Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.
Mostrando entradas con la etiqueta Mozambique. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mozambique. Mostrar todas las entradas

martes, 1 de febrero de 2011

El duro y colorido transporte publico de Mozambique (y en general, de toda Africa)

                                                                                               Vilanculo 
Solo en Mozambique pueden, intentar tratar de cobrarte cuatro veces lo que vale el pasaje, por subir la mochila al ferry. Asi nos ocurrio ayer, en el barco que une Maxixe con Inhamabane.

      Lo bueno de viajar en los diversos transportes de este pais, es que ya quedas vacunado para lo que pueda ocurrir, en cualquier otra parte del mundo. Han sido unos 1.800 kilometros en minibus, microbus, autobus, camion y ferry, duros, duros, duros.
                                                                              Vilanculo
      Para empezar, todos los buses de medio y largo recorrido, salen a los cuatro de la manana, por lo que te obligan a desperdiciar una noche de hotel y pegarte el gran madrugon o a pasar la velada en blanco, de la forma que mejor veas. El mismo vehiculo aqui -como en otros paises de Africa-, hace funciones de transporte de mercancias, muebles, otros vehiculos, animales y personas (siendo estas ultimas, las que reciben peor trato). Y el servicio es puerta a puerta, con numerosas paradas, en mitad de la nada, donde misteriosamente, se van apeando los pasajeros.         
 
      No es infrecuente ver un microbus para 14 pasajeros, con 19 adultos, 5 churumbeles llorones y una cabra envuelta en un saco y colocada en el maletero trasero, que bala estremecida, tras cada bote que da el vehiculo, en la abrupta y encharcada carretera.
                                    Inhambane
      Ademas, claro, del numeroso y voluminoso equipaje. Porque aqui, nunca se viaja con lo puesto. El kit basico femenino, consiste en un bareno vacio, un saco lleno -desconocemos de que- y una criatura a la espalda, generalmente de semanas o meses, que cabezea constantemente, con los movimientos maternos. El masculino, sustituye el balde por enormes garrafones amarillos -con contenido o no- y al bebe, por una caja de 24 coca colas o algo similar.
                                                  
      A partir de ahi y dependiendo del tamano del transporte, se encuentra lo mas insopechado, tanto en el techo de los autobuses, como en un carro amarrado, del que van tirando: una motocicleta, un sofa, una cama, un ventilador, una television con los cables pelados, enormes barras metalicas envueltas en hojas de parra... Y lo sorprendente es, que a pesar del caos parente, de la deteriorada red viaria y de las condiciones climatologicas, todo llega a su destino sin merma, extravio o a destiempo.
                                         
      Pillar un asiento adecuado en el cacharro de turno, no es tarea facil, dado que los hay desplegables y sin respaldo -cuando no, de pie- o junto al crio vomiton, a la gorda de turno o al que no se lava hace semanas -afortunadamente, en este caso, son excepciones-. Por suerte y en torear estos inconvenientes, ya nos movemos como peces en el agua


                                                                                  El Tofo




                                                                                               Inhambane
                                                                                                    Maputo

Beira: Encantadora y decadente

                                          Todas las fotos, que contiene este post, son de Beira
      Los mozambiquenos no son como el resto de los habitantes del sur de Africa. No tienen un aguante infinito y cuando sienten lastimados sus derechos, se enojan y reclaman al estilo latino. Se nota que este pais fue colonia portuguesa, hasta 1975.
 
      Tambien se aprecia la influencia lusa, en la construccion de sus ciudades. Aqui los supermercados y las gasolineras estan a las afueras y las casas, las pensiones, los edificios administrativos y las plazas, en el centro.
 
      Llueve intensamente, mientras viajamos en un destartalado microbus con goteras, tapadas con cinta aislante y trapos, sin ningun resultado positivo. Nos dirigimos a Beira, una ciudad alejada de los circuitos turisticos y en la que hemos acabado de rebote.
 
      A nuestra llegada, los charcos son inmensas lagunas y los canalones y goteras desaguan tal cantidad, como no veiamos desde nuestra visita a las cataratas Victoria. Hubiera sido un error, no venir hasta aqui. La ciudad esta llena de edificios coloniales, lamentablemente, en distinto estado de conservacion. Cuenta con una anodina catedral, una mezquita, en un barrio de comerciantes hindues y la plaza del Municipio, que es lo mas europero que hemos visto, desde que salimos de Ciudad del Cabo. El mercado, en forma de puestos en el suelo sobre el barro o sobre sabanas, se extiende por toda la ciudad.
 
      Tras comer explendidamente, como a lo largo de todo el viaje, gracias a la comida preparada de los supermeercados, nos acercamos al puerto, donde se amontonan bastantes barcos destartalados. Aunque el ruido de fondo es de herramientas, por lo que tal vez, los esten arreglando.
 
      Buscando la playa, de repente nos vemos inmersos, en el barrio mas deprimido, que hemos visto en toda Africa. En el inicio de una calle, se ubican las letrinas comunes, con un cartel que asegura, que han sido mejoradas. Como estarian antes, si su hedor provoca el vomito, a mas de cincuenta metros.
 
      En la rua principal, se entremezclan los puestos -de bebidas alcoholicas, jabon, galletas...-, con las infraviviendas. Ambos tienen la misma estructura: maderas cruzadas, de inestable soporte, con techos de paja y ramas. Los enormes y profundos charcos -que pisan descalzos-, se entremezclan con las montoneras de basura.
 
      En un "complejo" -especie de bar-, se lee: "Entraras triste y saldras contento". No es de extranar, con bebidas de 43 grados a tan solo 14 meticales (unos 30 centimos). En una vivienda, algo mejor que la media, un supuesto doctor vende tratamientos contra la agonia y todos los dolores corporales, entre otros.
 
       Por fin encontramos la playa, mientras contemplamos como varios hombres cargan sobre sus espaldas, como animales, los troncos con los que esta construida toda la barriada. No es la unica actividad economica, que se observa aqui. Sobre la arena se venden mangos, cocos, camarones y otros pescados irreconocibles, recien salidos del agua. En otro lugar, hay decenas de kilos de peces secandose al sol -que nos quieren vender, por solo mirarlos- o los ya deshidratados, a los que les quitan las impurezas con una criba. Se comercializan por sacos, a lo largo de todo el pais.
 
      Todo el mundo a lo suyo, mientras los ninos corretean, como en cualquier parte. Nadie parece reparar en los dos intrusos blanquitos, que con discreccion, no cesan de hacer fotos.

lunes, 31 de enero de 2011

En Mozambique, si que somos bienvenidos

      Hemos llegado a Mozambique. Al hacer el visado en la frontera, solo nos permiten una entrada. Adios a Malawi, un destino querido. Las consecuencias de no haber atravesado Zambia estan siendo duras. Ya lo intuiamos. No obstante, no nos arrepentimos.
                                                             Cuchamano
      Nuestro ingreso al pais, a traves de Cuchamano, ha sido extremecedor. Este pueblo carece de agua corriente. El liquido elemento, lo extrae un hombre en cubos y se lo va entregando a los lugarenos, que lo almacenan en garrafas o barrenos, para llevarse las primeras a su casa y lavar la ropa en los segundos, alli mismo.
 
      Luz electrica y alumbrado publico, si que hay. Pero, funciona 30 minutos y se corta tres horas. Asi, una y otra vez. Por lo que tenemos que usar la linterna, para coser uno a uno, los numerosos agujeros de la mosquitera de nuestra cama. En la habitacion de al lado, se suceden gritos de chicas, golpes y amenazas de llamar a la policia. Estamos en el unico motel del pueblo, que parece encubrir un burdel, fundamentalmente para camioneros, que transitan por esta frontera.
 
      Por supuesto el establecimiento, no dispone de ducha y los banos son unas vomitivas letrinas, con un apestoso agujero, que deben higienizar con cal viva, cuando se acuerdan. Asi, que orinamos en la habitacion, en botellas de Fanta de dos litros cortadas a cuchillo y evacuamos al jardin los fluidos, por la ventana.
                                            Chimoio  
      Salvo la carretera principal, el pueblo esta sin asfaltar, cubierto de charcos, basura y cabras sueltas retozando. Las viviendas son rondaveles pequenos y circulares, hechos en ladrillo o adobe y terminados en forma conica, con ramas y paja. No tienen bano y cocinan en la calle.
 
      Existe un pequeno mercado, con endebles puestos de madera, donde venden sobre todo, pescado en salazon, ademas de frutas, ropajes, zapatos y arroz. Encontramos numerosos bares -llamados bancas- pintorescos, caros y vacios. Tambien una nave industrial, llamada a bombo y platillo "complejo", que lo unico que contiene es un billar, una barra y una pantalla de plasma, donde ponen un partido de la liga inglesa.
 
      Hasta metidos dentro de la mosquitera, nos comen los bichos. Me pica una especie de escarabajo. Por donde habra entrado?. Al poner el pie en el suelo, por la falta de luz, piso sin calzado un enorme gusano muerto, que se estan merendando las hormigas.                                                 Chimoio  
      A la manana siguiente partimos para Chimoio, con cambio de transporte en Changara. El primer tramo lo hacemos en un abarrotado microbus y el segundo, en un pequeno camion. Ha parado y su propietario se ofrece a llevarnos, por 250 meticales, que es el precio del autobus. Lo rebajamos a 200 y no acepta. Hace amago de irse, pero aguantamos el tiron. Sabemos que en este pais, casi nadie va a dejar de ganar nueve euros, por perder dos y medio.
 
      El paisaje es agradable y muy verde. No deja de haber pequenos puentes de arroyos sin agua, minusculas aldeas y sobre todo, mucha gente a ambos lados de la carretera, caminando, de pie o sentados, viendo la vida pasar y sin hacer nada.
                                     Beira
      El momento del dia, llega a la hora de echar gaolina. Paramos en una estacion de servicio. Le dicen al conductor, que alli no y le mandan a otra parte. Vamos con la reserva. A unos tres kilometros, hay un hombre junto a una moto, escondido tras unos arbustos. Tras negociar la cantidad y el precio del combustible, de hoyos excavados en la rojiza tierra y tapados con ramas, va extrayendo garrafas. Coloca una goma en el deposito, a la que une el cuello cortado de una botella de Coca Cola, a modo de embudo. Sirve de tres de ellas y vuelve a colocarlas en susitio. Aparece otro hombre en otro ciclomotor, que se encarga de cobrar y dar el cambio. Seguimos, camino de Chimoio.