A media tarde, el tren llegó a superar las dos horas de retraso y nos temimos una caída en barrena. Pero, desde el atardecer se fue recuperando y para nuestro gozo llegó a la 1:22, con tan solo una hora y diecisiete de retraso. Arribamos a Guwahati con ese mismo margen, nueve horas después. Para ser un convoy de tan larga duración, nada que ver con el lamentable espectáculo, que vivimos en el tren de Delhi.
Guwahati nos sorprendió con un solemne calor y con la sensación -que aún mantenemos - de que todo va a ser, mucho más difícil que de donde venimos. Hay alojamientos suficientes, pero en más de la mitad de ellos no nos aceptan por extranjeros. Y el resto, son básicos y muy caros. Existe poco transporte público y mucho privado -taxis y todoterrenos-, con tarifas poco razonables. Al menos, el tema de la comida y el alcohol, muy bien.
Queríamos ir a Tezpur - ciudad más bonita de este estado- pero la realidad nos está haciendo recalcular el recorrido. Queremos visitar este estado de Assam y por este orden, Meghalaya, Tripura, Mizoran -alcohol ilegal- y Manipur, para volver aquí. No pretendemos ir mucho más allá de sus capitales. No iremos a Arunachal Pradesh ni a Nagaland. Nos quedaremos aquí mañana para organizar la logística y ponerle una pausa al viaje.
Una vez asentados -después de mucho esfuerzo y paseos - y haber mandado a la mierda a más de diez comisionistas de los alojamientos, nos vamos a descubrir parte de la ciudad.
La primera sorpresa es, que para llegar al río y a los ghats, hay que pasar por un profundo, largo y oscuro párking ¡En India nunca te aburres!. Resultan decepcionantes por nebulosos, dejados de la mano de Dios y porque por la mayoría de los accesos, te cobran. En la zona si encontramos otros lugares muy atractivos, como dos templos, varias gompas, el palacio de justicia y el planetario, además de un bazar. Está a punto de atropellarnos un autobús y de mandarnos al día del juicio final.
En el centro, Guwahati es una ciudad relativamente transitable -buenas aceras, pero calles muy difíciles de cruzar - y limpia. En la arteria principal de los hoteles - no muy lejos de la estación de ferrocarril - y por la tarde, se monta un mercado de ropajes, complementos y comida, que la convierten en tan animada como intransitable.
Mañana, sí o sí -prevemos un día durillo-, cambiaremos de hotel, porque la hija de puta de recepción nos ha engañado. Nos dijo está mañana, que el wifi estaba averiado y al llegar a la habitación comprobamos, que tiene cuatro repetidores -uno por planta - y dos con la señal entera. Le hacemos una captura de pantalla a las conexiones y aún así, mis vuelve a decir lo mismo.
Camino del este, cada jornada se va haciendo de noche más pronto y debemos recogernos antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario