El amable conductor nos dejó en el andén adecuado y no se fue, hasta que se aseguró, de que nos habíamos enterado del asunto. Objetivo conseguido, pero estábamos seguros, de que al día le quedaba mucha vida.
Efectivamente, no pasaron ni cinco minutos, cuando apareció el autobús, algo más cómodo y barato, que los de Nashik. Para el viajero, los límites administrativos entre Vapi y Daman son difusos, porque no deja de haber casas, ni existe barrera o control alguno. Hay un indicio más perspicaz, que es contemplar, cuando empiezan a ser mucho mejores los edificios, cuando desaparecen la basura y los hedores y empiezan a proliferar las aceras.
En poco más de veinte minutos llegamos a la estación de Daman. Se nota en muchas cosas -ya mencionadas-, que esta es una India distinta, aunque el tráfico es caótico y tortuoso y pone al endeble y resignado caminante, en peligro. Más todavía, si de repente, como es el caso, aparece una procesión de mujeres bailongas arropadas por una colorida carroza y la calzada se estrecha mucho más.
La calle principal no está mal, para lo que estamos acostumbrados en este país, pero al ser ex colonia portuguesa esperábamos algo más parecido a Margao o Panaji, que a estos edificios no muy decrépitos pero insulsos. En ella y en las adyacentes se encuentran la mayoría de hoteles.
Y, como preveíamos, empieza nuestra pesadilla: 80% de "no rooms", " is full", a veces, después de subir tres pisos a oscuras y mugrientas escaleras . Donde te aceptan, casi triplica, lo que estábamos pagando, anteriormente. Y, cuando ya resignado, aceptas la perdida económica, llega el check in -no menos de media hora, en el que ya te advierten, de que te sientes+, que casi siempre se convierte en un interrogatorio policial humillante.
Al final y a regañadientes, nos quedamos en el alojamiento más barato, que a la vez, es el más caro que hemos pagado nunca en India:1500 rupias. Hemos recuperado el baño -muy básico - y el wifi, aunque pagando el doble, que en Nahsik.
De comida, tampoco vamos muy bien. Han desaparecido la mayoría de los puestos de los últimos tiempos, no solo los de garbanzos, patatas o fritanga, sino hasta los de fruta o té.
¡Todo mucho más caro, salvo el alcohol y la cerveza, en tiendas y bares!
Hagamos cuentas: precio medio de una habitación, en India: 900 rupias. Tarifa más barata, en Daman 1500. Importe medio de whisky y cerveza en India, respectivamente 250 y 110 rupias, por 150 y 80 aquí. ¡Mal para el hígado,pero peor para el presupuesto!, aunque tampoco dramatizaremos.
Aunque, que no se pongan tontos estos de Gujarat y aledaños, porque si mandamos a tomar por el culo a seis estados del nordeste, nos cuesta la mitad hacer lo mismo con ellos. ¡Que todavía en España, seguimos teniendo casa!.
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