Tras diversas indagaciones matutinas y con dolor, decidimos
cancelar la visita a Chinguetti. Es complejo: tendríamos que tomar el Tren del
Acero, hasta Choun, llegando por la noche, sin saber si hay alojamientos. De
ahí, transporte a Matar y nuevo cambio a Chinguetti, donde tampoco, sabemos si
hay hoteles (es un lugar pequeño).
Nouadhibou
Las circunstancias propician, que
nos veqmos avocados a pasar un día más en Nouadhibou, pero más que para
aburrirnos, nos sirve para exprimir las esencias de la ciudad, descubriendo un
concentrado mercado, donde de lo que venden, no querría ni el 70% de las cosas,
regaladas. Poco ambiente y puestos muy juntos, aunque bien estructurado.
Junto a tanta cacharrería, sólo
un puesto de pescado y tres de carne. Más concurridas se hallan las incipientes
galerías comerciales, donde venden teléfonos móviles, portándolos de la mano,
en el exterior de las tiendas. Además, nos topamos con diversas zonas
gremiales, en las que almacenan productos perecederos o venden centenares de
maletas y bolsos. Algún día, es seguro, que llegaran los compradores. Pero, no
se intuye próximo
A la jornada
siguiente, nos encaminamos a Nouakchott, en un moderno microbús de 16 plazas,
donde viaja un empresario alicantino, relacionado con el pescado, que negocia a
voces, lenguados rubios y tigres. España tiene bastante presencia empresarial
en Mauritania, también a través de la construcción.
Nouakchott
Nouakchott es una ciudad sin estructura –en
este sentido, la peor capital de África- donde el sky line, lo debe constituir
un edificio de tres plantas, de la mayoría, que aún siguen en paralizada
construcción. El deporte nacional en este país, es amontonar piedrecitas y
arena, y cargar conchas de la playa, en camiones, con fines desconocidos,
aunque suponemos, relacionados con la construcción.
Tal vez, Mauritania sea el país
más aburrido del mundo, aunque sus habitantes, parecen felices, sin ocio alguno
conocido. No hay terrazas donde tomar té, ni pantallas gigantes donde
contemplar el fútbol. Apenas, unos cuantos vendedores callejeros de café touba
–una variedad poco cargada de café sólo, algo especiada y muy agitada-.
Para los escasos guiris que
pululamos por el país –la mayoría franceses-, la vida es tan expectante, como
tediosa: sin cerveza o alcohol, con comida repetitiva, con albergues caros y
nefastos, con camas sin somier, sin apenas variedad de frutas, verduras o dulces,
sin especialidades culinarias locales, sin ni siquiera la posibilidad de fumar
algo, para el que lo quiera (no es nuestro caso)…
Nouakchott
Senegal nos espera. Aunque, para
que todo salga bien, deberemos cruzar la afamada y nefasta frontera de Rosso y
esperar, que los conflictos, que se han iniciado en el país vecino con motivo
de las elecciones, no vayan a más.
Mauritania ha sido una novedosa
experiencia, pero con una vez, ¡BASTA!.
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