Corrían los incipientes años ochenta, cuando alguien se atrevió a vaticinar, que el vídeo mató a la estrella de la radio. Afortunadamente, predicción tan catastrófica, nunca llegó a cumplirse, pero, ¿aniquilará el wi-fi a la estrella -esencia- de los viajes largos por libre ?. Seguro, que no, pero es otra interferencia más, a manejar con cautela. Desde luego, cualquier intrépido viajero de los sesenta o setenta hubiera siquiera imaginado todos los medios, que tenemos hoy en día, los trotamundos.
Bangkok (Tailandia)
Partimos hacia Bangkok, con la tablet
y los smartphones, reflexionando: ¿por qué no habría habido estos
aparatos hace 25 años, cuando empezamos a viajar?. Aunque nos
conformamos, pensando en las duras condiciones, que vivió Marco Polo
hace siglos, cuando ni siquiera -como nosotros en 1989- no podía
acercarse al ofuscado funcionario de la RENFE, de la calle Alcalá de
Madrid a suplicarle un mapa de los ferrocarriles de Europa para poder
hacer una fotocopia, que guiara nuestro interrail.
Kanchanaburi (Tailandia)
Comprobamos entusiasmados, que en la Tailandia turística, todos los hoteles -hasta el más cutre y desangelado- tienen wi-fi. Nos pusimos manos a la obra con nuestros trastos tecnológicos. Era admirable: ahora podíamos preparar nuestro periplo desde la habitación del hotel, sin ir al ciber, relajadamente y tomando y comiendo algo.
Comprobamos entusiasmados, que en la Tailandia turística, todos los hoteles -hasta el más cutre y desangelado- tienen wi-fi. Nos pusimos manos a la obra con nuestros trastos tecnológicos. Era admirable: ahora podíamos preparar nuestro periplo desde la habitación del hotel, sin ir al ciber, relajadamente y tomando y comiendo algo.
Más tarde, nos adentramos en foros,
en prensa, quisimos seguir al dedillo el desenlace de la liga
española... y apasionadamente y sin pestañear, terminamos viendo
Velvet y el magnífico final de El Príncipe. Una voz lejana, pero
persistente y rezongona, nos decía, que esto no era lo de los viajes
largos anteriores.
Phetchaburi (Tailandia)
Tras diferentes avatares por el país
de la eterna sonrisa, acabamos alojados en una curiosa y algo
decrepita y decadente cabaña, en Sangkhlaburi, propiedad de un
curtido y simpático alemán , que con un modesto cartel, da la
bienvenida a rednecks, backpackers, old hippies, vikingos y duchts.
¡Oh Dios!. Nuestra primera noche sin wi-fi. ¡Qué ansiedad, qué
terrible e insuperable síndrome de abstinencia!
Nakhon Ratchasima (Tailandia)
Pero, finalmente, sin la necesidad de un tranquimazin o valium, la tensión fue disminuyendo: lavamos la ropa amontonada hacía días, conversamos sobre las experiencias de la jornada, nos miramos a los ojos, escribimos el diario de viaje y este post y nos volvimos a sentir como antes, como siempre: “on the road” y no “in the net”.
Pero, finalmente, sin la necesidad de un tranquimazin o valium, la tensión fue disminuyendo: lavamos la ropa amontonada hacía días, conversamos sobre las experiencias de la jornada, nos miramos a los ojos, escribimos el diario de viaje y este post y nos volvimos a sentir como antes, como siempre: “on the road” y no “in the net”.
Tal vez, el wi-fi -y aún más, la inmediatez de whatsApp-, sea el mejor invento para el viajero, en décadas. Pero mal utilizado, te puede eclipsar un viaje y acabar con toda la esencia y las emociones del mismo. ¡Estáis advertidos!. Ahora, la decisión es vuestra.
Ayutthaya (Tailandia)
3 comentarios:
Buenas noches:
Con este texto inauguramos los posts de nuestro último viaje. En total, serán 49. Espero, que os sean de utilidad y os gusten.
Saludos.
Muchos saludos. Aqui leyendo gratamente cada relato por venir.
Lo del Wifi es todo un acierto, sobre todo para tomar el bus correcto con google, que vengo llegando de Sao Paulo y Rio y sirve un monton, pero que porqueria cuando en un hotel el Wifi no funcione o tenga una señal muy debil.
Gracias, Erick
Celebro, volver a leerte por aquí. Espero, que te esté yendo fenomenal por Brasil.
Saludos.
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