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domingo, 28 de enero de 2024

La visita a la mezquita Sheikh Zayeb

          En algunos sitios de internet se asegura, erróneamente, que para coger los buses, en Abu Dabhi, debes comprar una tarjeta de plástico, que cuesta 10 dirham. La realidad es bien distinta: pagando 20 te entregan una de cartón gratuita, que te incluye unos 8 o 9 viajes -no es cifra exacta, costando cada viaje unos 7 céntimos, que puedes usar en las líneas que quieras. Todos los recorridos cuestan lo mismo, incluido el del aeropuerto. En el bono pone "temporary", pero no aclara el periodo que cubre. Para quien vaya tieso, decir, que resulta bastante fácil colarse en los buses de Abu Dabhi, porque son muy confiados.

          En el exterior de la terminal A, se toma el A2, que te deja enfrente de la estación de autobuses interurbanos. Debes cruzar el paso elevado al otro lado y coger el 94. Cada trayecto dura una media hora y el tiempo del transbordo resulta variable (10 minutos a la ida y más de media hora, a la vuelta).

          Si estáis en una escala, deberéis disponer de entre siete y ocho horas, para ir, volver y visitar el templo, sino queréis perder los nervios o peor: el vuelo. En taxi, tal vez os valga con cinco.

          El acceso es largo y complicado, sobre todo, si vais a primera hora, porque coincidiréis -como nosotros - con los numerosos y pesados grupos organizados. La entrada es gratuita. Se desciende hasta un enorme centro comercial y hay que ir hasta el principio -para que te empape de todas las tiendas y restaurantes, casi vacíos, donde te registran. El formulario es en árabe solo, pero tranquilos, porque lo rellena un amable empleado. Después y con el QR de la mano -nos lo pidieron más de 20 veces a lo largo de la visita - cruzas el mall entero y te indican el camino. Debes subir y bajar varios tramos de escaleras y transitar por varias cintas móviles, como las de los aeropuertos, antes de acceder al patio: ¡Un coñazo integral! Efectúan un riguroso control de equipajes, antes del acceso, donde dan especial importancia a la tecnología y a los cigarrillos electrónicos. Nosotros introdujimos alcohol y no lo detectaron, al ir en botes muy pequeños..

          La mezquita -construida en 1996- es grandiosa. Se visita el exterior, el patio -el centro está cerrado, por lo que las fotos salen sin casi nadie- y algunas estancias interiores, con el mirrab y una alfombra de más de 5400 metros cuadrados, elaborada en dos años, por 1200 artesanos del sector. En el recinto total entran  cuarenta mil personas. A las mujeres les basta con no ir muy veraniegas y un pañuelo para la cabeza.

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