domingo, 18 de mayo de 2025
sábado, 17 de mayo de 2025
viernes, 16 de mayo de 2025
Cosas, que ya no haremos nunca (Parte I)
A partir de este momento, comienza una serie de post discontinuos, que se extenderán a lo largo del tiempo, estemos viajando o no. No sabemos, cuantas partes tendrá, porque no queremos ir forzando y dependerá de nuestras experiencias y pensamientos del futuro. Puede ser solo una o decenas de ellas.
A lo largo de nuestra vida del pasado y del presente, hemos disfrutado y viajado muchísimo más, que lo que preveíamos de jóvenes. Sin haber llegado todavía a los sesenta, se han cumplido todos nuestros objetivos con creces y estamos muy agradecidos a la vida, que nos haya permitido llevar este trepidante ritmo.
Sin embargo, vivamos tan solo un día más o alarguemos nuestra existencia, durante los próximos cincuenta años, sabemos, que hay determinadas cosas, que no vamos a llevar a cabo nunca, por diversas razones.
Vayamos con las cuatro primeras
-" Nunca viajaremos a Rusia": no es, que el pais nos vuelva locos, pero no estaría mal, conocer Moscú o San Petersburgo. Aunque lo que realmente nos apetece es, hacer un recorrido desde la capital en el transmongoliano, para llegar hasta Ulan Bator y conocer Mongolia. Planeamos este periplo en 2010, para hacerlo al año siguiente y aun estamos en ello, habiendo dejado escapar 2018, durante el Mundial de fútbol, tiempo en que los trámites de entrada fueron algo más fáciles.
Como veis y aunque en general, somos muy echados para adelante, Rusia nos da bastante pereza. A pesar, de que desde 2023 ya es posible la visa online, los trámites siguen siendo muy farragosos, las condiciones de estancia muy leoninas, las autoridades muy exigentes y por encima de todo, no nos caen nada bien los antipáticos rusos, ni sus oscuras ambiciones territoriales en Ucrania. Además, el pais resulta bastante caro
-" Nunca iremos a Cuba": en este caso, por razones muy diferentes, porque el carácter cubano nos encanta. Tuvimos una reserva confirmada, en 1998, pero debimos anularla, recuperando el dinero, porque mi pareja encontró trabajo.
En enero pasado, en Esaoiura y en julio, en Albania, nos encontramos a dos parejas españolas distintas, que habían viajado al país recientemente y nos recomendaron no ir allí, debido al caos, la falta de suministros de casi todo, los altos precios y el constante buscarse la vida para cualquier cosa. No se prevé, que la situación mejore en el medio plazo.
-" Nunca viajaremos en globo o haremos ala delta": en mi juventud, montaba en las atracciones más excitantes de las ferias y ahora, casi me da vértigo verlas desde abajo.
A mí no me da miedo el globo, pero a mí pareja, si. En el parapente estamos los dos de acuerdo en la negativa. Y, ¿En helicóptero?. ¡Habría que verlo!.
-" Nunca iremos a un festival de música, sea de los más conocidos de España o del extranjero". Y la verdad nos encantaría.
Nos costo dejar atrás nuestra fiebre ochentera y noventera, para encandilarnos con el indie y grupos, como Lori Meyers, Miss Cafeína, Sidonie, Super submarina, Carolina Durante, La La Love You, Axelotes Mexicanos, Ginebras...
Pero no soportamos las normas abusivas -ya nos cuesta cumplir las más orientadas a la convivencia diaria -destinadas al enriquecimiento de los promotores y el expolio ajeno. No nos gustan ni las pulseritas, ni pagar por el agua 3€ o por un bocadillo o un mini de cerveza, 10. Así, ¡que no nos esperen, porque no daremos nuestro brazo a torcer!
martes, 13 de mayo de 2025
sábado, 10 de mayo de 2025
jueves, 8 de mayo de 2025
Unas intensas vidas y viajes llenos de acontecimientos históricos
En nuestras vidas y sobre todo en nuestros viajes, hemos asistido a numerosos acontecimientos históricos: dos golpes de estado en vivo y en directo en Mali y Tailandia -el primero cruento, el segundo algo más pacífico -; un arriesgado aterrizaje de emergencia en Abu Dhabi, debido a una rotura pequeña en una de las ventanillas del avión; una sangrante agresión a puñetazos en India, en 2011, camino de Surat; 45 horas encerrados en un tren en ese mismo país y en pleno invierno, con retraso de casi 15 horas, para llegar a New Japailguri; una huelga salvaje de controladores aéreos en España, un día antes de arrancar nuestro tercer viaje largo, rumbo a Sudáfrica -via Libia-; nueve Ramadanes de distinta intensidad en países musulmanes; un mundial de fútbol en el desierto de Marruecos -una Euro en Bangkok, otra en directo en Kiev y una tercera en Gyrocaster -; un vuelo frustrado a Canadá, el día, que comenzaba el confinamiento; el aguacero más bestia en Madrid -octubre de 2023- desde 1963; ser acosados por un revisor en un tren a Bucarest en 1994 y por un delincuente sin escrúpulos en el convoy de Nairobi, a Mombasa, en 2011; a punto de despeñarse nuestro autobús por un precipicio en Etiopía, tras caernos sobre el techo tres enormes rocas, siendo salvados por la enorme pericia del conductor; sacar el número uno en una oposición con 57 años... Y así, podríamos seguir, durante horas y horas
Tal vez sea por tantas emocionantes vivencias, que nos hayamos tomado con cierta tranquilidad y resignación el histórico gran apagón del pasado 28 de abril, aunque debemos reconocer, que ver Madrid de noche, sumida en el caos, sin iluminación, ni semáforos, nos causó bastante impresión.
Pasar una noche en la estación de Atocha con comida, bebida y mantas resultó hasta placentero, comparado con otras madrugadas por todo el mundo, donde hemos padecido frío, inseguridad, hambre o sed, entre otras cosas.
Queremos significar, que el comportamiento y el trato del personal de ADIF,UME, y Cruz Roja, fue en todo momento extraordinario. También, el de la seguridad privada. Antes de abandonar Atocha, un segurata nos contó, que llevaba trabajando casi 48 horas seguidas y nos lo creemos, porque ya olía algo mal.
En general y en casi todo momento, quedamos bastante sorprendidos por la reacción de la gente, que fue calmada, tanto en el autobús de Lisboa, a Madrid, como en las calles de la capital o en la estación de Atocha.
En el primero, sumidos en un atasco infernal, con otros medios de transporte de conexión perdidos, sin poder llamar por teléfono, sin wifi, sin datos, algunos sin comer en todo el día...y nadie alzó la voz entre los pasajeros o sacó los pies del tiesto.
En la antigua estación del Mediodía ocurrió lo mismo: pacientes colas para obtener una manta, cargar el teléfono móvil u obtener algo de comida (tan solo tres o cuatro personas intentaron acaparar)
Habrá para quién este gran apagón, haya sido una de las historias más intensas de su vida. Nosotros, en cambio, ya tenemos muchas muescas en la culata de tu vida. Eso si: esperamos seguir viviendo nuevas aventuras históricas con tan buena suerte, como hemos tenido hasta ahora: ni un solo día perdido por ninguna causa -incluida.enfermedad- en treinta y siete años de periplos por el mundo 🌎.



















