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jueves, 22 de septiembre de 2022

Bar y Ulcinj

           Con la visita a estas dos ciudades, de Montenegro, diametralmente diferentes, pusimos fin a nuestro periplo por el país balcánico.

          Bar es  una localidad afincada junto al mar Adriático, que cuenta con decenas de playas consecutivas, donde abundan las tumbonas y las sombrillas para alquilar, a precio de oro, para los ingresos medios de la ciudadanía de este país. Contemplar la bahía, caminando por el paseo marítimo resulta bastante gratificante.

          El resto de la ciudad es bulliciosa y algo caótica, aunque no muy sucia. Cuenta, como atractivos para el viajero, con un mercado, que ahora ha sido reconvertido en un centro comercial de negocios exteriores -fundamentalmente, de comida- y las dos catedrales: la católica de la Inmaculada Concepción y la ortodoxa de San Juan Vladimir. Esta segunda es bastante espectacular, tanto por fuera como por dentro.

          La estación de autobuses, de Bar, se halla alejada del centro y como anécdota decir, que junto a ella se encuentra el supermercado más barato de todo Montenegro, provisto de bastantes marcas blancas baratas (dos litros de cerveza por 1,29 euros).

          Ulcinj se encuentra en la frontera con Albania y en la mayoría de los casos tiene más rasgos de este país, que la propia Albania. Ulcinj es una especie de mezcla entre su vecino del sur y la Benidorm de los años 70.

          La gente peregrina por sus cuestas con sus sombrillas y antiguas y envejecidas neveras abarrotadas de viandas, camino de la playa más céntrica de la ciudad (existe otra, a unos cinco kilómetros, mucho mejor, en la que nosotros estuvimos hace quince años).

          Y mientras tanto, la ciudad se sume en un caos incontrolado, en el que como ocurre en todo el tercer mundo, las aceras son una excusa para colocar encima de ellas, todo lo que no sean peatones: bicicletas, motos, coches, enormes carteles de publicidad o de información, puestos de todo tipo, motores de vehículos, perchas con ropajes... El Montenegro, que habíamos conocido hasta ahora, es muy diferente a esto.¡Pero como sabéis, a nosotros nos va la marcha, por lo que este lugar nos encanta!

          En el lado monumental, Ulcinj tiene un barrio - fortaleza espléndido, donde pasear por sus calles se convierte en algo muy satisfactorio, que se transforma en sublime, durante la puesta de sol. Se ubica en el lado derecho de la bonita bahía, mientras el izquierdo está tomado por unos bellos acantilados.

          Ulcinj dispone de casi infinitas posibilidades de alojamiento, en relación con el resto del país y los buses, que conectan con Albania, a diferencia de 2007, son relativamente frecuentes (y caros).

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