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viernes, 11 de septiembre de 2020

La tarjeta dorada de la RENFE, con más misterios, que el legado de Tutankamón



           Para quien no sepa sobre el asunto y resumiendo, la tarjeta Dorada de la RENFE es un cartonujo tamaño accesible a cartera normal -no se puede definir de otra manera más precisa-, que tras el pago de seis euros, te ofrece importantes descuentos, durante un año -renovable-, en dos modalidades: mayores de 60 años, de forma individual y discapacitados, con derecho a un acompañante con la misma reducción.

          Hasta ahí, todo perfecto. Si quieres comprar billetes de AVE, AVANT, Larga Distancia y Media Distancia, normalmente y entre ciudades, no tendrás ningún problema, dado que las principales estaciones siguen contando con personal físico, que te solventará cualquier posible inconveniente.

          Pero, las cosas se tornan en bastante molestas -y lo llevamos padeciendo, casi quince años-, cuando se trata de acceder a trenes de cercanías y FEVE, donde en la mayoría de casos o no hay taquilleros o tienen un horario muy reducido.

          Voy a resumir, someramente, las circunstancias, que nos hemos encontrado, durante la última década, en  una pesadilla constante:

        -Cercanias de la Comunidad Valenciana, hace diez años: te sometes a una máquina, que entre sus funciones, no tiene habilitada la opción de comprar el billete del acompañante. Cuando obtienes el del títular, ya no puedes volver a utilizar la tarjeta (salvo, que en esa misma estación haya otra máquina y no siempre, aunque lo hemos conseguido hacer, en Aviles).

          Tienes dos opciones: o pagas el segundo billete entero o te cuelas y esperas, a ver si hay un revisor, al que explicarle el problema y que te crea y no te quiera poner en manos policiales. Si te va bien, incluso, no pagarás ese ticket, pero el engorro no merece la pena.

          -Cercanias de Asturias, País Vasco y Madrid, en la actualidad:

          En la estación de Oviedo y Aviles nos explican, que este año se ha implantado un carné con foto, que cuesta dos euros y que debe acompañar a la tarjeta Dorada para cualquier compra de billete de trenes locales. Tardan cinco días en dártelo. Como no vamos a usarlo mucho, optamos por el autobús.

          En  la terminal de Abando, de Bilbao, una simpatiquísima chica nos informa de esa misma tarjeta, pero nos la hace allí mismo. Cuesta dos euros, pero nos regalan un trayecto de ida y vuelta por persona. Lleva foto, que te hacen allí mismo. ,¡Qué gozada!

          Y tú piensas: "Por fin, me he hecho el carné para todos los cercanías de España" Pues no.

          En la estación de Atocha, de Madrid, presentamos ese documento y nos dicen, que de donde lo hemos sacado. Nos ofrecen dos alternativas: o hacernos otro carné nuevo, a dos euros o una tarjeta provisional de una semana, al precio de cincuenta centímos. Y nosotros, panfilos e ingenuos preguntamos: ¿Pero no es RENFE una empresa a nivel nacional? Pues resulta, que cada autonomía también mete mano en este asunto, para el desquiciamiento general.

          -FEVE Galicia, Asturias y País Vasco, en la actualidad. Amenazan con el mismo sistema de documentos, pero gracias a la pandemia -si, gracias-, no les ha dado tiempo a llevarlo a la práctica. De momento, en unos trenes hay revisores, que te venden el billete sin acusaciones y en otros, volvemos al problema de la maquinita, expuesto en el caso de la Comunidad Valenciana.

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