Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

viernes, 30 de diciembre de 2022

Grave incidente en el aeropuerto de Barajas

           Cada día, que debido al elevado precio de los hoteles en toda la Comunidad de Madrid -fundamentalmente,los viernes y sobre todo , los sábados -,  nos toca ir a dormir al aeropuerto de Barajas, seguimos el mismo procedimiento

          Sobre las diez de la noche, tomamos en Príncipe Pío, Recoletos o Atocha, la línea 1 o 10 de cercanías, hasta la terminal 4. Como no dispone de mucho espacio para el paseo, ni en el interior, ni en el exterior, cogemos el bus interno del aeródromo, hasta la T1. Por ella, por la 2 y la 3, nos movemos, tomamos algo y cenamos, hasta que sobre las dos de la madrugada, volvemos a la 4, a dormir en el suelo. Sobre las siete de la mañana la policía nos hace levantar a todos, pero se puede seguir roncando en las sillas.

          Hemos hecho esto mismo muchas veces y no solo por no tener hotel, sino porque en decenas de ocasiones y durante décadas nos ha tocado tomar vuelos de madrugada o de temprana mañana y no queda otro remedio, salvo que se sea rico y manirroto y se esté dispuesto a tirar media noche de hotel por la borda y pagar un taxi. Hasta ahora, nunca habíamos tenido ningún problema, pero intuíamos, que tarde o temprano, terminaría pasando algo.

          El día 4 de diciembre, sobre las dos de la madrugada, íbamos a coger el autobús, desde la T1 a la T4. De repente y por el exterior de la primera terminal, nos empieza a perseguir un hombre de mediana edad, que de forma muy agresiva y a gritos nos dice, que él nos quiere ayudar. Que lleva siete años viviendo en el aeropuerto y que forma parte de una asociación, que ofrece orientación y prestaciones a personas, que se encuentran en esas mismas circunstancias. De nada sirve, por supuesto, que le expliquemos con educación, que nosotros tenemos nuestra casa en otra ciudad y que estamos aquí, de paso, durante esta noche.

          Subimos al autobús y él viene detrás, sin pensárselo. Tenemos la mala suerte, de que salvo el conductor, no hay más viajeros a bordo. El hombre nos persigue por el interior del vehículo, porque nos cambiamos de sitio varias veces para esquivarlo y sigue con su misma monserga. Ahora, nos ponemos nosotros también agresivos y le pedimos que nos deje de acosar, pero no ceja, por lo que terminamos insultandolo y deseándole la muerte. Nos devuelve los improperios y añade : "ya vendréis, ya vendréis".

          Entonces, nos vamos para la parte de adelante y pedimos ayuda al conductor, que se encoje de hombros. Sin embargo y a los dos minutos y en la T3 -como si el chófer le hubiera dado a un botón del pánico -, suben dos vigilantes de seguridad por la puerta delantera y un responsable del aeropuerto por la trasera. Los primeros nos observan, sin decir nada. El segundo, habla con el desagradable individuo, pidiéndole, que nos deje en paz, pero él sigue con su tono desafiante y agresivo, para acabar amenazando: "¡ya vendrán, ya vendrán, esos comemierdas!"

          ¿Es esa persona miembro de alguna inescrupulosa magia del aeropuerto? ¿Nos había seguido esa noche o algún sábado anterior? ¿Fue pura casualidad? ¿Cuáles eran los objetivos reales de este muy desagradable sinvergüenza? Aunque tenemos indicios, sobre todos estos aspectos, no tenemos constancia real de sus verdaderos propósitos, aunque imaginamos, que no eran nada buenos.

jueves, 29 de diciembre de 2022

Vuelta a los viajes recurrentes (II)

           El día 3 de diciembre, llegamos por la tarde, dado que teníamos, que llevar a cabo gestiones por la mañana en nuestra ciudad. Fue jornada nocturna de magníficos mercados navideños y de masificación absoluta en las calles del centro. Visitamos el de la plaza España, el de la plaza Mayor, el larguísimo de Recoletos y el de Colón. Echamos de menos uno, que ponían antes , en Ópera (plaza de Isabel II). Nos fuimos a dormir a la T4 del aeropuerto.

          El.domimgo 5, nos fuimos a localidad. de Pozuelo de Alarcón, donde han montado un animado y completo recinto ferial, que visitamos, además del centro de la ciudaf. Por la tarde y de vuelta a Madrid, ahondos en las luces de Navidad por otras avenidas y calles  distintas.

          Y llegó el puente de diciembre. No lo tomamos  entero, sino del día 8, hasta el 11. El jueves visitamos el bonito belén del Palacio Real -largas colas aguardan, a todas horas - y otros dos más: el del Museo de Historia y el del monasterio de la Encarnación. También recorrimos el interior de la catedral de la Almudena, que no habíamos visto antes. Por la tarde, nos fuimos a Cercedilla, donde pasamos la noche.

          El viernes nos fuimos a Cotos, donde no había, ni nieve, ni frío, ni casi gente. Los senderos estaban embarrados y resbaladizos debido a las constantes lluvias de los días anteriores, así que nos dedicamos a llevar a cabo rutas sencillas, aunque no cortas. Dormimos en el mismo alojamiento, que la noche anterior.

          El sábado por la mañana nos acercamos a la localidad de Tres Cantos, donde disfrutamos de una colosal exposición de belenes internacionales, de una feria muy variada y concurrida y de un mercado navideño. Por la tarde, compartimos y disfrutamos en el centro de Madrid, la alegría de los aficcionafos de Marruecos, tras su victoria frente a Portugal y volvimos después, a los mismos mercados del fin de semana anterior, absolutamente colapsados. Dormimos en la T4 del aeropuerto de Barajas.

          El domingo nos empapamos de la cultura persa en el mercado de Isfhadan, en Ríos Rosas; visitamos el belén de la plaza de Chamberí y el museo de la Fundación Telefónica, ubicado en Gran Vía. Buscamos un nuevo mercado en la calle Valverde, que no encontramos. Y por la tarde, nos fuimos andando hasta el antiguo Matadero, en Legazpi y volvimos desde allí, en una larga caminata, por Madrid Río, hasta el puente de Segovia.

          El fin de semana de los días 17 y 18 de diciembre nos lo tomamos de descanso, para disfrutar de actividades navideñas de nuestra propia ciudad.

martes, 27 de diciembre de 2022

Vuelta a los viajes recurrentes (I)

           El día 2 de noviembre pusimos punto final a 26 días de periplo, por India. Decidimos descansar el fin de semana siguiente y el de los días 12 y 13, volvimos a los viajes recurrentes por la Comunidad de Madrid, gracias a nuestros bonos gratuitos de media distancia, de RENFE.

          La tarde del sábado la pasamos disfrutando del ajetreado centro de la ciudad y de los barrios de Lavapiés, La Latina y Malasaña. Como no había hoteles a precio razonable, nos fuimos a dormir a la T4 del aeropuerto de Barajas 

          El domingo, nos acercamos al mercado de Tirso de Molina, que no se encuentra en la plaza del mismo nombre, sino en la calle Urraca, sita en el barrio de Puerta del Ángel.  Allí, se juntan los puestos tradicionales con los de comida elaborada, destacando la preparación de paellas diversas, siendo la más famosa  la del Señoret. Se forman numerosas colas para degustarlas. Después, hicimos un circuito bastante largo, por Madrid Río, aprovechando los veinte grados de temperatura.

          El día 19, madrugamos y tras llegar a la estación de Principe Pío, procedentes de Valladolid, nos acercamos a Torrejón de Ardoz, a disfrutar del Parque Europa, que es de entrada gratuita y suele estar bastante concurrido por familias. En el, se exponen reproducciones de diversos monumentos de nuestro continente, como la torre Eiffel, la fontana de Trevi, la puerta de Brandeburgo, el Atomium, la puerta de Sol...Y así, hasta casi una veintena. Por la tarde, nos fuimos a, Cercedilla, donde pasamos también la noche.

          El domingo visitamos las tradicionales y agradables librerías de la Cuesta de Moyano, la calle Leganitos -una pequeña Chinatow, al lado de la Plaza España- y la zona del mirador de las Vistillas, entre otros lugares.

          El sábado, 26 de noviembre, volvimos a Torrejón de Ardoz, pero está vez por la tarde y por la noche. Días atrás y en la correspondiente web, habíamos conseguido invitaciones para disfrutar de Mágicas Navidades . Se trata de un enorme parque temático sobre esta época del año, ubicado  al lado de la estación de Cercanias. En él, se mezclan los motivos y escenificaciones navideñas de todo tipo y tamaño -destacando zonas, como el Camino de Belén o la Montaña de Hielo-, con las atracciones de feria, los caros chiringuitos de comida y bebida y diversas actividades lúdicas, generalmente, de pago. Lo pasamos estupendamente, a pesar de la molesta masificación. Dormimos, plácidamente, en la T4 del aeropuerto.

          El domingo y entre otros lugares, nos movimos en la capital por los jardines de Sorolla, la Plaza de la Paja y los mercados Pop Arte y del Gato. Cuando anocheció, disfrutamos de la iluminación navideña del centro, encendida dos días atrás y que nos resultó un poco decepcionante.

El viaje del año nuevo

           El día de Nochevieja comenzamos un nuevo viaje, de once días de duración. El billete de ida, a Nápoles nos ha costado 20 euros y para la vuelta hemos comprado un Bari Oporto por 22 y Oporto Madrid por 13.

          Volamos a última hora del día 31, por lo que llegaremos a la ciudad italiana, a las 23 horas. Estamos estudiando, como gestionar dormir esa noche, pero creemos, que la cosa está difícil. Según hemos visto en Internet, el horario de ese aeropuerto es de cuatro de la madrugada a las diez y media de la noche, por lo que trataremos de quedarnos en la zona de tránsito, sin salir. Y es, que las temperaturas en esa época allí, también son bajas y encontrar taxi y hotel a esas horas en fin de año, lo vemos poco probable.

          En un principio, nuestra intención era combinar la sureña región, de Puglia, con alguna isla griega, como Rodas o Santorini. Pero, poco tiempo después nos dimos cuenta, de que con el primer destino era más, que suficiente. Y además, en invierno,los vuelos a esos lugares insulares escasean o en otros casos, sencillamente, desaparecen.

          En un principio y siempre abiertos a modificaciones sobre la marcha, queremos visitar una decena de destinos: Nápoles, Bari -ambos, ya conocidos en el pasado -, Alberobello, Taranto, Ostumi, Brindisi, Lecce, Otranto,Gallipoli y Leuca. Casi todos los lugares están conectados entre si por ferrocarril, aunque en la mayoría de los casos, no existen servicios directos y hay, que hacer ajustados cambios .

          El itinerario provisional sería el siguiente:

          Día 1. (31 de diciembre, de 2022). -Valladolid- Madrid - Nápoles

          Día 2. Nápoles

          Día 3. Bari.     

          Día 4. Alberobello y Taranto

          Día 5. Ostumi y Brindisi 

          Día 6. Lecce 

          Día 7. Otranto y Gallipoli 

          Día 8. Leuca 

          Día 9. Leuca- Bari 

          Día 10. Bari Oporto 

          Día 11. Oporto -Madrid- Valladolid.