Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.
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domingo, 24 de febrero de 2013

Y al principio no nos gustaba

                                                          Todas las fotos de esta entrada, son de  Roma
        Corrían los primeros días de agosto, de 1.989. Realizábamos nuestro primer interrail -que no viaje al extranjero-. a través de Francia, Holanda, Alemania y norte de Italia. Nuestro objetivo final era, recorrer la costa Dálmata, pero al llegar a Trieste, acabamos desistiendo de este plan. El tren, que iba hasta Split, tardaba  más de 16 horas, era demasiado viejo e incómodo -tengo la certeza, de que con veinticuatro años más, hoy aguantamos mejor estas condiciones- y estaba abarrotado, con la gente arremolinada o tirada por los pasillos, dando gritos, como bestias.


Reconsideramos distintas opciones y finalmente, acabamos tomando un confortable expreso nocturno. hacia la Ciudad Eterna. Fue así, de esta forma tan abrupta e inesperada, como tuvimos nuestro primer contacto con Roma. Hoy en día y fuera de España, es la segunda ciudad, que más hemos visitado -en diez ocasiones-, después de la maravillosa Venecia (unas 15 veces).


Lo curioso es, que en esa primera cita. Roma apenas nos gustó. Salimos absolutamente, decepcionados y en esa ridícula disputa, de ¿cuál es más bonita? , nosotros abogamos claramente, por sobreponer, por amplio margen, a Florencia sobre la capital de Italia.

Roma nos pareció, sin más, una urbe llena de «escombros» arqueológicos -con la excepción del Coliseo-, de polución, escasamente limpia y con sus famosas plazas o el singular Trastevere, vacíos. Y para colmo, la Fontana di Trevi sin agua, en obras y medio tapada. 

Tan sólo nos sentimos aliviados, por el frescor del agua de las numerosas fuentes, por colarnos en los autobuses públicos y por los inigualables museos del Vaticano. Ni siquiera, la pizza nos pareció la mitad de lo que habíamos esperado. ¡Demasiada masa para un chorrin de tomate, un puñado de orégano y una mozarella, casi invisible!. ¡Y la cerveza inaccesible, para unos estudiantes con beca, de tercero de periodismo!.


Evidnetemente, de aquella imagen de Roma, hoy nos queda bien poco. Tal vez, el cansancio -era nuestro primer viaje al extranjero de un mes-, el asfixiante calor, algunas obras paradas. el estar casi todo cerrado y la ausencia por vacaciones de los lugareños, se convirtieron en un diabólico cóctel, que nos transformó la realidad. Por eso, siempre recomiendo no visitar Roma en agosto.


Habitualmente, nosotros usamos una forma bastante objetiva -sobre todo, en Europa-, de medir el encanto de las ciudades: lo que nos van ilusionando en las visitas posteriores, a la primera. Praga nos pareció bellísima, pero la cuarta vez, se nos tornó vulgar. Cracovia, París, Londres, Amsterdam, Dubrovnik o Estocolmo, solo aguantaron hasta la segunda. Estambul nos pareció incomparable, en !.994 y 1.997 y nos decepcionó altamente, en 2.008 y recientemente, en 2.012.


Después de diez visitas, aún hoy, Roma nos sigue pareciendo estaxiante y por eso -con el permiso de Venecia-, la calificaría como la ciudad con más encanto de Europa. Por lo tangible. Pero aún más, por lo intangible. Y después de estar en Vietnam, Kenia, India o Bolivia, por poner unos pocos ejemplos, nunca volveremos a decir, que el tráfico en la ciudad, es alocado y caótico.


Cuatro o cinco días es el mínimo, para descubrir esta increíble ciudad, durante la primera visita. Nuestras últimas, han sido por circunstancias diversas, mayoritariamente, de una sola jornada, en la que siempre y metódicamente, llevamos a cabo el mismo recorrido, caminando.

A saber. Partimos de la estación de trenes, de Termini y vemos las magníficas iglesias, que hay de camino al Coliseo. Contemplamos el Foro, sus alrededores y el Campidoglio. Desde la plaza de Venezia, enfilamos hacia el Trastevere, donde paseamos, tomamos unas cervezas y, a veces, almorzamos. De ahí, al Vaticano y al castello de San Pietro.


Por la tarde, es hora de explorar las inmediaciones de la vía del Corso, que une la plaza  de Venezia con la del Popolo: a la derecha, la Fontana di Trevi y la plaza de España. A la izquierda, el Panteon y la plaza Navona. Si aún sobra tiempo, nos acercamos hasta la villa Borghese.

A pesar de repetirlo varias veces, nos sigue resultando igual de excitante.

Casi siemrpe, es un buen momento para escaparse, a la Ciudad Eterna. Pero, el mes que viene, con el circo religioso, que se nos viene encima, la experiencia puede resultar aún más apasionante. 

martes, 8 de enero de 2013

El brusco frenazo y el final -de momento- de un dilatado sueño

Erice, en Sicilia (Italia)
            Estando el mercado laboral con cinco millones y medio de parados, no había demasiada esperanza de encontrar trabajo. Pero, las cosas no siempre suceden, como esperas. Recientemente, en una de esas conversaciones navideñas, charlaba con un amigo de Madrid. Donde yo ponía la palabra “incertidumbre”, él apuntada de forma efusiva: “esperanza”. Tenía razón. 2.013 ha empezado fuerte, con el retorno de uno de los dos al mercado laboral. Se acabaron los viajes largos, al menos y si nada extraño ocurre, durante los próximos ocho meses.
                Mapa de Rodas (Grecia)
            Los tres años anteriores ha tocado viajar, frenéticamente. (tres viajes de varios meses y más de una veintena de medios y cortos) Ahora, llega el momento de hacer granero y ahorrar lo suficiente, para ese sexto viaje largo,  que sería el último de este género.

            En esta situación, volvemos a los viajes más mundanos, que disfrutáis la mayoría de vosotros. Bueno: los que todavía, tenéis trabajo. Vistas las cosas y rememorando viejos tiempos -¡qué recuerdos!-, escasamente añorados, tomamos en nuestras manos el calendario y empezamos a contar el número de fines de semana largos de este año: cuatro, con posibilidad, de que sean cinco (quitando el que ya hemos pasado)
                                                                                                                      Erice, en Sicilia
Concretamente, hablaríamos de la Semana Santa –a finales de marzo-, el 13 de mayo –fiesta local-, los Santos y el 6 y el ocho de diciembre, que caen en viernes y domingo. Previsiblemente, puedan pasar el domingo, 8 de sepriembre –la otra fiesta local-, al lunes y dispongamos de otra oportunidad de escaparnos. ¡Y nos habíamos comprado una cámara nueva, hace menos de una semana!.

Empecemos por la Semana Santa, que es la primera cita esperada. Seis son los posibles proyectos, que tenemos para esas fechas:
Mapa de Noruega
1º.- Volar a Bruselas y hacer un circuito por Holanda, a través de Rótterdam, La Haya, Utrech y Maastricht. Por supuesto, volveríamos, a Ámsterdam, varias veces visitada. Esta opción ya es antigua, dada que está pendiente desde 2.010.

2º.- Sur de noruega: Bergen, Flam y Balestrandt

3º. Sicilia Oriental. Aunque, conocemos ciudades como Catania, Taormina y Siracusa, queremos explorar otros puntos de esta zona.

4º.- Región de Apulia –la única junto a Calabria, que no conocemos de Italia.

5º.- Regresar a Grecia continental, donde ya fuimos hace muchos años i recorrer la zona de Mecenas, Corinto, Delfi, Esparta…

6º.- Isla de Rodas.

Los proyectos se han enumerado, teniendo en cuenta, su posibilidad de organización. Al menos, es lo que pensamos antes de iniciar el trabajo de campo. Finalmente, nos decidiremos por el que sea más factible, más que por un deseo concreto.