Todas las fotos de este post son, de Amritsar (India)
Como ya habréis adivinado, si leéis
este blog, no son muchas las ciudades amistosas, en India, pero
Amritsar, es una de ellas. No porque haga menos calor, que en los
destinos anteriores o porque el caos del tráfico o el concurso de
maleducados, no sean los mismos, que en cualquier otra ciudad, sino
porque la mayoría de su población es sij y eso, para el viajero,
tiene unas cuantas ventajas. Debido, a que en un principio y en
teoría, su labor es contribuir a facilitar la felicidad del prójimo
(en la práctica, habría bastante, que discutir).
En Amritsar se halla la oficina de
turismo más eficiente, que hayamos conocido en toda la India. Los
autobuses, desde la estación de trenes al templo, son gratuitos para
todo el mundo . Y ya, dentro de este lugar sagrado, todo son
facilidades: alojamiento de bajo coste para peregrinos, refrescos por
debajo de su precio de producción -cinco rupias-, comida gratuita en
la trepidante cocina y comedor y un trato siempre atento y amable.
No
cobran por dejar los zapatos o por coger un pañuelo para cubrirse la
cabeza -tanto hombres, como mujeres- y se pueden hacer fotografías
en cualquier parte, salvo en el interior del pequeño templo, situado
en el centro de un magnífico estanque . En él, varones y féminas
se bañan por separado, en zonas bien delimitadas, aunque no muy
grandes. Lo curioso es, a la hora del chapuzón, que ellos llevan la
cabeza tapada y el resto del cuerpo -salvo el bañador- al aire.
Ningún pelma y en ninguna situación,
osara entrometerse en vuestra visita al Golden Temple o mientras se
rodea su recinto simétrico, sólo distorsionado por las torres de
una cercana mezquita, rodeada de obras. Hasta internet te sale a
mitad de precio, aunque va a pedales. No hay wi-fi en el complejo,
pero debe ser que para comunicarse con sus gurús, no resulta
necesario.
Los sijs son la novena religión del
mundo, en cuanto a número de seguidores. Habalndo campeñánamente,
se trata de una especie de macedonia, entre musulmanidad e hinduismo,
que como siempre, parió algún desencantado con ambos credos, hace
ya seis siglos. Sus principios básicos -y por los que es bastante
fácil reconocerlos- son las cinco Ks. A saber; 1º.- kesh: no cortar
barba y cabello. 2º.- khanga: su peine de marfil. 3º.- Kara: su
brazalete de plata. 4º.- kacha: calzón corto, que deben portar
siempre. 5º.- kirpani: cuchillo para defenderse, en caso de que
fuera necesario..
Sus dogmas morales -estos se aprecian
peor, a simple vista-, consisten en creer en un solo Dios, considerar
a todas las razas iguales, defender los ideales positivos, la
generosidad, desechar los malos instintos -lujuria, ira, envidia-...
No deben ingerir bebidas alcohólicas, ni fumar, ni tampoco, comer
carne.
Leyendo curiosidades religiosas de
India, nos topamos con los jainitas, aunque no son de esta zona. No
sólo no pueden comer, ni matar animales -incluidos insectos-, sino
que tampoco deben montarse en coche o autobús, dado que estos
aniquilan con sus motores a estos indefensos invertebrados.
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