Todas las fotos de este post son, de las Cameron Highlands (Malasia)
No es mala idea -nosotros ya habíamos leido algo sobre esto- iniciar los paseos por el camino número 4, que parte junto al río, pasando la estación de autobuses. Es corto y estrecho, aunque la jungla te rodea, durante muchos ratos. Al final, se llega a unas cascadas -depende del día, tienen más flujo de agua o menos- y a una zona, donde están construyendo un mirador, algo raro y de dudosas vistas.
Después de enfilar el camino, que va hacia el hospital y tras ver un delicioso jardín, nos topamos, de forma inesperada, con el sendero número 9, famoso por sus perros rabiosos -un cartel muy viejo advierte: "cuidado con el perro"- y con sus famosos asaltantes malignos. ¿Leyenda o realidad? Ya explique, que a mí me parece un cuento chino, pero la aterradora historia da cierto respeto. La senda termina en las cascadas de Robinson, aunque se divide en A y B. Lo hace bastante gente y no hemos sabido de ninguna desgracia, ni en directo, ni en diferido, ni en los blogs.
El 10 -que, supuestamente, enlaza con el 11 y el 12, resulta ascendente y abrupto, dado que ha habido corrimientos de tierra, que han dejado grietas severas en el terreno. Pan comido para los más intrépidos, pero no para nosotros.
El camino 5 no resulta fácil de encontrar y arranca desde el Mardi Agro Technology y asciende de forma inestable entre huertos de coliflores e invernaderos. De una zona colindante, aunque no bien indicada, se erige el sendero número 7, entre plantas de té -o similares- y mucho fango.
Tratamos de alcanzar la senda 3, siguiendo la carretera, hacia Brinchang y torciendo a la derecha, siguiendo el camino fácil de salir a las cascadas del 4 y tras cruzar un puente colgante, un campo de golf y el acceso al hotel Arcadia, pero para nuestra desesperación, no lo encontramos. ¡Otra vez será!
El 1 y el 2, tienen su origen en la localidad, de Brinchang, aunque se acaban entrelazando de diversas maneras y al parecer, sin pisar la alborotada carretera principal, con algunos de los de Tanah Rata.
Sobre el camino 6 y el número 8 no tenemos noticia alguna, aunque tampoco los hemos buscado con ahínco.
Tres días en las Cameron Highlands han dado mucho de sí: hasta para que nos atacaran - medio en broma, medio en serio- dos perros no salvajes -pero muy agresivos- con el consentimiento de su dueño o hasta para comer fritanga hasta aburrirnos. O hasta para teñir nos el pelo de un bonito color uva morada.
No es mala idea -nosotros ya habíamos leido algo sobre esto- iniciar los paseos por el camino número 4, que parte junto al río, pasando la estación de autobuses. Es corto y estrecho, aunque la jungla te rodea, durante muchos ratos. Al final, se llega a unas cascadas -depende del día, tienen más flujo de agua o menos- y a una zona, donde están construyendo un mirador, algo raro y de dudosas vistas.
Después de enfilar el camino, que va hacia el hospital y tras ver un delicioso jardín, nos topamos, de forma inesperada, con el sendero número 9, famoso por sus perros rabiosos -un cartel muy viejo advierte: "cuidado con el perro"- y con sus famosos asaltantes malignos. ¿Leyenda o realidad? Ya explique, que a mí me parece un cuento chino, pero la aterradora historia da cierto respeto. La senda termina en las cascadas de Robinson, aunque se divide en A y B. Lo hace bastante gente y no hemos sabido de ninguna desgracia, ni en directo, ni en diferido, ni en los blogs.
El 10 -que, supuestamente, enlaza con el 11 y el 12, resulta ascendente y abrupto, dado que ha habido corrimientos de tierra, que han dejado grietas severas en el terreno. Pan comido para los más intrépidos, pero no para nosotros.
El camino 5 no resulta fácil de encontrar y arranca desde el Mardi Agro Technology y asciende de forma inestable entre huertos de coliflores e invernaderos. De una zona colindante, aunque no bien indicada, se erige el sendero número 7, entre plantas de té -o similares- y mucho fango.
Tratamos de alcanzar la senda 3, siguiendo la carretera, hacia Brinchang y torciendo a la derecha, siguiendo el camino fácil de salir a las cascadas del 4 y tras cruzar un puente colgante, un campo de golf y el acceso al hotel Arcadia, pero para nuestra desesperación, no lo encontramos. ¡Otra vez será!
El 1 y el 2, tienen su origen en la localidad, de Brinchang, aunque se acaban entrelazando de diversas maneras y al parecer, sin pisar la alborotada carretera principal, con algunos de los de Tanah Rata.
Sobre el camino 6 y el número 8 no tenemos noticia alguna, aunque tampoco los hemos buscado con ahínco.
Tres días en las Cameron Highlands han dado mucho de sí: hasta para que nos atacaran - medio en broma, medio en serio- dos perros no salvajes -pero muy agresivos- con el consentimiento de su dueño o hasta para comer fritanga hasta aburrirnos. O hasta para teñir nos el pelo de un bonito color uva morada.
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