Con perdón para la deliciosa cocina de
Ferrán Adriá, la India cada vez se parece más a uno de sus platos:
deconstrucción, para tratar de volver luego a construirse. Pero, el
caso es,que este segundo momento, no llega nunca. Me podría ahorrar
este post, porque lo que voy a contar, a continuación, ya está
escrito mil veces en los correspondientes al primer viaje a este
país.
Todas las fotos del post son de Puducherry
En los pocos días que llevamos por el
sur, nada nuevo, nada ha cambiado, nada-absolutamente- nos ha
sorprendido. A India, le debe pasar como a España: que avanza en las
grandes cifras y datos macro-económicos, pero en la calle. “ná de
ná”. Buscábamos la actualización India 3.0 y nos hemos quedado
con el mismo arcade, de 2011. Con el agravante de que estamos en la
época de calor -no baja de 30 grados y se superan ampliamente los 40
ó 45- y pronto vendrán los monzones.
Como conté en su día, Madrás
-Chennai- es la gran ciudad desastre del subcontinente indio. Bueno,
pues ahora más, porque han comenzado una monumental obra para
construir el metro, sin fecha de finalización (posiblemente,
décadas). Por supuesto, en los alojamientos económicos, siguen sin
aceptar extranjeros, así que como ya conocemos la ciudad y no nos
gusta estar donde no nos quieren, nos piramos para Puducherry, ipso
facto.
Bueno, no tan deprisa, dado que
debimos esperar varias horas en la estación de trenes, contemplando
a centenares de durmientes -que no siempre dormidos- sin techo,
amontonados en el hall y ratas mas grandes, que gatos, vagando a sus
anchas por los andenes. Mientras, una señora entrada en años, se
lava agitádamente sus partes, a la vista de todas las demás, en el
baño.
Los cambios en Puducherry se reducen.
a que hay más aceras levantadas -grava y arena en la zona más
noble- por todas partes, los precios de la cerveza han subido,
considerablemente, en las tiendas de alcohol y hay muchos carteles
incitando, a cosas, que no se cumplen, ni hoy ni tampoco se llevarán
a cabo en el siglo 37:
”No conduzcas en moto hablando por
el móvil o transportando objetos voluminosos”, "no abuses o intimides a las mujeres
-con amenaza de un año de cárcel-”. “no circules en coche
bebido o muy deprisa”...
Mañana nos vamos a Chidambaram,
Tanjavour y Trichy: ya os iremos contando, lo que supondrá una buena
ración de templos, que esperemos, no se nos indigeste. Mi pareja y
yo seguimos debatiendo: si la próxima vez, que ya en España, uno de
los dos sugiera volver a India, darle calambrazos y atarlo a la pata
de la cama, hasta que deponga su actitud o por el contrario,
establecernos aquí de por vida.
Creedme: ¡no hay caminos
intermedios!.
2 comentarios:
La India es la India, como auguraba un dicho, y al parecer es cierto, muy poco cambia o se resiste a cambiar. Para guiris, la India es aquella imagen de Julia Robert Rezando y meditando, para el viajero informado la India es el pais donde no sabes como termina el dia. Supongo que el caos se agudiza con las altisimas temperaturas y recorrer el sur del país.
Buena observación mi estimada Eva, si surge la idea de visitar India, amarrar a la cama hasta que reconsidere la idea.
Saludos
La verdad es, que las altas temperaturas te desquician y a la vez, en este segundo viaje al país, nos costó mucho arrancar y padecimos alguna, que otra, paranoia. Luego y a pesar del insoportable calor, todo fue más rodado.
No creo, que volvamos a visitar el país en muchos años, porque después de 25.000 kilómetros en dos viajes, está muy trillado. Pero, India, es el país más alucinante y completo, de los casi 130, que conocemos.
Saludos.
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