Esta y las cinco siguientes son, de Rishikesh (India)
Reza un cartel -que hemos
traducido del inglés-, junto al río Ganges, en la sagrada villa de
Rishikesh : “el Ganges no es solo un río. Ella -tratamiento en
femenino, como madre- es la dadora de la vida, llevando pureza y
liberación en sus aguas. El Ganges no es sólo agua. Ella es el
néctar de la vida, el néctar de la liberación. Ella es el recurso
de inspiración para todo el que tiene ojos, que ven. Ella riega, no
sólo las granjas sino también los corazones, mentes y espíritus.
Ella es la madre Ganges, dadora de libertad a todos, sin
discriminación, ni excepciones. Sus aguas purifican a todos los que
se bañan en ellas, a todos los que beben en ella. De hecho, ella es
la que elimina la contaminación. Estudios científicos han
descubierto, que las bacterias coliformes, no pueden crecer en sus
aguas”.
Leyendo este
despropósito, ya da que pensar, que la mayoría de la gente, que se
acerca hasta aquí, dista mucho de ser como el común de los
mortales. Sobre el río, solo hace falta ojear cualquier guía,
estudio o documento en el que se hable del Ganges, como el más
contaminado de nuestro planeta.
Rishikesh es conocida,
como la capital mundial del yoga y denominada por mi, como el
manicomio más grande del mundo o el lícito negocio, a consta de los
que están abducidos, en proceso de abducción o son, simplemente,
incautos. Parece mentira, que por la cuna de la meditación, transite
una de las calles -muy estrecha- más estresantes de toda India:
cacharros de todo tipo, vacas y sus enormes mierdas, perros, monos,
moscas del tamaño de avellanas, basura por todas partes, guiris
buscándose a sí mismos (más vale, que dedicaran esa energía, a
encontrar otra ropa, que ponerse y dejar de hacer el ridículo)...
Como ya habréis
adivinado, no creo en la meditación, ni se si sirve para algo. Ni
mucho menos, en que encerrarme durante varias semanas en un ashram,
ir descalzo o vestido con una túnica naranja -como los shadus- o a
pecho descubierto, con un palo, un bolso y pañuelo a juego -aunque
parezca mentira no es un desfile de la fashion week, sino el atuendo
de algún extranjero-, además de besar a una vaca, vayan a hacerme
mejor persona, más justo, mas relajado o supongan mi liberación.
Pero, allá cada uno con sus creencias y paranoias. Así, que me
centraré sólo en lo descriptivo.
Esta y las cuatro siguientes son, de Haridwar (India)
Rishikesh es un sitio
curioso. Ni mejor ni peor de lo que esperaba, pero distinto.
Desconozco si es fácil meditar en sus ashram o monasterios, donde se
dan clases de yoga, retiro espiritual y hasta alojamiento ilimitado,
pero como se ha dicho, fuera de esos lugares, es muy difícil,
siquiera concentrarse. Encontramos menos visitantes foráneos de los
esperados y la mayoría, de estancias de corta duración, lo que hace
aún mucho más difícil, que las enseñanzas recibidas puedan ser
efectivas.
La ciudad está dividida
en tres zonas: la de la estación de trenes, sin interés ninguno y
los dos núcleos turísticos, a los que se accede por un par de
puentes -sobre el Ganges- temblequeantes y estrechos, que aunque
están concebidos para los peatones, son utilizados, sin ningún
rubor, por los motoristas. En el más próximo, prevalecen los
lugares dedicados al espíritu, al estudio y los shadus -aventureros,
vividores..., aún no lo tengo muy claro-. Y el otro, aunque no se
descuidan las necesidades del alma inmortal, es más superficial y
más dedicado al perecedero cuerpo, con tiendas, restaurantes
-vegetarianos o de chow mein-, hoteles... Es el lugar donde
pernoctamos los extranjeros: En toda la localidad, no se permiten, ni
la carne, ni las bebidas alcohólicas (cerveza y vino, incluidos)
De todas formas, siendo
una persona cabal y poco espiritual, reconozco, que sentado sentados
en los ghats, en el momento justo en que el sol se oculta tras las
montañas -mientras los lugareños se bañan en el río sagrado y los
tambores de un templo cercano llaman a la meditación-, entonces sí,
te planteas algún debate trascendental. Pero, de manera muy
superficial y durante poco rato.
La cercana -y también,
sagrada- Haridwar es algo menos mística y turística, pero
espectacular para el viajero. Sus esplendidos ghats, nada decadentes,
comparados con los de Varanasi, albergan a miles de peregrinos y
lugareños: es un autentico espectáculo. Tanto, como ver bajar, a
toda velocidad, las ofrendas por el río, mientras se desintegran.
Sin conocer, de momento, los de Allahabad -donde iremos,
próximamente-, son los mejores de India.
2 comentarios:
Buenas:
Estoy bastante de acuerdo en la desmitificación de Risikesh. Conozco muchos sitios más chulos y menos famosos en la India, si bien, Risikesh también merece una visita, al menos y como es tu caso, para poder opinar.
Y también comparto tu opinión sobre Haridwar.
Saludos.
Hola, Sara-
Gracias por tu opinión.
Se me olvidó comentar, sobre Rishikesh y como muchos sabréis, que fue el lugar elegido por los Beatles, para aprender meditación,
Santuarios y santos, no casan demasiado con la gente mundana, como nosotros.
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