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jueves, 1 de agosto de 2024

La impresionante Mandu

           Después del abrupto madrugón constatamos con incredulidad y cabreo, que el bus directo, a Mandu y del que nos hablaron ayer, sencillamente, no existe. Es necesario de todas todas, cambiar en Dhar.

          Así, que recopilando y para llevar a cabo los 135 kilómetros, que separan, Ujjain de Mandu, hay que hacer lo siguiente: tren lento y cansino, hasta Indore. Bus rápido y eficiente, hasta Dhar y cacharro destartalado por interminables carreteras rurales con infinitas paradas hasta el destino.

          Y os preguntaréis: ¿Realmente, merece la pena tanto esfuerzo para llegar a Mandu? No tardaréis en descubrirlo.

          Al pisar tierra en Mandu, cuatro ideas me vinieron a la cabeza: íbamos a tener difícil encontrar un hotel, un buen wifi y transporte sencillo para Maheswar, al día siguiente. Además, si o si y tal y como estaba el cielo, la lluvia terminaría arruinándonos el día. Para darle emoción a nuestra suerte y sin querer, pise dos veces la misma mierda de vaca.

          Desgranamos: 

          -HOTEL: resultó muy sencillo en el primero, que preguntamos y además, conseguimos un buen descuento del 33%. Recepcionista amable y servicial.

          -WIFI: el más lamentable y arcaico que hayamos padecido en la última década. Apenas nos dió y gracias, para conocer la actualidad de los Juegos Olímpicos.

          -TRANSPORTE, a Maheswar, la clave: 41 kilómetros en coche, que en transporte público se convierten en 67, divididos en tres tramos: Mandu-Lunhera-Dhamnod-Maheswar. ¡Una locura!

          -LLUVIA: termino cayendo de forma importante, pero cuando ya habíamos acabado las visitas.

           Al grano: realmente, no podemos entender, como en los cinco viajes anteriores, no habíamos recalado en este impresionante destino. Sencillamente, imprescindible, en cualquier viaje por India central.

          Este pueblo de apenas ocho mil habitantes y hoy olvidado fue capital de tres imperios.

          En el centro se encuentra la espectacular mezquita y la torre de la Victoria, muy bonita, aunque ruinosa.

          A partir de aquí, debemos movernos en tres direcciones. Por un lado, la calle principal -actualmente en obras de construcción de la acera -, nos conduce al intacto Jazal Mahal (300 rupias, como la mezquita). A los lados, algunos atractivos menores, como un punto de la puesta del sol y unas cuevas.

          Es a los dos lados de la carretera, que proviene de Dhar y que continua hacia otros destinos, donde se encuentran las impresionantes ruinas -en diferente estado-, que incluyen otro palacio, mezquitas, tumbas, caravasares, estanques, baolis...muy diseminadas, pero bastante accesibles hasta en tiempo de monzones.

          La cosa nos ha dado para 15 videos y más de cien fotos, tomadas en soledad. Llevamos una semana en India y no hemos visto un solo guiri.

          Jamás en la faz de la tierra vimos tantas moscas juntas, como en este lugar.