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miércoles, 21 de septiembre de 2022

Las cosas de Montenegro

            Llegar a Pogdorica, desde el aeropuerto, si no se quiere gastar dinero en un taxi y dado, que no existe transporte público de conexión, requiere arriesgar tu integridad física, caminando por una peligrosa y muy concurrida carretera sin arcén, para acabar en una vieja y pequeña estación, donde tomar, casi de furtivo, un destartalado tren.

          El transporte público en el país balcánico funciona bastante bien en cuanto a la frecuencia, el tipo de vehículos -todos los que tomamos, con aire acondicionado - y las indicaciones de horarios y rutas en las estaciones, que no suelen estar  muy alejadas del centro. Desde luego, mucho mejor, que cuando estuvimos allí, en 2007. Pero, cuenta con dos problemas: la lentitud y el precio. La primera es debido, a la difícil orografía del país, dado que las carreteras no están especialmente mal. Se puede tardar una hora y cuarto en llevar a cabo, 30 kilómetros. Buenas comunicaciones a través de Ulcinj, con Albania.

          En cuanto al precio de los autobuses - el tren resulta mucho más barato, pero solo cubre la línea Pogdorica -Bar- son desorbitados y desde luego, más caros, que en España. Hemos llegado a pagar 4€ por 27 kilómetros y ocho , por sesenta. Además, se produce la curiosa circunstancia, de que los importes siempre son redondos, a la unidad o al medio euro. No hay decimales, por lo que lo que hoy cuesta tres euros, en la próxima subida, se te pone en 3,50 o lo que es lo mismo, un incremento de más del 15%.

          En cuanto a las tarifas de los alojamientos económicos resulta razonable. Hemos pagado unos 25 euros por noche por habitaciones con el baño compartido y con aire acondicionado (absolutamente imprescindible, en verano). Hay suficientes, aunque no abundan. El problema viene, en que ya casi no hay carteles en las fachadas o puertas anunciando sobes, rooms o zimers -salvo, en Ulcinj-, sino que aparecen detalladas en Booking. Pero luego, resulta muy difícil encontrarlas y más aún, ponerse en contacto con sus gestores, en un país, que está fuera del roaming de la Unión Europea. Por tanto, conviene no reservar, hasta que no se localicé la alcoba y asegurarse, de que su propietario anda por allí.

          En Montenegro se come bien, especialmente a base de pescado y marisco muy frescos y de cevapi, pero los precios se han triplicado en quince años y se igualan con los de España. Existen numerosos supermercados -Idea, Aroma y Voli...son los más importantes -, que están muy bien abastecidos, aunque al no haber casi marcas blancas, casi todo sale caro (incluso, el pan). El precio de la cerveza es elevado y el del vino y las bebidas espirituosas, prohibitivos.

          De todo lo anterior se puede deducir, que viajar a Montenegro no conlleva ningún chollo económico.

          Las oficinas de turismo son numerosas y tienen un horario tan amplio, que a veces, cierran a media noche, incluso los domingos. Pero, los planos son más decorativos, que útiles, por lo que moverse por las ciudades buscando cosas concretas conlleva una dificultad y más, cuando muchas calles no tienen placa con el nombre.

          El agua es potable, aunque a veces, no tenga el sabor más apetecible.

          ¿Es Montenegro un país del tercer mundo? Si lo comparamos con Albania o incluso, con Grecia, no. ,¿Esta preparado para ingresar en la UE?. No dispongo de los datos suficientes, pero mi opinión es, que no.


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