Para entrar o salir de Mandu por carretera , se deben franquear cuatro puertas de la gruesa muralla. Nos ha dado pena abandonar este lugar, ya no solo por su extraordinaria belleza, sino porque hemos tenido toda la logística en un radio de cincuenta metros: el hotel, la comida, el transporte, la tienda de bebidas alcohólicas...
Efectivamente, para llegar a Maheswar tuvimos, que enlazar tres autobuses diferentes. Pero no fue un problema, porque los transbordos resultaron rápidos y sencillos. La gente -sobre todo, las chicas jovenes-, te ayuda mucho.
Empezamos en nuestro nuevo destino con buen pie, alojamiento en el mejor hotel calidad- precio de este viaje y además, resultó regateable, aunque por la tarde se fue un buen rato la luz, debido a una furibunda tormenta. ¡Todo el día estamos con los playeros y los calcetines mojados y llenos de barro! Al menos, hoy contemplamos por primera vez vez el sol, aunque por apenas cinco minutos. Lo que no hemos visto todavía es a un solo guiri, desde que salimos de Mascate.
Maheswar no tiene la entidad de Mandu, pero si resulta una visita interesante para ocupar media jornada .
El atractivo principal es su fuerte, que tiene una fachada espectacular junto a los ghats y unos cuantos templos de entidad diversa. En el interior hay una armónica y preciosa plaza y unas cuantas calles escalonadas, que forman una especie de pequeño casco histórico, al que se accede por una puerta arqueada.
En estos destinos tan poco turísticos, que llevamos recorriendo, durante los últimos días, disfrutamos y padecemos de dos patrones comunes: muchos chicos jóvenes maleducados se dedican a molestarnos por divertimento, mientras ellas, mucho más amables y cariñosas, no paran de pedirnos fotografiarse con nosotros.
Maheswar es un lugar más caótico e intransitable, que Mandu, por lo que cuando terminas las visitas no te queda otra, que recogerte en el hotel, sin opción alguna de paseos. Y cuenta con otra desventaja adicional: es un lugar sagrado y no existen, ni tiendas de bebidas alcohólicas, ni bares. Eso sí, aquí se toca a casi una vaca y un millón de moscas por persona.
Mañana, pensábamos ir hasta Onkaresshawar, pero después de ver fotos, estudiar sus atractivos y leer algunos comentarios sobre su decadencia, se nos han quitado las ganas de alejarnos otros setenta kilómetros más de Indore o Ujjain donde tendremos, que volver, a coger algún tren hacia West Bengala y Sikkim.
Cómo en otros viajes anteriores, estamos teniendo muchas dificultades para cambiar dinero en efectivo. Fuera de Calcuta y Delhi -ni siquiera, en Bombay-, existen oficinas de cambio y solo te queda el recurso de los negocios particulares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario