Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

martes, 20 de septiembre de 2022

Un mal inicio

           Sí, como hemos visto, el viaje estuvo dominado por las contrariedades, las del primer día, estuvieron encadenadas.

          Es la una de la tarde del 31 de agosto y mi pareja, que en verano dispone de jornada reducida, acaba de salir de trabajar. Yo, mientras, preparo las últimas cosas, me doy cuenta, de que he escondido tanto en la casa el dinero del viaje, que ahora no lo encuentro. Los momentos de pánico se acentúan con el paso de los minutos y media casa queda revuelta y con discos, libros y otros objetos esparcidos por el suelo. Tras veinte minutos y al borde de la histeria, aparece.

          Por aquello de apurar sobras, he comido unas albóndigas de hace dos días, cuya salsa tenía un sabor algo dudoso.

          El bus sale tarde y acumula aún más retraso, a la entrada de Madrid, debido a que hay un par de carriles cortados por un aparatoso accidente, de ninguna consecuencia humana, pero con lo dos vehículos destrozados. Menos mal, que contamos con cuatro horas de margen para tomar el vuelo, a Barcelona.

          Ya en el aeropuerto de Barajas, las puñeteras albóndigas empiezan a generar consecuencias y tengo, que ir al baño, durante tres horas, más de diez veces 

          Mal día para atravesar los controles de seguridad en la terminal 4, porque nos ha caído en suerte la tía más desocupada, estúpida y tocahuevos del aeropuerto capitalino. Nos toca abrir y revolver hasta la extenuación los tres bultos, que llevamos y a mi pareja, además, control de explosivos, para no perder la tradición.

          A cada rato, nos van retrasando el horario de partida del avión de Vueling y nos empezamos a temer una cancelación, que echaría a perder el viaje al completo, dado, que no tenemos margen para llegar, a Barcelona y tomar mañana por la tarde el vuelo, a Pogdorica. Finalmente, partimos con más de dos horas de retraso.

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