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viernes, 9 de agosto de 2024

El Kanwar Yatra llega a nuestras vidas

           Dejamos el hotel de Gorakhpur, solo una hora después, de que se escacharrara el aire acondicionado. El wifi no funcionaba en la habitación -solo en la recepción - y la estúpida excusa , que nos dieron fue, que era por culpa del monzón y no de la falta de un repetidor en el tercer piso y en todos los demás.

          Podíamos haber optado por comprar un billete de autobús directo, a Siliguri, pero optamos por hacer el recorrido en tres tramos, por dos razones: salíamos antes y pensamos, que seria más barato. Nos equivocamos.

          Un autobús destartalado nos llevó en dos horas, a, Tamkuhi Raj, todavía en Utar Pradesh y otro algo menos chungo, a Ghopal Ganj, ya en Bihar. Este, nos abandonó en mitad de la nada, debajo de un puente elevado, como otras tantas veces. Toca buscarse la vida para llegar a la terrorífica estación, llena de escombros y de toneladas de fango, mientras el estrés y el calor nos comían las escasas fuerzas.

          Sorprendentemente -nos lo habían asegurado, pero parecía imposible -, hay desde aquí, bus directo a nuestro destino y partía en dos horas. El ahorro, en relación a haberlo tomado en Gorakhpur, cien miserables rupias por persona.

          Bus no muy nuevo, pero correcto, con slepeer y asientos -nosotros preferimos estos- y con potente aire acondicionado.

          Las casi tres primeras horas fueron de cine, hasta llegar a Muzaffarpur, con una media soberbia de 55 kilómetros a la hora 

          A partir de ahí, comenzaron los problemas mecánicos, que nos pararon varias veces , durante ciento cincuenta minutos. No supuso ninguna contrariedad, porque en vez de a las cinco de la madrugada, llegamos a las siete y cuarto.

          Siliguri sigue igual de caótica y desastrosa, que hace seis meses, pero con la situación agravada por las lluvias torrenciales de las últimas horas. A las once, teníamos ya el permiso para Sikkim sacado y un nuevo hotel -algo cutre-, porque el último de la otra vez ya subido un 25%.

          Estamos a pocas jornadas del día de la República -15 de agosto -, en el que todo se paraliza menos el transporte que se colapsa. Esa es una de las razones, que nos ha impedido reservar en los trenes, los últimos días.

          La otra es una peregrinación, que se produce durante el monzón y que se llama Kanwar Yatra. Los devotos van con un cántaro y una vara para coger agua del Ganges y depositarla en diversos templos del país en honor a Shiva. Van vestidos de naranja y la mayoría van andando y duermen en las estaciones, pero el resto sobreocupa los trenes. Dicen las malas lenguas y en India son fiables, que van hasta arriba  de alcohol y marihuana.

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