 17 habitantes, que viven una vida tranquila y de cañas ( no de las de beber, sino de las de pescar enormes truchas, como ya pudimos comprobar)

          Día 4.- Madrugando poco - como los otros días -, recogiendo todo, paseando por lugares ya visitados, degustando dulces y quesos de una feria local y peleandonos por correo electrónico con ALSA ( explicación de detalles en un próximo post).

viernes, 12 de agosto de 2022

jueves, 11 de agosto de 2022

Montenegro, Albania y Corfu

           Llega el puente de agosto y nos vamos a la zona de Aguilar de Campoo, intentando huir del calor. El siguiente finde, tercer y último viaje del verano, a Cantabria y el día 31 de agosto, rumbo a Madrid, buscando un periplo de 12 días por Montenegro Albania y Corfu, en el que tendremos que hilar fino y correr.

          En los dos primeros destinos, ya estuvimos en 2007, aunque de manera trepidante y fugaz. El plan es - ya contratado- volar a Barcelona, con Vueling y a Pogdorica, con Ryanair. La vuelta está abierta, aunque habrá susto de precios, casi seguro.

          El itinerario estimado es:

          Día 1 . Valladolid - Madrid - Barcelona

          Día 2 . Barcelona - Pogdorica

          Día 3 . Cetinje y Kotor

          Día 4 . Budva, Bar y dormir en Ulcing

          Día 5 . Kluge y Tirana

          Día 6 . Berat

          Día 7 . Gyrocaster y Sarande

          Día 8 ,9 y 10 . Corfu

          Día 11 y 12 . Regreso, por decidir.

          Veintiséis días nos esperarán en octubre para un viaje, aún no trazado, a Asia o a América.

miércoles, 10 de agosto de 2022

La cartera del mirador del Río de la Pila

          El funicular del Río de la Pila no es turístico, sino un servicio público para los vecinos de la parte alta de Santander. Por tanto, es gratis. Las visitas desde lo alto no son nada espectaculares porque se ve la bahía muy lejana. ¡Ni rastro del Río de la Pila!.
    
          Pero en los días calurosos de verano el fresco y potente aire alivia por lo que nos sentamos en su plaza principal, después de ser ligeramente intimidados por unos lugareños cerveceros y fumetas sin tabaco. A unos 15 metros y al lado de un banco -yo estoy de espaldas- mi pareja divisa una cartera extraviada. No estamos seguros, si ellos también la han visto, aunque parece probable. Pasan los minutos de observación discreta, cuando aparece otra persona, que sin ninguna cautela, se la lleva y trata de huir . Pero, uno de los cerveceros le persigue y le da el alto, diciendo que es de alguien que el conoce de todos los días, del parque. 
Amenaza con llamar a la policía, pero antes, mira lo que tiene. Solo hay 15 euros, entonces se pone más digno y la llama. Por supuesto, la madera no aparecerá hasta más de media hora después y de forma timorata. ¿Que pasó en este tiempo?

          Que el ladrón -extranjero, probablemente por el acento, de los Balcanes -, trató de negociar, quedarse con el dinero y dejar la documentación. Primero, de forma pacífica y después, agresiva, contra tres se fue y volvió, creyendo que lo de la policía era una trola. A todo esto, aparece el de la cartera, un viaje achacoso y cojo que no puede ni caminar, pero que ahora, casi corre.

          Aún en su presencia, el balcánico sigue queriéndose quedar con el dinero y pide al anciano, que demuestre con pruebas la propiedad del billetero y nosotros contemplando todo. Cuando llega la madera, todo estaba resuelto y lo único, que se le ocurrió al poli decir al viejo fue:" pues págueles unas cervezas por haberla recuperado".

          A los fumetas no les hacía falta, porque ya las estaban bebiendo, lo que normalmente es perseguido -aunque sea con amonestación - en zonas públicas. A nosotros nos vino bien, porque estábamos haciendo lo mismo.