Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

jueves, 29 de agosto de 2024

Locura de trenes, calor asfixiante y objetivo cumplido en el día de la rata

 Por una cuestión de principios, más que de dinero y ya sin objetivos en Varanasi, nos pasamos toda la tarde del miércoles, urdiendo un plan ferroviario -no hay mucha frecuencia de trenes-, para llegar a Sarnath sin tomar un solo tuck tuck. Hay que anticipar, que conseguimos el objetivo, pero no, como habíamos planificado.

          Los tutuckeros de la estación y de los ghats están demasiado acostumbrados a engañar, fácilmente, a los turistas y les sienta mal -si pueden, actúan en grupo ante la presa -, si opones resistencia. Te tratan de colocar el viaje de ida y vuelta y recorrido por Sarnath y cuando les dices, que solo one way, se descolocan y empiezan a pedir cantidades absurdas e inaceptables.

          Al despertarnos, la cosa pintaba a desconcierto, al consultar la aplicación. El tren elegido y con transbordo en Varanasi City no circulaba y el que ayer nos daba unavailable, estaba a punto de llegar. Recogida de equipaje y corriendo a la estación, con tanta suerte, que cogimos el convoy, casi en marcha.

          Llegamos a Sarnath dos horas antes de lo esperado, en el que ha sido el más horrible día de calor de nuestras cinco semanas, en India.

          Sarnath es un lugar tranquilo, con muchas aceras y la zona monumental está casi peatonalizada (como siempre, algunos motoristas y ciclistas lo joden todo). Hay pelmas, buscavidas y pedigüeños, pero son poco profesionales. Los del transporte son plastas, pero no te engañan con el precio -como comprobamos más adelante - y el escaso turismo está compuesto por grupos nacionales y unos pocos guiris sueltos.

          Empezamos -casi en soledad- contemplando una pagoda japonesa, un templo tibetano y un estanque sagrado, para seguir con un increíble templo budista - por dentro y por fuera-, otro jainita y la columna antigua de Ashok, que junto al museo arqueológico es lo único de pago.

          No adquirimos las entradas, por dos razones. Por un lado , la primera -250 rupias - se ve desde fuera y el segundo, porque no nos interesaba. Por otro lado, no hay taquilla física y debes  escanear un código QR y nosotros viajamos sin datos móviles y con mucha pereza internética extra.

         A la una de la tarde ya habíamos completado la visita. El próximo tren de vuelta salía -como ya sabíamos- a las cinco- y no llegaba hasta Banaras, como pensábamos -estación a cuatro kilómetros de Juntion-, donde habíamos planeado dormir, puesto que partimos desde allí mañana, de regreso, a Lucknow.

          Pedimos precio a un driver, para llegar hasta allí y nos pareció adecuado, pero nos empezó a dar pereza buscar nuevo hotel, sitio de cenar o la tienda de la cerveza y decidimos, que volveríamos donde ayer y la madrugada siguiente, cogeríamos un cacharro a Banaras.

          El regreso resultó tortuoso y en vez de directo, fue con cambio en Varanasi City, porque unos pasajeros indios nos malinformaron

          Cruzamos la calle de la muerte, casi anocheciendo y volvimos al hotel de anoche, donde -teniamos muchas dudas-  no nos hicieron un nuevo check in.

          Llevábamos días alardeando - en respuesta a comentarios de alojamientos en Booking -, que nosotros no habíamos encontrado una sola habitación con basura o ratas, en seis viajes a India.Pues bien: hoy hemos visto corretear a la primera, desde debajo de la cama a los desagües del baño.

No hay comentarios: